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NOTA DE VREDONDOF :

ESTE ARTICULO A MI ME PARECIO MUY INTERESANTE , PERO ME HA COSTADO MUCHO "LLEGAR A LOS CONCEPTOS" , NO SE SI POR QUE A MIS 63 AÑOS YA PATINA UN POCO MI CABEZA , O BIEN PORQUE EL AUTOR TIENE UN NIVEL ... O QUE ESCRIBE PARA UN NIVEL DE PERSONAS CON UN INTELECTO MUY ELEVADO.

En cualquier caso merece la pena leerlo (con MUCHA ATENCION para enterarse ....)
La conclusion que saque en la 3ª leida que le di , fue que se puede DECIR LO MISMO con el 10 de palabras y utilizando un "estilo mas pegado a la tierra".

LOS ESPAÑOLES NO SON IDEALISTAS. EN LA MEDIOCRIDAD SE ENCUENTRAN A GUSTO

El perfeccionamiento humano se efectúa con ritmo diverso en las sociedades y en los individuos. Los más poseen una experiencia sumisa al pasado: rutinas, prejuicios, domesticidades. Pocos elegidos varían, avanzando sobre el porvenir; al revés de Anteo, que tocando el suelo cobraba alientos nuevos, los toman clavando sus pupilas en las constelaciones lejanas y de apariencia inaccesible. Esos hombres, predispuestos a emanciparse de su rebaño, buscando alguna perfección más allá de lo actual, son los "idealistas". La unidad del género no depende del contenido intrínseco de sus ideales sino de su temperamento: se es idealista persiguiendo las quimeras más contradictorias, siempre que ellas impliquen un sincero afán de enaltecimiento. Cualquiera. Los espíritus afiebrados por algún ideal son adversarios de la mediocridad: soñadores contra los utilitarios, entusiastas contra los apáticos, generosos contra los calculistas, indisciplinados contra los dogmáticos. Son alguien o algo contra los que no son nadie ni nada. Todo idealista es un hombre cualitativo: posee un sentido de las diferencias que le permite distinguir entre lo malo que observa, y lo mejor que imagina. Los hombres sin ideales son cuantitativos; pueden apreciar el más y el menos, pero nunca distinguen lo mejor de lo peor. Sin ideales sería inconcebible el progreso. El culto del "hombre práctico", limitado a las contingencias del presente, importa un renunciar a toda imperfección. El hábito organiza la rutina y nada crea hacia el porvenir; sólo de los imaginativos espera la ciencia sus hipótesis, el arte su vuelo, la moral sus ejemplos, la historia sus páginas luminosas.
Son la parte viva y dinámica de la humanidad; los prácticos no han hecho más que aprovecharse de su esfuerzo, vegetando en la sombra. Todo porvenir ha sido una creación de los hombres capaces de presentirlo, concretándolo en infinita sucesión de ideales. Más ha hecho la imaginación construyendo sin tregua, que el cálculo destruyendo sin descanso. La excesiva prudencia de los mediocres ha paralizado siempre las iniciativas más fecundas. Y no quiere esto decir que la imaginación excluya la experiencia: ésta es útil, pero sin aquélla es estéril. Los idealistas aspiran a conjugar en su mente la inspiración y la sabiduría; por eso, con frecuencia, viven trabados por su espíritu crítico cuando los caldea una emoción lírica y ésta les nubla la vista cuando observan la realidad. Del equilibrio entre la inspiración y la sabiduría nace el genio. En las grandes horas de una raza o de un hombre, la inspiración es indispensable para crear; esa chispa se enciende en la imaginación y la experiencia la convierte en hoguera. Todo idealismo es, por eso, un afán de cultura intensa: cuenta entre sus enemigos más audaces a la ignorancia, madrastra de obstinadas rutinas.
La humanidad no llega hasta donde quieren los idealistas en cada perfección particular; pero siempre llega más allá de donde habría ido sin su esfuerzo. Un objetivo que huye ante ellos se convierte en estímulo para perseguir nuevas quimeras. Lo poco que pueden todos, depende de lo mucho que algunos anhelan. La humanidad no poseería sus bienes presentes si algunos idealistas no los hubieran conquistado viviendo con la obsesiva aspiración de otros mejores.
En la evolución humana, los ideales se mantienen en equilibrio inestable. Todo mejoramiento real es precedido por conatos y tanteos de pensadores audaces, puestos en tensión hacia él, rebeldes al pasado, aunque sin la intensidad necesaria para violentarlo; esa lucha es un reflujo perpetuo entre lo más concebido y lo menos realizado. Por eso los idealistas son forzosamente inquietos, como todo lo que vive, como la vida misma; contra la tendencia apacible de los rutinarios, cuya estabilidad parece inercia de muerte. Esa inquietud se exacerba en los grandes hombres, en los genios mismos si el medio es hostil a sus quimeras, como es frecuente sobre todo en España. No agita a los hombres sin ideales, informe argamasa de humanidad.
Toda juventud es inquieta. El impulso hacia lo mejor sólo puede esperarse de ella: jamás de los enmohecidos y de los seniles. Y sólo es juventud la sana e iluminada, la que mira al frente y no a la espalda; nunca los decrépitos de pocos años, prematuramente domesticados por las supersticiones del pasado: lo que en ellos parece primavera es tibieza otoñal, ilusión de aurora que es ya un apagamiento de crepúsculo.
Sólo hay juventud en los que trabajan con entusiasmo para el porvenir; por eso en los caracteres excelentes puede persistir sobre el apeñuscarse de los años. Nada cabe esperar de los hombres que entran a la vida sin afiebrarse por algún ideal; a los que nunca fueron jóvenes, paréceles descarriado todo ensueño. Y no se nace joven: hay que adquirir la juventud. Y sin un ideal no se adquiere.
