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NOTA DE VREDONDOF :

ESTE ARTICULO A MI ME PARECIO MUY INTERESANTE , PERO ME HA COSTADO MUCHO "LLEGAR A LOS CONCEPTOS" , NO SE SI POR QUE A MIS 63 AÑOS YA PATINA UN POCO MI CABEZA , O BIEN PORQUE EL AUTOR TIENE UN NIVEL ... O QUE ESCRIBE PARA UN NIVEL DE PERSONAS CON UN INTELECTO MUY ELEVADO.

En cualquier caso merece la pena leerlo (con MUCHA ATENCION para enterarse ....)
La conclusion que saque en la 3ª leida que le di , fue que se puede DECIR LO MISMO con el 10 de palabras y utilizando un "estilo mas pegado a la tierra".

LOS ESPAÑOLES NO SON IDEALISTAS. EN LA MEDIOCRIDAD SE ENCUENTRAN A GUSTO

El perfeccionamiento humano se efectúa con ritmo diverso en las sociedades y en los individuos. Los más poseen una experiencia sumisa al pasado: rutinas, prejuicios, domesticidades. Pocos elegidos varían, avanzando sobre el porvenir; al revés de Anteo, que tocando el suelo cobraba alientos nuevos, los toman clavando sus pupilas en las constelaciones lejanas y de apariencia inaccesible. Esos hombres, predispuestos a emanciparse de su rebaño, buscando alguna perfección más allá de lo actual, son los "idealistas". La unidad del género no depende del contenido intrínseco de sus ideales sino de su temperamento: se es idealista persiguiendo las quimeras más contradictorias, siempre que ellas impliquen un sincero afán de enaltecimiento. Cualquiera. Los espíritus afiebrados por algún ideal son adversarios de la mediocridad: soñadores contra los utilitarios, entusiastas contra los apáticos, generosos contra los calculistas, indisciplinados contra los dogmáticos. Son alguien o algo contra los que no son nadie ni nada. Todo idealista es un hombre cualitativo: posee un sentido de las diferencias que le permite distinguir entre lo malo que observa, y lo mejor que imagina. Los hombres sin ideales son cuantitativos; pueden apreciar el más y el menos, pero nunca distinguen lo mejor de lo peor. Sin ideales sería inconcebible el progreso. El culto del "hombre práctico", limitado a las contingencias del presente, importa un renunciar a toda imperfección. El hábito organiza la rutina y nada crea hacia el porvenir; sólo de los imaginativos espera la ciencia sus hipótesis, el arte su vuelo, la moral sus ejemplos, la historia sus páginas luminosas.
Son la parte viva y dinámica de la humanidad; los prácticos no han hecho más que aprovecharse de su esfuerzo, vegetando en la sombra. Todo porvenir ha sido una creación de los hombres capaces de presentirlo, concretándolo en infinita sucesión de ideales. Más ha hecho la imaginación construyendo sin tregua, que el cálculo destruyendo sin descanso. La excesiva prudencia de los mediocres ha paralizado siempre las iniciativas más fecundas. Y no quiere esto decir que la imaginación excluya la experiencia: ésta es útil, pero sin aquélla es estéril. Los idealistas aspiran a conjugar en su mente la inspiración y la sabiduría; por eso, con frecuencia, viven trabados por su espíritu crítico cuando los caldea una emoción lírica y ésta les nubla la vista cuando observan la realidad. Del equilibrio entre la inspiración y la sabiduría nace el genio. En las grandes horas de una raza o de un hombre, la inspiración es indispensable para crear; esa chispa se enciende en la imaginación y la experiencia la convierte en hoguera. Todo idealismo es, por eso, un afán de cultura intensa: cuenta entre sus enemigos más audaces a la ignorancia, madrastra de obstinadas rutinas.
La humanidad no llega hasta donde quieren los idealistas en cada perfección particular; pero siempre llega más allá de donde habría ido sin su esfuerzo. Un objetivo que huye ante ellos se convierte en estímulo para perseguir nuevas quimeras. Lo poco que pueden todos, depende de lo mucho que algunos anhelan. La humanidad no poseería sus bienes presentes si algunos idealistas no los hubieran conquistado viviendo con la obsesiva aspiración de otros mejores.
En la evolución humana, los ideales se mantienen en equilibrio inestable. Todo mejoramiento real es precedido por conatos y tanteos de pensadores audaces, puestos en tensión hacia él, rebeldes al pasado, aunque sin la intensidad necesaria para violentarlo; esa lucha es un reflujo perpetuo entre lo más concebido y lo menos realizado. Por eso los idealistas son forzosamente inquietos, como todo lo que vive, como la vida misma; contra la tendencia apacible de los rutinarios, cuya estabilidad parece inercia de muerte. Esa inquietud se exacerba en los grandes hombres, en los genios mismos si el medio es hostil a sus quimeras, como es frecuente sobre todo en España. No agita a los hombres sin ideales, informe argamasa de humanidad.
Toda juventud es inquieta. El impulso hacia lo mejor sólo puede esperarse de ella: jamás de los enmohecidos y de los seniles. Y sólo es juventud la sana e iluminada, la que mira al frente y no a la espalda; nunca los decrépitos de pocos años, prematuramente domesticados por las supersticiones del pasado: lo que en ellos parece primavera es tibieza otoñal, ilusión de aurora que es ya un apagamiento de crepúsculo.
Sólo hay juventud en los que trabajan con entusiasmo para el porvenir; por eso en los caracteres excelentes puede persistir sobre el apeñuscarse de los años. Nada cabe esperar de los hombres que entran a la vida sin afiebrarse por algún ideal; a los que nunca fueron jóvenes, paréceles descarriado todo ensueño. Y no se nace joven: hay que adquirir la juventud. Y sin un ideal no se adquiere.
Los idealistas suelen ser esquivos o rebeldes a los dogmatismos sociales que los oprimen. Resisten la tiranía del engranaje político nivelador, aborrecen toda coacción del sistema, sienten el peso de los honores con que se intenta domesticarlos y hacerlos cómplices de los intereses creados, dóciles maleables, solidarios, uniformes en la común mediocridad.
Las fuerzas conservadoras que componen el subsuelo social pretenden amalgamar a los individuos, decapitándolos; detestan las diferencias, aborrecen las excepciones, anatematizan al que se aparta en busca de su propia personalidad. El original, el imaginativo, el creador no teme sus odios: los desafía, aun sabiéndolos terribles porque son irresponsables y asesinos como ultima solución. Por eso todo idealista es una viviente afirmación del individualismo, aunque persiga una quimera social; puede vivir para los demás, nunca de los demás. Su independencia es una reacción hostil a todos los dogmáticos. Concibiéndose incesantemente perfectibles, los temperamentos idealistas quieren decir en todos los momentos de su vida, como Don Quijote: "yo sé quién soy". Viven animados de ese afán afirmativo. En sus ideales cifran su ventura suprema y su perpetua desdicha. En ellos caldean la pasión, que anima su fe; esta, al estrellarse contra la realidad social, puede parecer desprecio, aislamiento, misantropía: la clásica "torre de marfil" reprochada a cuantos se erizan al contacto de los obtusos. Diríase que de ellos dejó escrita una eterna imagen Teresa de Ávila: "Gusanos de seda somos, gusanillos que hilamos la seda de nuestras vidas y en el capullito de la seda nos encerramos para que el gusano muera y del capullo salga volando la mariposa". Todo idealismo es exagerado, necesita serlo. Y debe ser cálido su idioma, como si desbordara la personalidad sobre lo impersonal; el pensamiento sin calor es muerte, frío, carece de estilo, no tiene firma.
Jamás fueron tibios los genios y los héroes. Para crear una partícula de Verdad, de Virtud o de Belleza, se requiere un esfuerzo original y violento contra alguna rutina o prejuicio; como para dar una lección de dignidad hay que desgoznar algún servilismo. Todo ideal es, instintivamente, extremo; debe serlo a sabiendas, si es menester, pues pronto se rebaja al refractarse en la mediocridad de los más. Frente a los hipócritas que usurpan poderes civiles y mienten con viles objetivos, la exageración de los idealistas es, apenas, una verdad apasionada. La pasión es su atributo necesario, aun cuando parezca desviar de la verdad; lleva a la hipérbole, al error mismo; a la mentira nunca. Ningún ideal es falso para quien lo profesa: lo cree verdadero y coopera a su advenimiento, con fe, con desinterés. El sabio busca la Verdad por buscarla y goza arrancando a la naturaleza secretos para él inútiles o peligrosos. Y el artista busca también la suya, porque la Belleza es una verdad animada por la imaginación, más que por la experiencia. Y el moralista la persigue en el Bien, que es una recta lealtad de la conducta para consigo mismo y para con los demás. Tener un ideal es servir a su propia Verdad Siempre. Algunos ideales se revelan como pasión combativa y otros como pertinaz obsesión; de igual manera distínguense dos tipos de idealistas, según predomine en ellos el corazón o el cerebro. El idealismo sentimental es romántico: la imaginación no es inhibida por la crítica y los ideales viven de sentimiento. En el idealismo experimental los ritmos afectivos son encarrilados por la experiencia y la crítica coordina la imaginación: los ideales tórnanse reflexivos y serenos. Corresponde el uno a la juventud y el otro a la madurez. El primero es adolescente, crece, puja y lucha; el segundo es adulto, se fija, resiste, vence.
El idealista perfecto sería romántico a los veinte años y estoico a los cincuenta; es tan anormal el estoicismo en la juventud como el romanticismo en la edad madura. Lo que al principio enciende su pasión, debe cristalizarse después en suprema dignidad: ésa es la lógica de su temperamento. Sin embargo lo que si hay es mucha mediocridad. La mediocridad puede definirse como una ausencia de características personales que permitan distinguir al individuo en su sociedad. Ésta ofrece a todos un mismo fardo de rutinas, prejuicios y domesticidades; basta reunir cien hombres para que ellos coincidan en lo impersonal: "Juntad mil genios en un Concilio y tendréis el alma de un mediocre". Esas palabras denuncian lo que en cada hombre no pertenece a él mismo y que, al sumarse muchos, se revela por el bajo nivel de las opiniones colectivas.El régimén actual, la monarquía cainista, ha conseguido una vez más, a través de sus ladrones politicos, que los españoles sean mediocres y que todo destello de genialidad sea enterrado en el desprecio. El régimen es miedoso,cobarde y hurtador, teme por su continuidad, pues sabe que se ha llevado mucho y no ha ofrecido nada. Qué se puede esperar de un monarca que dice:"El recuerdo de Franco constituirá para mí una exigencia de comportamiento y de lealtad ...". Seguid votando, idealistas.
J.I.
"El sentido común es la cosa mejor repartida del mundo
porque todo el mundo cree poseerlo en cantidad suficiente." René Descartes.