Los idealistas suelen ser esquivos o rebeldes a los dogmatismos sociales que los oprimen. Resisten la tiranía del engranaje político nivelador, aborrecen toda coacción del sistema, sienten el peso de los honores con que se intenta domesticarlos y hacerlos cómplices de los intereses creados, dóciles maleables, solidarios, uniformes en la común mediocridad.
Las fuerzas conservadoras que componen el subsuelo social pretenden amalgamar a los individuos, decapitándolos; detestan las diferencias, aborrecen las excepciones, anatematizan al que se aparta en busca de su propia personalidad. El original, el imaginativo, el creador no teme sus odios: los desafía, aun sabiéndolos terribles porque son irresponsables y asesinos como ultima solución. Por eso todo idealista es una viviente afirmación del individualismo, aunque persiga una quimera social; puede vivir para los demás, nunca de los demás. Su independencia es una reacción hostil a todos los dogmáticos. Concibiéndose incesantemente perfectibles, los temperamentos idealistas quieren decir en todos los momentos de su vida, como Don Quijote: "yo sé quién soy". Viven animados de ese afán afirmativo. En sus ideales cifran su ventura suprema y su perpetua desdicha. En ellos caldean la pasión, que anima su fe; esta, al estrellarse contra la realidad social, puede parecer desprecio, aislamiento, misantropía: la clásica "torre de marfil" reprochada a cuantos se erizan al contacto de los obtusos. Diríase que de ellos dejó escrita una eterna imagen Teresa de Ávila: "Gusanos de seda somos, gusanillos que hilamos la seda de nuestras vidas y en el capullito de la seda nos encerramos para que el gusano muera y del capullo salga volando la mariposa". Todo idealismo es exagerado, necesita serlo. Y debe ser cálido su idioma, como si desbordara la personalidad sobre lo impersonal; el pensamiento sin calor es muerte, frío, carece de estilo, no tiene firma.
Jamás fueron tibios los genios y los héroes. Para crear una partícula de Verdad, de Virtud o de Belleza, se requiere un esfuerzo original y violento contra alguna rutina o prejuicio; como para dar una lección de dignidad hay que desgoznar algún servilismo. Todo ideal es, instintivamente, extremo; debe serlo a sabiendas, si es menester, pues pronto se rebaja al refractarse en la mediocridad de los más. Frente a los hipócritas que usurpan poderes civiles y mienten con viles objetivos, la exageración de los idealistas es, apenas, una verdad apasionada. La pasión es su atributo necesario, aun cuando parezca desviar de la verdad; lleva a la hipérbole, al error mismo; a la mentira nunca. Ningún ideal es falso para quien lo profesa: lo cree verdadero y coopera a su advenimiento, con fe, con desinterés. El sabio busca la Verdad por buscarla y goza arrancando a la naturaleza secretos para él inútiles o peligrosos. Y el artista busca también la suya, porque la Belleza es una verdad animada por la imaginación, más que por la experiencia. Y el moralista la persigue en el Bien, que es una recta lealtad de la conducta para consigo mismo y para con los demás. Tener un ideal es servir a su propia Verdad Siempre. Algunos ideales se revelan como pasión combativa y otros como pertinaz obsesión; de igual manera distínguense dos tipos de idealistas, según predomine en ellos el corazón o el cerebro. El idealismo sentimental es romántico: la imaginación no es inhibida por la crítica y los ideales viven de sentimiento. En el idealismo experimental los ritmos afectivos son encarrilados por la experiencia y la crítica coordina la imaginación: los ideales tórnanse reflexivos y serenos. Corresponde el uno a la juventud y el otro a la madurez. El primero es adolescente, crece, puja y lucha; el segundo es adulto, se fija, resiste, vence.
El idealista perfecto sería romántico a los veinte años y estoico a los cincuenta; es tan anormal el estoicismo en la juventud como el romanticismo en la edad madura. Lo que al principio enciende su pasión, debe cristalizarse después en suprema dignidad: ésa es la lógica de su temperamento. Sin embargo lo que si hay es mucha mediocridad. La mediocridad puede definirse como una ausencia de características personales que permitan distinguir al individuo en su sociedad. Ésta ofrece a todos un mismo fardo de rutinas, prejuicios y domesticidades; basta reunir cien hombres para que ellos coincidan en lo impersonal: "Juntad mil genios en un Concilio y tendréis el alma de un mediocre". Esas palabras denuncian lo que en cada hombre no pertenece a él mismo y que, al sumarse muchos, se revela por el bajo nivel de las opiniones colectivas.El régimén actual, la monarquía cainista, ha conseguido una vez más, a través de sus ladrones politicos, que los españoles sean mediocres y que todo destello de genialidad sea enterrado en el desprecio. El régimen es miedoso,cobarde y hurtador, teme por su continuidad, pues sabe que se ha llevado mucho y no ha ofrecido nada. Qué se puede esperar de un monarca que dice:"El recuerdo de Franco constituirá para mí una exigencia de comportamiento y de lealtad ...". Seguid votando, idealistas.
J.I.
"El sentido común es la cosa mejor repartida del mundo
porque todo el mundo cree poseerlo en cantidad suficiente." René Descartes.

LIBERTAD

-La filosofia de la libertad esta basada en la propiedad de uno mismo, esta simple pero elegante y contundente animacion la explicara exactamente. Esta es una gran herramienta que cualquiera puede usar para educar niños y adultos acerca del derecho a la vida, libertad y la capacidad de crear - y nuestra responsabilidad para pensar, hablar y actuar. La version en DVD de este video puede ser descargada gratis en: www.philosophyofliberty.blogspot.com CRÉDITOS AUTOR: Ken Schoolland schoolak001@hawaii.rr.com PRODUCTOR: Kerry Pearson (aka Lux Lucre) MÚSICA: Music2Hues www.music2hues.com WEBSITE: www.jonathangullible.com AYUDA: The Jonathan Gullible fund www.isil.org/tools/jonathan-gullible.html COPYRIGHT: www.creativecommons.org/licenses/by-nd-nc/1.0/ *

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s2t2 -Shinto - sintoísmo

Shinto

De Wikipedia, la enciclopedia libre

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Shinto (神道 shintō?) (a veces llamado shintoísmo o sintoísmo) es el nombre de una religión nativa de Japón. Involucra la adoración de los kami o espíritus de la naturaleza. Algunos kami son muy locales y son conocidos como espíritus o genios de un lugar en particular, pero otros representan objetos naturales mayores y procesos, por ejemplo, Amaterasu, la diosa del Sol.