LIBERTAD

-La filosofia de la libertad esta basada en la propiedad de uno mismo, esta simple pero elegante y contundente animacion la explicara exactamente. Esta es una gran herramienta que cualquiera puede usar para educar niños y adultos acerca del derecho a la vida, libertad y la capacidad de crear - y nuestra responsabilidad para pensar, hablar y actuar. La version en DVD de este video puede ser descargada gratis en: www.philosophyofliberty.blogspot.com CRÉDITOS AUTOR: Ken Schoolland schoolak001@hawaii.rr.com PRODUCTOR: Kerry Pearson (aka Lux Lucre) MÚSICA: Music2Hues www.music2hues.com WEBSITE: www.jonathangullible.com AYUDA: The Jonathan Gullible fund www.isil.org/tools/jonathan-gullible.html COPYRIGHT: www.creativecommons.org/licenses/by-nd-nc/1.0/ *

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s2t2 -To navigate or not to navigate

NOTA DE VRedondof: POR SU INTERES lo publico en dos blogs uno este de la web 2.0 y otro en RELIGION

To navigate or not to navigate

@José Antonio Zarzalejos* - 31/07/2008




Fatima Mernissi es una escritora marroquí, premio Príncipe de Asturias 2003, que a sus sesenta y ocho años, ha indagado sobre la capacidad de Internet para transformar la endogamia religiosa del Islam y abrir esa fe y su doctrina al mundo extensísimo del conocimiento que la Red proporciona. La autora –socióloga de profesión e historiadora y narradora—ha reformulado el célebre “to be or no to be” porque la gran cuestión de nuestro tiempo, dice, es “to navigate or not to navigate”. Hemos mudado del ser o no ser, esencialista y personal, al navegar o no navegar (en Internet) como signo de nuestro tiempo. Pero como un signo histórico que va más allá de un expertise profesional y se constituye como una habilidad cuya disposición o cuya carencia determina la forma de estar --¿también de ser?—en la sociedad del siglo XXI.

Aplicado este criterio de Mernissi al islamismo, es fácil que la expansión viral de sus creencias, dogmas y hábitos, rompa, como ella misma reconoce, el “hudud” que son las fronteras espaciales que dividen el universo. De tal suerte que la incorporación a la Red de la tradición del Libro quiebra el monopolio –siempre según la autora—de “de las mezquitas y madrassas” y convierte en inútil la censura de las obras heterodoxas porque en la Red no existe ningún “nihil obsta” jerárquico que determine lo legible y lo ilegible. Y en Internet puede leerse ahora la atrevida obra de Fatima Mernissi titulada “El harén político”.

Si Murdoch sostuvo que todos aquellos que superamos la treintena somos “inmigrantes digitales” que debemos imitar los comportamientos de los “nativos digitales” (los jóvenes), Mernissi sentencia: “todos somos nómadas digitales”. Ambas metáforas son acertadas, pero la que acuña la autora marroquí es más plástica porque es verdad que, sentados ante las pantallas, recorremos mundos, descubrimos tesoros, incrementamos conocimientos, establecemos un universo de relaciones, nos desdoblamos en vidas virtuales y todo, hasta lo más improbable, queda al alcance de nuestra mano.

Mernissi nos está hablando –navegar o no navegar, esa es la cuestión—sencillamente de comunicación masiva como procedimiento, medio o instrumento de conocimiento y nos alerta sobre el hecho de que el Islam está en la Red y que lo hace accesible, rompe tópicos acerca de sus preceptos ( Islamonline.com y Muslima.com) y nos aproxima a una realidad de fe y de conciencia que en Occidente se desconoce por la concurrencia de un apriorismo que nos remite a la lo islámico al ámbito de la violencia, la intolerancia y el sufrimiento. Así, Internet, desde el optimismo creativo de Mernissi, puede contemplarse como un antivirus frente a la manipulación porque abre la puerta al conocimiento.

Internet es hoy el gran instrumento masivo de comunicación. Sabíamos de su utilidad, de su carácter imprescindible, pero quizás no estábamos alcanzando a suponer que su buena utilización por los grandes intelectuales de nuestro tiempo era y será un potente método de desintoxicación fundamentalista. Hay que asaltar, pues, Internet como lo hace Mernissi: con las mejores intenciones de libertad, de regeneración y de oportunidad. Cuando los grandes intelectuales de nuestra época se decidan de verdad a desafiar a la Red, la comunicación alcanzará algunas cumbres aún vírgenes y convertirá Internet en un arma pacífica de profunda transformación. Estar y manejar Internet puede convertirse –superando la ominosa brecha digital—en una nueva frontera de la democracia en el mundo.

*José Antonio Zarzalejos, vicepresidente ejecutivo para Corporate Affairs de Llorente&Cuenca

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s2t2 -Mitología romana

Mitología romana

De Wikipedia, la enciclopedia libre


Una cabeza de Minerva hallada en las ruinas de los baños romanos de Bath (Inglaterra)
Una cabeza de Minerva hallada en las ruinas de los baños romanos de Bath (Inglaterra)

La mitología romana, es decir las creencias mitológicas de los habitantes de la Antigua Roma, puede considerarse formada por partes. La primera, principalmente tardía y literaria, consiste en préstamos completamente nuevos procedentes de la mitología griega. La otra, mayoritariamente antigua y cúltica, funcionaba en formas muy diferentes a las de equivalente griega.

Naturaleza de los antiguos mitos romanos [editar]

Los romanos no tenían relatos secuenciales sobre sus dioses comparables a la Titanomaquia o la seducción de Zeus por Hera, hasta que sus poetas comenzaron a adoptar los modelos griegos en el último lapso de tiempo de la república romana. Lo que sí tenían, sin embargo, era:

  • Un sistema muy desarrollado de rituales, escuelas sacerdotales y panteones de dioses relacionados;
  • Un rico conjunto de mitos históricos sobre la fundación y auge de su ciudad por parte de actores humanos con ocasionales intervenciones divinas.

Mitología antigua sobre los dioses [editar]

El modelo romano incluía una forma muy diferente a la de los griegos de definir y concebir a los dioses. Por ejemplo, en la mitología griega Deméter era caracterizada por una historia muy conocida sobre su dolor por el rapto de su hija Perséfone a manos de Hades. Los antiguos romanos, por el contrario, concebían a su equivalente Ceres como una deidad con un sacerdote oficial llamado flamen, subalterno de los flamines de Júpiter, Marte y Quirino, pero superior a los de Flora y Pomona. También se le consideraba agrupado en una tríada con otros dos dioses agrícolas, Liber y Libera, y se sabía la relación de dioses menores con funciones especializadas que le asistían: Sarritor (escardado), Messor (cosecha), Convector (transporte), Conditor (almacenaje), Insitor (siembra) y varias docenas más.

Así pues, la «mitología» romana arcaica, al menos en los referente a los dioses, no estaba formada por relatos sino más bien el entrelazamiento y las complejas interrelaciones entre dioses y humanos.

La religión original de los primeros romanos fue modificada por la adición de numerosas y contradictorias creencias en épocas posteriores, y por la asimilación de grandes porciones de la mitología griega. Lo poco que se sabe sobre la religión romana primitiva no es gracias a relatos de la época sino a escritores posteriores que buscaron preservar las viejas tradiciones del olvido en el que estaban cayendo, como el estudioso del siglo I adC Marco Terencio Varrón. Otros escritores clásicos, como el poeta Ovidio en sus Fastos (‘calendario’), fueron fuertemente influidos por los modelos helenísticos, y en sus obras se recurre con frecuencia a las creencias griegas para rellenar los huecos de las tradiciones romanas.

Mitología antigua sobre la historia romana [editar]

En contraste con la escasez del material narrativo sobre los dioses, los romanos tenían una rica panoplia de leyendas sobre la fundación y primera expansión de su propia ciudad. Además de estas tradiciones de origen mayoritariamente local, a este surtido se injertó material procedente de las leyendas heroicas griegas en una época temprana, haciendo por ejemplo a Eneas antepasado de Rómulo y Remo.