Tabla de contenidos

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Definición [editar]

El término Shinto se refiere a las actividades desarrolladas por los japoneses para venerar a todas las deidades del cielo y la tierra; su origen se remonta a los comienzos de Japón. Es considerada la religión originaria de Japón[1] , un culto popular que puede describirse como una forma sofisticada de animismo naturalista con veneración a los antepasados, profundamente identificada con la cultura japonesa.

Terminología [editar]

En un principio, esta religión étnica no tenía nombre; tras la introducción del budismo en Japón (durante el siglo VI), uno de las denominaciones que recibió fue Butsudo, que significa "la Vía del Buda". A fin de poder diferenciar el budismo de la religión nativa, ésta pronto llegó a ser conocida por el nombre de shinto. Este nombre, Shin-to, procede de una antigua palabra china que significa "El camino de los Dioses". Los japoneses escogieron utilizar un nombre chino para su religión porque en ese tiempo (hace más de un milenio), el chino era la única lengua que tenía escritura en Japón, ya que este último pueblo no había desarrollado aún la escritura en su propio idioma. La frase que significa Shinto en japonés es Kami no michi.

Orígenes [editar]

Las religiones originarias de varios paises asiáticos conservan patrones similares, como en China, Japón y Corea con respecto a los elementos de culto para los antepasados. Esto se debe a que sus conceptos parten de que el alma inferior también permanece ligada al cuerpo después de la muerte o puede permanecer cerca de él, y tal vez pueda volver como demonio o fantasma para hacer daño a los humanos si no se le presentan ofrendas y una cierta veneración.

Estos conceptos se ligan íntimamente con el tipo de vida originada a través del trabajo agricultor del pueblo ya que Japón fue explotado por colonos vinculados que vivieron en dependencia de las fuerzas de la naturaleza y ciclos de vegetación, sobre los cuales se consideraba que se podía influir de modo beneficioso dominándolos mediante la magia y el rito.

Los humanos, deseosos de alcanzar la posesión de la fuerza mágica causante de rendimientos productivos con la naturaleza, idearon una serie de prácticas que se realizan por medio de chamanes y posteriormente mediante los emperadores[1] .

Creencias [editar]

El shintoísmo afirma la existencia de divinidades o seres espirituales (kami) que pueden encontrarse en la naturaleza o en niveles superiores de existencia. Este término, que constituye el concepto central del culto, llegó a aplicarse a cualquier fuerza sobrenatural o dios, como los dioses de la naturaleza, hombres sobresalientes, antepasados deificados o hasta "deidades que representan ciertos ideales o simbolizan un poder abstracto" (The Encyclopedy of Religion). Aunque el término Yaoyorozu-nokami significa literalmente "ocho millones de dioses", se utiliza para referirse a "muchos dioses", pues la cantidad de deidades de la religión sintoísta aumenta constantemente. Los seres humanos, como hijos de kami, tienen ante todo una naturaleza divina. Por consiguiente, de lo que se trata es de vivir en armonía con los kami (jp: (神)), y así uno podrá disfrutar de su protección y aprobación.

Existen pocos textos sagrados, algunos de ellos están siendo traducidos al inglés (Kojiki - Nihongi)[2] No posee una deidad única ni predominante, ni reglas establecidas para la oración, aunque sí cuenta con narraciones míticas que explican el origen del mundo y de la humanidad, templos y festivales religiosos a los que acuden millares de personas en fechas señaladas. Aunque el sintoísmo no se basa en muchos dogmas ni en una teología muy compleja, a los japoneses les ha dado un código de valores, ha moldeado sus comportamiento y determinado su forma de pensar. Existen templos donde pueden adorar cuando siente la necesidad de hacerlo.