La Eneida y los primeros libros de Livio son las mejores fuentes exhaustivas para esta mitología humana.

Dioses nativos romanos e itálicos [editar]

Estatua de Ceres portando fruta
Estatua de Ceres portando fruta

Las prácticas rituales romanas de los sacerdotes oficiales distinguían claramente dos clases de dioses: los di indigetes y los di novensides o novensiles. Los indigetes eran los dioses originales del estado romano (véase Di indigetes), y su nombre y naturaleza están indicados por los títulos de los sacerdotes más antiguos y por las fiestas fijas del calendario. Los novensides eran divinidades posteriores cuyos cultos fueron introducidos en la ciudad en el periodo histórico, normalmente en una fecha conocida y como respuesta a una crisis específica o necesidad percibida. Las divinidades romanas primitivas incluían, además de los di indigetes, un montón de los llamados dioses especialistas cuyos nombres eran invocados al realizar diversas actividades, como la cosecha. Los fragmentos de los viejos rituales que acompañaban a estos actos como el arado o la siembra revelan que en cada parte del proceso se invocaba a una deidad diferente, estando el nombre cada una de ellas derivado regularmente del verbo para la operación. Estas divinidades pueden ser agrupadas bajo el término general de dioses asistentes o auxiliares, que eran invocados junto con la deidades mayores. Los antiguos cultos romanos eran más un polidemonismo que un politeísmo: los conceptos que los adoradores tenías de los seres invocados consistían en poco más que sus nombres y funciones, y el numen o ‘poder’ del ser se manifestaba en formas altamente especializadas.

El carácter de los indigetes y sus fiestas muestran que los antiguos romanos no sólo eran miembros de una comunidad agrícola sino que también estaban orgullosos de luchar y muy involucrados con la guerra. Los dioses representaban distintivamente las necesidades prácticas de la vida diaria, como las sentía la comunidad romana a la que pertenecían. Se entregaban escrupulosamente a los ritos y ofrendas que consideraban apropiados. Así, Jano y Vesta guardaban la puerta y el hogar, los Lares protegían el campo y la casa, Pales los pastos, Saturno la siembra, Ceres el crecimiento del grano, Pomona la fruta, y Consus y Ops la cosecha. Incluso el majestuoso Júpiter, rey de los dioses, era honrado por la ayuda que sus lluvias daban a las granjas y viñedos. En su más amplio carácter era considerado, a través de su arma de rayos, el director de la actividad humana y, por su amplio dominio, el protector de los romanos en sus expediciones militares allende las fronteras de su propio país. Prominentes en la época más antigua fueron los dioses Marte y Quirino, que a menudo se identificaban entre sí. Marte era un dios de la guerra al que se honraba en marzo y octubre. Los investigadores modernos creen que Quirino fue el patrón de la comunidad militar en tiempos de paz.

A la cabeza del panteón primitivo estaba la tríada Júpiter, Marte y Quirino (cuyos tres sacerdotes, o flamines, tenían el mayor rango), y Jano y Vesta. Estos dioses antiguos tenían poca individualidad, y sus historias personales carecían de matrimonios y genealogías. A diferencia de los dioses griegos, no se consideraba que funcionaban de la misma forma que los mortales, y por ello no existen muchos relatos de sus actividades. Este culto primitivo esta asociado con Numa Pompilio, el segundo rey de Roma, de quien se creía que tuvo como consorte y consejera a la diosa romana de las fuentes y los partos, Egeria, a quien a menudo se identifica como una ninfa en las fuentes literarias posteriores. Sin embargo, se añadieron nuevos elementos en una época relativamente temprana. A la casa real de los Tarquinios se atribuyó en las leyendas el establecimiento de la gran Tríada Capitolina, Júpiter, Juno y Minerva, que asumió el lugar supremo en la religión romana. Otras adiciones fueron el culto a Diana en el monte Aventino y la introducción de los Libros Sibilinos, profecías de la historia del mundo que, según la leyenda, fueron compradas por Tarquinio a finales del siglo IV adC a la Sibila de Cumas.

Dioses extranjeros [editar]

La absorción de deidades locales vecinas tuvo lugar a medida que el estado romano conquistaba el territorio vecino. Los romanos solían conceder a los dioses locales del territorio conquistado los mismos honores que a los dioses antiguos que habían sido considerados propios del estado romano. En muchas casos las recién adquiridas deidades eran invitadas formalmente a llevar su domicilio a nuevos santuarios en Roma. En 203 adC, la figura de culto representativa de Cibeles fue retirada de Pesino (Frigia) y acogida ceremoniosamente en Roma. Además, el crecimiento de la ciudad atrajo a extranjeros, a los que se permitía continuar con la adoración a sus propios dioses. De esta forma llegó Mitra a Roma y su popularidad en las legiones extendió su culto hasta tan lejos como Bretaña. Además de Cástor y Pólux, los asentamientos conquistados en Italia parecen haber contribuido al panteón romano con Diana, Minerva, Hércules, Venus y otras deidades de menor rango, algunas de la cuales eran divinidades itálicas, procediendo otras originalmente de la cultura griega de Magna Grecia. Las deidades romanas importantes fueron finalmente identificadas con los más antropomórficos dioses y diosas griegos, y asumieron muchos de sus atributos y mitos.

Véase también [editar]

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s2t2 -Mitología egipcia

Mitología egipcia

De Wikipedia, la enciclopedia libre

La mitología egipcia es el nombre del conjunto de creencias sustentadas por los pobladores del antiguo Egipto, anteriores a la llegada del cristianismo. Sus prácticas fueron prohibidas en tiempos de Justiniano I, en el año 535.

El lapso de su desarrollo es de unos 3000 años, variando estas creencias a través del tiempo, por lo tanto, un artículo o incluso un libro, no puede hacer más que resumir la multitud de entidades y temas de este sistema complejo de creencias. La iconografía egipcia es muy diferente de la griega o romana: en la mitología egipcia muchas deidades son representadas con cuerpo humano y cabeza de animal.

Maat representada como una divinidad.
Maat representada como una divinidad.

Introducción [editar]

Las ideas religiosas de los antiguos egipcios tienen dos fases:

  • Durante la época predinástica, divinizaron aquellos fenómenos naturales que les desconcertaban, o infundían temor, de los que no conocían la razón de su proceder; asociaron estas divinidades con las características de ciertos animales, y los representaron con forma humana aunque conservando rasgos zoomorfos: el halcón en el dios Horus, "el elevado", dios del cielo; el perro egipcio, o chacal del desierto, "el guardián de las necrópolis", se convierte en un dios protector, Anubis; el cocodrilo del Nilo, un peligro constante, en un dios temido, venerado en la región de El Fayum, etc. Además les atribuyeron conceptos humanos, como la relación familiar, por lo que se formaron tríadas compuestas por un dios, su esposa y su hijo, y también pasiones humanas por lo que se les rendía culto dando ofrendas en los templos a cambio de favores solicitados, o recibidos.
  • A pesar de la agrupación de los pueblos egipcios en las "Dos Tierras": el Alto y Bajo Egipto, cada uno de los nomos (provincias) mantuvo sus deidades protectoras, lo que significaba la veneración a decenas de dioses, que adquirían mayor o menor relevancia según la que tuviese cada ciudad: Heliópolis adoraba a Ra, Tebas a Amón, Menfis a Ptah y Hator, etc.

Los sacerdotes de los templos principales comenzaron a organizar esta multitud de dioses y a explicar sus relaciones, la creación del mundo, las crecidas del Nilo, etc., ideando y sistematizando las creencias en las denominadas teología Heliopolitana, Tebana, etc., reflejadas en los Textos de las Pirámides, el Libro de los Muertos, a los que siguió la redacción de otros similares.

Su visión está basada en su propio país, tierra fértil junto a un río y con un desierto alrededor. Por lo tanto el mundo para ellos se dividía en tres regiones:

  • El Cielo, Nun, morada de los dioses, cuya diosa celeste Nut, "La grande que parió a los dioses", era representada como una mujer con el cuerpo arqueado cubriendo toda la Tierra.
  • La Tierra, morada de los hombres, la Casa de Geb, el dios creador, representado como un hombre tumbado bajo Nut.
  • El inframundo, o Duat, el reino de los muertos, donde reinaba Horus, espacio recorrido en su barca solar por Ra, durante la noche, y por donde transitaban los espíritus de los difuntos sorteando los peligros del Más Allá.

Los dioses [editar]

Las principales divinidades estaban organizadas en cinco grupos diferentes:

  • La Enéada de Heliópolis “Las almas de Thot”: Atum, Shu, Tefnut, Nut, Geb, Isis, Osiris, Neftis y Seth; cuyo dios principal es Atum.
  • La Ogdóada de Hermópolis: Num, Nunet, Heh, Hehet, Kek, Keket, Amón y Amonet; de donde surgió el dios Ra.
  • La tríada de Elefantina: Jnum-Satis-Anuket (donde Jnum es el dios primordial).
  • La tríada de Tebas: Amón-Mut-Jonsu (donde el dios principal es Amón).
  • La tríada de Menfis: Ptah-Sejmet-Nefertum (donde Ptah era el dios principal; es inusual el hecho de que los dioses no estaban relacionados antes de que ésta fuera formalizada).
Amón, en Karnak.
Amón, en Karnak.

Mientras los líderes de los diversos grupos ganaban y perdían influencia, las creencias dominantes se transformaban, combinaban y sincretizaban. Ra y Atum se convirtieron en Atum-Ra, con las características de Ra como dominantes, y posteriormente Ra fue asimilado a su vez por Horus, como Ra-Horajti. Después de que Ptah se convirtiera en Ptah-Seker, fue asimilado por Osiris, convirtiéndose en Ptah-Seker-Osiris.

Con las diosas sucedió lo mismo: Hathor asimiló inicialmente las características de otras diosas, pero en última instancia fue asimilada con Isis. Los dioses maléficos fueron amalgamados de la misma forma, como Seth, quien originalmente era un héroe, asimiló todos las características de los dioses malvados, al cual condenaron posteriormente por haber sido elegido como dios protector de los gobernantes hicsos.

Durante la época de influencia helénica sobre Egipto, lo que perduró con más vigor fue la triada: Osiris, Isis, y Horus; y su enemigo Seth, tal como se ejemplifica en la "Leyenda de Osiris e Isis". La triada había asimilado muchos de los cultos y deidades anteriores, y cada dios era adorado en su preferente lugar de veneración: Osiris en Abidos, Isis en Dendera, y Horus en Edfu. Incluso en esta etapa, continuaba la fusión, con Osiris como un aspecto de Horus (y viceversa), dirigiéndose paulatinamente hacia el monoteísmo. Sin embargo, el monoteísmo, o henoteísmo, había surgido con anterioridad, fugazmente, en el siglo XIV adC, cuando Ajenatón había intentado priorizar el culto de Atón, en la forma de disco solar, aunque fue violentamente rechazado posteriormente por el clero y el pueblo egipcio.

Según el Canon Real de Turín, varios dioses gobernaron Egipto: Ptah, Ra, Shu, Geb, Osiris, Seth, Thot, Maat y Horus; cada cual durante inmensos periodos de tiempo, después reinaron los Shemsu Hor durante 13.420 años, antes de surgir la primera dinastía de faraones. Así, los predecesores de Menes ocuparon el trono egipcio durante 36.620 años.

Principales divinidades egipcias:

Vida después de la muerte [editar]

La creencia inicial en la inmortalidad de dioses y faraones, posteriormente extendida al resto de los egipcios, significó que se practicara el embalsamamiento y la momificación, para poder preservar la integridad del individuo en la vida futura, según los textos de la mitología egipcia.

El espíritu humano [editar]

Los antiguos egipcios consideraban que el espíritu humano estaba conformado por el Ba, el Ka y el Aj.

Los egipcios creían que el espíritu de los difuntos era conducido por Anubis hacia el lugar del juicio, en la "sala de las dos verdades", y el corazón del muerto, que era el símbolo de la moralidad del difunto, se pesaba, en una balanza, contra una pluma que representaba el Maat, el concepto de verdad, armonía y orden universal. Si el resultado era favorable, el difunto es llevado ante Osiris en Aaru, sin embargo, Ammit, "el devorador de corazones", que se representaba como un ser mezcla de cocodrilo, león e hipopótamo, destruía aquellos corazones cuya sentencia resultaba negativa, impidiendo su inmortalidad.