El sintoísmo fue utilizado como ideología legitimizante durante la fase militar de la historia japonesa reciente y fue religión del Estado hasta 1945.

Tipos de Sintoísmo [editar]

Los principales tipos de sintoísmo guardan cierta relación entre sí.

  • Koshitsu Shinto (Shinto de la Casa Imperial)
  • Jinja Shinto (Santuario Shinto)
  • Shuha Shinto (Sectas Shinto)
  • Minzoku Shinto (Shinto Folclórico).

Koshitsu Shinto [editar]

Es un término general de un rito que es llevado a cabo por el emperador, (que es el símbolo del estado y unidad de las personas según la constitución japonesa) para rogar a las deidades en cuyo centro esta Amaterasu Ohmikami (una deidad ancestral del emperador según los mitos japoneses) y a las deidades ancestrales imperiales para tener una larga constitución del estado, para la felicidad de las personas y para la paz mundial. El Daijosai, o gran festival es el primer Niinamesai realizado por el nuevo emperador coronado de Japón en un palacio llamado Daijokyu que es construido temporalmente dentro del Palacio Imperial. Además de este rito, los ritos realizados en el Gran Santuario de Ise deben ser incluidos en esta categoría, ya que Amaterasu Ohmikami está ahi.

El Niinamesai es el rito más importante de Shinto el cual es ejecutado para ofrecer las primeras frutas cosechadas del año agradeciendo así a las deidades por su bendición, además de compartir la comida producida por estos primeros granos con las deidades. De acuerdo con los mitos japoneses, Amaterasu Ohmikami fue quién realizó este rito por primera vez.

Cuando la capital de Japón fue transferida de Kyoto a Tokyo en 1869, tres Santuarios Imperiales fueron erigidos dentro del Palacio Imperial. Kashikodokoro, que envuelve la deidad ancestral imperial, Amaterasu Ohmikami, se encuentra en el centro de los tres, y en el lado este, esta el Shinden el cual envuelve las deidades del cielo y la tierra, en el lado oeste, Koreiden que envuelve los espíritus de los emperadores que preceden. En adición a estos, Shinkaden fue construido para envolver a Niinamesaithere. Estos santuarios están conectados por corredores, y todos los ritos de Koshitsu (Casa Imperial) de Shinto se realizan en estos santuarios.

Como un vínculo a Niinamesai, el Emperador Showa, (el 124avo Emperador y padre del Emperador Actual) comenzó a cultivar arroz en un campo de agua dentro del palacio, haciendo todos los procedimientos por sí mismo incluyendo la siembra y la cosecha, para hacer un ofrecimiento a las deidades producidos por él mismo.

Hay hombres del clero y mujeres llamados Shoten (hombres) y Nai-Shoten(mujeres) que están al servicio del emperador para ayudarlos a realizar sus ritos. El número de ritos realizados por el emperador alcanza varios cientos al año, incluyendo Genshisai, que es el primer rito del año. Existen escolares que llaman al emperador el Rey de los Rituales. Se considera que la verdadera naturaleza del emperador es estar siempre con los Kami (deidades).

Jinja Shinto [editar]

Shintoísmo de templo: Es la adoración a los dioses llevada en templos o capillas; se le considera como la forma original de la religión y sus orígenes se remontan a la prehistoria. Es la mayor secta del shintoismo con más de 80.000 templos que conforman la Asociación de Templos Shintoístas, y hasta los fines de la II Guerra Mundial, estuvo estrechamente unida al Koshitsu Shinto, rindiéndose culto al Emperador, que era adorado como un dios viviente.