Las palabras justas [editar]

El Libro de los Muertos era una serie de 190 fórmulas mágicas, adaptadas a las circunstancias particulares de cada individuo, las cuales eran depositadas junto al difunto, o grabadas en los muros de la tumba para facilitar su viaje por la Duat; también contenía las palabras adecuadas a utilizar en su juicio: las palabras justas. Uno de los mejores ejemplos del Libro de los Muertos es el Papiro de Ani, creado alrededor de 1240 adC, que además de textos contiene muchas imágenes de Ani y de su esposa en su viaje a través del mundo de los muertos.

El período monoteísta [editar]

Ajenatón y su familia venerando a Atón, en Ajetatón (Amarna)
Ajenatón y su familia venerando a Atón, en Ajetatón (Amarna)

Un intervalo corto del monoteísmo (Atonismo) ocurrió bajo el reinado de Ajenatón (Akhenatón), enfocado en la deidad egipcia del sol, Atón. Ajenatón proscribió la veneración de otros dioses y construyó una nueva capital, Ajetatón (Amarna), alrededor del templo para Atón.

El cambio religioso perduró solamente hasta la muerte de Tutanjamón (Tutankamón), el hijo de Ajenatón y de una esposa secundaria. Por ser este cambio muy impopular fue rápidamente proscrito. De hecho, el borrado de los nombres de Ajenatón y Tutanjatón de los muros y de las listas reales se relaciona con este radical cambio religioso.

Después de la caída del faraón de Amarna, el panteón egipcio original perduró como fe dominante, hasta la imposición del cristianismo copto y, posteriormente, del islam, aunque los egipcios continuaron teniendo relaciones con otras culturas monoteístas, como los hebreos. Asombrosamente, el pueblo egipcio apenas opuso resistencia a la difusión del cristianismo, explicado en ocasiones afirmando que Jesús, originalmente, era un sincretismo vinculado principalmente a Horus, con Isis representando a la Virgen María.

Henoteísmo [editar]

Algunos egiptólogos consideran este culto más próximo al henoteísmo; otros eruditos, sobre todo aquellos con tendencias religiosas judeocristianas, opinan que es incorrecto ver este período como monoteísta, e indican que los egipcios no adoraba a Atón, sino a la familia real como parte del panteón de los dioses, quienes recibirían su energía divina de Atón. Una controvertida teoría alternativa reciente, propuesta por Ahmed Osman, como resultado de la interpretación de elementos referentes a historia bíblica y egipcia, propone que Moisés y Ajenatón eran la misma persona.

Influencias externas [editar]

Egipto mantuvo relaciones con los habitantes de Nubia, Libia y Canaán, los pueblos fronterizos, comerciales o bélicas en diversos periodos. También fue influenciado por los gobernantes griegos ptolemaicos, que reinaron en Egipto durante 300 años. Egipto finalmente fue incorporado en el Imperio Romano, gobernado inicialmente por Roma y posteriormente desde Constantinopla, hasta la conquista árabe.

Periodo hicso: dinastía XV y dinastía XVI [editar]

Tras el derrumbe del Imperio Antiguo comienza el denominado primer periodo intermedio de Egipto. Durante esta época, en el delta del Nilo surgen los gobernantes hicsos (inmigrantes asiáticos), que dominan Egipto personalmente, o mediante mandatarios vasallos (dinastía XV y dinastía XVI). Es el auge del dios Seth, posteriormente denostado tras la expulsión de los hicsos.

Periodo libio: dinastía XXII a dinastía XXV [editar]

Egipto tuvo durante mucho tiempo lazos con Libia. Después de la muerte de Ramsés XI, el sumo sacerdote de Amón Herihor tomo el control de Egipto hasta que fueron reemplazados (sin signos de lucha evidente) por los reyes libios de la dinastía XXII. El primer rey de la nueva dinastía, Sheshonq I, sirvió como general bajo los mandatarios de la dinastía XXI. Se sabe que él designó a su propio hijo para ser el sumo sacerdote de Amón, una ocupación que previamente era un cargo hereditario. Los escasos escritos de este período sugieren que fue un evento sin resolver.

Serapis. Louvre.
Serapis. Louvre.

Periodo Ptolemaico (304 a 30 adC) [editar]

Comenzó con Ptolomeo I Sóter y término con Cleopatra VII. Ptolomeo I Sóter "salvador", fundó la dinastía Ptolemaica, la cual gobernaría Egipto unos 300 años. Los ptolomeos promovieron el culto a Serapis, deidad sicrética de Osiris y Apis. Varios reyes ptolemaicos adoptaron la costumbre egipcia de desposarse con sus hermanas, y muchos gobernaron conjuntamente con sus esposas. El último de los Ptolomeos, la famosa Cleopatra, fue una de las escasas reinas que gobernaría en Egipto.

Periodo Romano (30 adC a 639 ddC) [editar]

Egipto fue incorporado al Imperio Romano y gobernado, primero, desde Roma y posteriormente desde Constantinopla (hasta la conquista árabe). El acontecimiento más revolucionario de la historia del Egipto Romano fue la introducción del cristianismo en el siglo II. Al principio fue perseguido vigorosamente por las autoridades romanas, que temieron la discordia religiosa más que cualquier otra cosa, en un país donde la religión había sido siempre suprema. Pero rápidamente ganó adherentes entre los judíos de Alejandría. De estos, pasó rápidamente hacia los griegos, y posteriormente a los egipcios nativos, quienes encontraron satisfactorias sus promesas de salvación personal y sus enseñanzas sobre igualdad social.

Templos [editar]

Templo de Hatshepsut en Deir el-Bahari
Templo de Hatshepsut en Deir el-Bahari

Muchos templos aun permanecen en pie, otros están en ruinas por erosión y vandalismo; bastantes han desaparecido, desgraciadamente, al ser utilizados como cantera de materiales para otras construcciones. El faraón Ramsés II fue un gran promotor, restaurador y, por desgracia, también usurpador de templos de faraones precedentes.