En 1956 cuando se seguía fomentando la adoración del emperador y el nacionalismo japonés, Jinja Honcho, (HQ central de la capilla o “asociación de las capillas de Shinto) produjo una declaración: las “características generales de una vida vivida en la reverencia del kami”. Sus puntos principales son 1. Para agradecer las bendiciones de los kami y las ventajas de los antepasados, se debe ser diligente en la observancia de los rituales de Sintoísmo, siendo aplicados estos con la sinceridad, la alegría y la pureza del corazón 2. Para ser provechoso a otro y en el mundo de los hechos directos ser grande, hay que servir sin el pensamiento de la recompensa, y buscar el adelanto del mundo como voluntad del kami; 3. Para atarse con otros, en el reconocimiento armonioso de la voluntad del emperador, ruega que el país pueda prosperar y que la otra gente puede vivir también en paz y prosperidad. La historia de la capilla Shinto no puede ser resumida pues las capillas tienen su propia historia peculiar, leyendas, calendario ritual, kami engarzado y creencia asociada. Algunas capillas son muy antiguas, existiendo antes que cualquier expediente escrito, mientras que algunas de las capillas más famosas se han construido en los 150 años pasados. Las capillas se construyen en una variedad de estilos arquitectónicos de la simplicidad de madera y paja del Ise Jingu al rico adornado de la capilla de Gongenstilo en Nikko.

El símbolo de la capilla Shinto es universal el torii o el archway que marca el acercamiento a una capilla. El Torii es de diversos tamaños y estilos, y las capillas varían substancialmente en la disposición y el aspecto, reflejando la era en la cual fueron construidas o reconstruidas, el carácter del distrito que los rodea o quizás características del paisaje natural. La mayoría de las capillas tienen por lo menos a honden, un pasillo en el cual el símbolo del kami se presenta. Capillas más grandes tienen a heiden o el pasillo de ofrendas, en donde los devotos hacen ofrendas rituales a la capilla, y a haiden o pasillo de la adoración. Mientras que algunas de las capillas más grandes reciben la corriente más o menos constante de visitantes, pues la mayoría de las capillas se utilizan solamente de vez en cuando, principalmente a la hora de festivales.

Shuha Shinto [editar]

La Shuha Shinto (Secta de Shinto) puede ser clasificada en dos categorías: la Secta del Shinto y la Nueva Secta del Shinto. La Secta del Shinto es un grupo de creyentes del Shinto que comenzaron actividades de religiones individuales antes de 1868 y luego de 1882 cuando los Santuarios de Shinto fueron apartados de otras instituciones religiosas como los ritos y festivales conducidos por el Estado (el inicio de lo llamado Estado de Shinto), están Kurozumikyo, Shinto Shuseiha, Izumo Oyashirokyo, Fusokyo, Jikkokyo, Shinshukyo, Shinto Taiseikyo, Ontakekyo, Shintotaikyo, Misogikyo, Shinrikyo, Konkokyo, y Tenrikyo de acuerdo a la fecha de su establecimiento.

Cada grupo tiene un fundador de su propia doctrina. Aunque rinden culto a deidades tradicionales del cielo y la tierra, siguiendo las formas tradicionales de ritos y fiestas de Shintoísmo, generalmente tienen a la figura central de divinidad para venerar. En el caso de las Nuevas Sectas del Shinto, tienen una tendencia notable a hacer un compromiso junto al Budismo y al Confucionismo y a tradiciones como la escuela Ying Yang. Hay algunos grupos que incluso muestran características monoteístas como caso extremo.

Minzoku Shinto [editar]

El Shinto Folclórico o popular es un Shinto de fe que era comúnmente practicada por personas comunes sin necesidad de ser sistematizadas. Por consiguiente, es inseparable del Santuario del Shinto. Sin embargo, en la época que el 40º Emperador, Temmu (673-686), fue segregado del Santuario del Shinto cuando el gobierno de la época estableció un sistema relacionado con los rituales y festivales tradicionales japoneses, que habían sido practicados paralelamente a los rituales Budistas. Después de esto, el Shinto popular se desarrolló gradualmente por si solo de una forma compleja de rituales y festivales, los cuales en ocasiones amalgamaba incluso con el Budismo, el Taoísmo y el Confucianismo. Entre ellos, aquellos que no han perdido la forma tradicional del Shinto son considerados como Shinto Folclórico o popular.