Los templos más importantes están en los actuales emplazamientos:

Bibliografía [editar]

  • Budge, E. A. Wallis: El libro egipcio de los muertos. Málaga: Editorial Sirio, 2007. ISBN 8478085327
  • Hornung, Erik: El uno y los múltiples. Concepciones egipcias de la divinidad. Madrid: Trotta, 1999. ISBN 8481642428.
  • Lara Peinado, Federico: Libro de los Muertos [1989]. Madrid: Tecnos, 4ª edición, 2005. ISBN 8430943439.
  • Naydler, Jeremy: El templo del cosmos. Madrid: Siruela, 2003. ISBN 8478447261.
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s2t2 -Fe bahá'í

Fe bahá'í

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Artículo destacado
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La Fe bahá'í (a veces denominada como bahaísmo o behaísmo), es una religión monoteísta cuyos fieles siguen las enseñanzas de Bahá'u'lláh, su profeta y fundador. Bahá'u'lláh enseñó que hay un único Dios que va revelando su voluntad a la humanidad de forma progresiva. Según el punto de vista bahá'í, cada una de las grandes religiones introducidas por los Mensajeros de Dios —como Moisés, Krishna, Buda Gautama, Zoroastro, Jesucristo, Mahoma y El Báb— constituyen etapas sucesivas en el desarrollo espiritual de la civilización. Los bahá’ís creen que Bahá'u'lláh ha sido el más reciente mensajero de esta saga y que sus enseñanzas están orientadas a los nuevos retos morales y espirituales de nuestra época. Como tal, la fe bahá’í se incluye entre las religiones abrahámicas.

Según el Anuario de la Enciclopedia Británica de 1992, la fe bahá’í es la segunda religión más extendida en el mundo entre las religiones independientes, de acuerdo al número de países en que se encuentra representada: está establecida en 247 países y territorios. Los bahá’ís provienen de entre más de 2.100 grupos étnicos, raciales y tribales y totalizan aproximadamente seis millones de fieles en el mundo. Los principales pasajes de las Escrituras bahá'í se han traducido a 802 idiomas. La idea central de la Fe bahá’í gira en torno a la humanidad como una única raza y al día de su unificación en una sociedad mundial.

Historia

El Bab

Lugar santo de los bahá’ís en la sede mundial bahá'í en Haifa, Israel
Lugar santo de los bahá’ís en la sede mundial bahá'í en Haifa, Israel

En 1844 el profeta persa Siyyid `Alí-Muhammad, que tomó el título de "El Bab" (en árabe "la Puerta"), instituyó una nueva religión. Ésta era distinta del Islam, aunque surgió de su seno, de igual modo que el cristianismo surgió del seno del judaísmo y el budismo del hinduismo. Los seguidores del Bab fueron conocidos como babíes y su religión como "Fe babí". La Fe babí (o babismo) tuvo sus propias escrituras y enseñanzas religiosas, no obstante fue muy efímera. Según el Bab, su misión principal era preparar el camino para "aquel al que Dios ha de manifestarse," el que fue prometido en las escrituras sagradas de todas las grandes religiones del mundo.

El creciente número de personas que se adherían a estas nuevas enseñanzas alarmó a las autoridades políticas y religiosas de Persia. El Bab y sus seguidores fueron perseguidos, siendo encarcelado y finalmente fusilado en Tabriz, Persia (actual Irán) el 9 de julio de 1850. Su misión duró seis años.

Bahá'u'lláh

Mírzá Husayn-`Alí, a quien el Bab dio el título de Bahá'u'lláh (en árabe "Gloria de Dios"), era un noble y uno de los primeros seguidores importantes del Bab. Fue arrestado y encarcelado en 1852 durante una gran persecución contra los babíes. En su confinamiento en las mazmorras del Síyah-Chál en Teherán, creyó recibir los primeros indicios de que él mismo era quien había sido profetizado por el Bab. Once años después, exiliado en Bagdad, anunció de manera formal su misión a su familia y a un pequeño grupo de seguidores.

La maquinación de las autoridades persas y otomanas fueron empujando a Bahá'u'lláh de exilio en exilio: de Bagdad a Estambul (Constantinopla), luego a Edirne (antigua Adrianópolis), también en el Imperio Otomano, para llevarlo finalmente a la colonia penal de Acre (actual Israel) en 1868. Bahá'u'lláh permaneció en Acre hasta su fallecimiento el 29 de mayo de 1892 tras cuarenta años de exilio y confinamiento. La Fe bahá’í considera su sepulcro en las afueras de la ciudad como el lugar más sagrado de la tierra. Los fieles realizan sus plegarias cada día orientados en la dirección de ese lugar.

El otro lugar santo de la Fe bahá’í en Israel es la tumba o Santuario del Bab, en la ladera del Monte Carmelo en Haifa. Los restos mortales del Bab fueron trasladados en secreto desde Persia hasta Tierra Santa y enterrados en el santuario construido y diseñado para ese propósito por Bahá'u'lláh.

Bahá'u'lláh escribió el equivalente a más de cien volúmenes de textos que la Fe bahá’í considera inspirados por Dios, tanto en árabe como en persa. El principal repertorio de las leyes de la revelación de Bahá'u'lláh es el Kítab-i-Aqdas, "El Libro más Sagrado". El segundo en importancia es el Kitab-i-Iqan, compuesto en Bagdad y que reúne los rasgos elementales de la teología bahá'í.


`Abdu'l-Bahá

Abdu'l-Baha, el hijo de Bahá'u'lláh
Abdu'l-Baha, el hijo de Bahá'u'lláh

Antes de fallecer, Bahá'u'lláh nombró como sucesor y único intérprete de sus enseñanzas a su hijo mayor `Abdu'l-Bahá. Bahá'u'lláh lo designó "Centro del Convenio" y mandó a todos los bahá’ís que lo considerasen Cabeza de la Fe. Sin embargo, Bahá'u'lláh siguió siendo el único profeta de la Fe bahá’í. En la Fe bahá’í, el término "Convenio" hace referencia a la promesa de Dios de enviar profetas para hablar a través de ellos así como a la sucesión de autoridad de Bahá'u'lláh a `Abdu'l-Bahá y de `Abdu'l-Bahá a la Guardianía y la Casa Universal de Justicia. Aquellos que niegan y se rebelan públicamente contra la sucesión establecida de autoridad con la intención de hacerse con el liderazgo suelen ser declarados "Quebrantadores del Convenio" y expulsados de la comunidad bahá'í. Según las enseñanzas religiosas de la Fe bahá’í, el objetivo del Convenio es salvaguardar la unidad de la comunidad bahá'í y protegerla frente a posibles cismas. Algunos critican el uso de la amenaza de declaración de Quebrantador del Convenio por parte de las autoridades religiosas bahá'í como medio para coartar la libertad de expresión.