En una comunidad agrícola, por ejemplo, existe una costumbre de que los rituales son realizados por un hombre laico sin la participación de un sacerdote. Un miembro de la comunidad (a menudo el muchacho más joven) es nominado como "Toya", y él realiza los ritos para adorar a las deidades de las localidades por un año bajo el sistema de rotación.

Otros ejemplos del Shinto Folclórico (popular) son los ritos relacionados con los pasajes de la vida y el paso del año. Ellos están muy relacionados con los ritos y festivales llevados a cabo por los Santuarios de Shinto.

Prácticas [editar]

  • El Shinto reconoce muchos lugares sagrados: montañas, resorts, etc.
  • Cada santuario se dedica a un Kami específico que posea una personalidad divina y que responda a los rezos sinceros del fiel. Al entrar en un santuario, se pasa a través de un Torii, una puerta especial para los dioses, que marca el paso entre el mundo finito y el mundo infinito de los dioses.
  • En el pasado, los creyentes practicaron " misogi ", el lavado de sus cuerpos en un río cerca del santuario. En años recientes se lavan solamente las manos y enjuagan sus bocas en un lavabo que es proporcionado por el santuario.
  • Los creyentes respetan a los animales como mensajeros de los dioses. Un par de estatuas "koma-inu" (perros protectores) se encuentran en el santuario.
  • Las ceremonias del templo, incluyen la limpieza, las ofrendas, los rezos, y las danzas que se dirigen al Kami.
  • Los Kagura son danzas rituales acompañadas por los instrumentos musicales antiguos. Las danzas son realizadas por bailarines expertos y entrenados. Consisten en muchachas jóvenes vírgenes, y un grupo de hombres o uno sólo.
  • Los Mamori son encantos utilizados como ayuda curativo y de protección. Estos encantos son de diversas formas y sirven para varios propósitos.
  • En muchos hogares se da un lugar central a los dioses con un altar llamado "Kami-dana".
  • Los Origami (figuras de papel): Éste es un arte popular japonés en el cual se pliega el papel para dar como resultado una gran variedad de hermosos diseños. Se ven a menudo alrededor de los santuarios de Shinto. Por respeto al árbol del cual se extrajo el papel para construir el origami, este nunca se corta.

Influencias [editar]

Japón nace como país a gracias a la unión sexual de la pareja de dioses originarios Izanagi e Izanami, a los cuales se ordenó crear y ordenar el mundo (con Japón como centro) y colocar el pilar del cielo, el eje universal que une el cielo y la tierra. Esto representa un papel escencial para el entendimiento de la identidad nacional y la significación del emperador dentro de esta religión que se mantiene presente en la idiosincrasia pura de su pueblo[1] .

Desde la entrada del budismo en Japón en el siglo VI, ha ejercido una profunda influencia sobre el Shinto, aunque éste también ha modelado la tradición budista en este país hasta darle una forma característica. Ambas religiones definen la religiosidad nipona y los japoneses suelen practicar los ritos de ambas tradiciones según la naturaleza de la ocasión (suelen preferir el Shinto para los rituales de nacimiento y matrimonio, y el budismo para los ritos funerarios)

Muchas de las "nuevas religiones" japonesas tienen una fuerte influencia shintoísta.

Debido a que el shintoísmo no pretende convertir, criticar ni entrar en conflicto con otras religiones, su expansión fuera de las islas de Japón ha quedado limitada generalmente a las comunidades niponas de la emigración.

Bibliografía [editar]

  • Falero, Alfonso (ed.) (2007), Introducción al Shinto, Salamanca: Editorial Amarú.

Referencias [editar]

  1. a b c Hattstein, Markus (1997), «Capítulo 4» Könemann, Religiones del mundo, 1º ed., 120. ISBN 3-89508-857-9.
  2. Internet Sacred Text Archive. Shinto Scripture (en inglés). URL accedida el 14 de febrero, 2008.

Véase también [editar]

Enlaces externos [editar]