`Abdu'l-Bahá había compartido con su padre el exilio y la cárcel. Su confinamiento duró hasta que fue excarcelado con motivo de la revolución de los jóvenes turcos en 1908. Poco después de su liberación, `Abdu'l-Bahá viaja a Europa y a los Estados Unidos para proclamar las enseñanzas de su padre e impulsar el desarrollo de las incipientes comunidades baha'í que habían surgido en varios sitios de Europa, Estados Unidos y Canadá. Muchas de sus conferencias y charlas fueron grabadas y se han publicado en libros bajo los títulos de "La Sabiduría de `Abdu'l-Bahá" y "La Promulgación de la Paz Universal". Otra de las obras de `Abdu'l-Bahá, que sentó las bases de la expansión y consolidación de la comunidad mundial baha'í, es una serie de documentos llamados "Tablas del Plan Divino". También mantuvo una copiosa correspondencia con personas y comunidades baha'í durante muchos años, y muchas de esas cartas o "Tablas" se han traducido y publicado en varias lenguas.

`Abdu'l-Bahá murió en Haifa el 28 de noviembre de 1921.

El Convenio de Bahá'u'lláh y la división

Desde sus inicios en el babismo, la Fe bahá’í no ha estado exento de disputas. Ya bajo Baha'u'llah tuvo lugar una divergencia (finalmente escisión) entre él y su hermanastro menor, Subh-i-Azal, a quien el Bab había nombrado vagamente como Su nómino sujeto al consentimiento de Aquel al que Dios ha de manifestarse Bahá'u'lláh. Los seguidores de Subh-i-Azal empezaron a conocerse como azalís, mientras que los seguidores de Baha'u'llah se conocieron como baha'ís. Ya a inicios del siglo XX el grupo azalí había desaparecido.

La teología baha'í afirma que no son posibles los cismas permanentes dentro de la fe bahá'í, aún reconociendo intentos con ese propósito, al igual que en otras religiones anteriores. Desde el inicio de la fe bahá'í y con el fallecimiento de cada figura central de autoridad han tenido lugar intentos de hacerse con el control de la fe baha'í o de disgregarla. Los baha'ís pertenecientes al grupo mayoritario leal a la Casa Universal de Justicia con sede en Haifa, Israel, creen que cada una de estas tentativas en contra de la fe bahá’í han acabado desvaneciéndose en las tinieblas gracias a la protección del Convenio, que consiste básicamente en el testamento y última voluntad escritos por cada uno de los "Centros del Convenio". En estas voluntades escritas se incluyen instrucciones sobre cómo los baha'ís deben resolver los conflictos de opinión, en caso de surgir. La siguiente cita de 'Abdu'l-Bahá arroja luz sobre esto inequívocamente:

Una de las características más sublimes de la revelación de Bahá'u'lláh, una enseñanza especial no transmitida por ninguno de los profetas del pasado, es la ordenación y nombramiento del Centro del Convenio. Mediante este nombramiento y provisión Él ha salvaguardado y protegido la religión de Dios contra las diferencias y el cisma, haciendo imposible que nadie cree una nueva secta o facción en el credo.

'Abdu'l-Bahá

No obstante, otros textos, incluidos algunos de 'Abdu'l-Bahá, dejan claro que existirían tales intentos:

…tan penosa es la conducta de este falso pueblo que se vuelve un hacha golpeando en las mismas raíces del Árbol Bendito. Si hubiese que continuar soportándolos, en pocos días exterminarían la Causa de Dios, Su Palabra y hasta a sí mismos. Por eso, los amados del Señor deben sustraerse de éstos, evitarlos, frustrar sus maquinaciones y su maligna murmuración, guardar la Ley de Dios y su religión, consagrarse todos a difundir las delicias de Dios y proclamar sus enseñanzas con sus máximos esfuerzos.

'Abdu'l-Bahá

La tentativa cismática más reciente se remonta a 1960, cuando Charles Mason Remey hizo un llamamiento a que la comunidad bahá'í lo reconociera como Cabeza de la Fe. Un pequeño grupo aceptó a Remey mientras la mayoría lo rechazaba y seguía fiel a la Casa Universal de Justicia de Haifa. El grupo de Remey se escindió en facciones, la mayor de las cuales se hizo llamar Fe Bahá'i Ortodoxa. Tras la muerte de Remey en 1974, su grupo ha sufrido más escisiones. Una historia de estos conflictos según la perspectiva de la Casa Universal de Justicia existe en la web baha'í [1].

Cronología breve

  • 12 de noviembre de 1817, Nacimiento de Bahá'u'lláh
  • 20 de octubre de 1819, Nacimiento del Bab
  • 23 de mayo de 1844, Declaración del Bab en Shiraz, Irán.
  • 9 de julio de 1850, Martirio del Báb en Tabriz, Irán.
  • 15 de octubre de 1852, Durante su confinamiento de cuatro meses en una mazmorra de Teheran, Bahá'u'lláh afirma recibir los primeros indicios de que es él mismo quien fue predicho por el Bab.
  • 12 de enero de 1853, Bahá'u'lláh se exilia en Bagdad.
  • 23 de abril de 1863, Declaración de Bahá'u'lláh en el Jardín de Ridwán, en Bagdad, en víspera de su exilio en Constantinopla.
  • 31 de agosto de 1868, Llegada de Bahá'u'lláh a la colonia penal de Acre.
  • 29 de mayo de 1892, muerte de Bahá'u'lláh.
  • 1893, La Fe bahá’í es mencionado por vez primera por un periódico estadounidense.
  • 1898, Primera peregrinación de creyentes occidentales, incluyendo a Phoebe Hearst y al primer creyente afroamericano, Robert Turner, a Tierra Santa, donde visitaron a `Abdu'l-Bahá en la cárcel.
  • Septiembre 1908, `Abdu'l-Bahá es excarcelado a los 64 años de edad, después de una vida de exilio y prisión.
  • Abril-diciembre de 1912, Viajes de `Abdu'l-Bahá a Norteamérica.
  • 1914-1918, Primera Guerra Mundial. `Abdu'l-Bahá escribe las Tablas del Plan Divino.
  • 27 de abril de 1920, `Abdu'l-Bahá es ordenado Caballero del Imperio Británico en reconocimiento de su labor humanitaria durante la Primera Guerra Mundial.
  • 28 de noviembre de 1921, Muerte de `Abdu'l-Bahá en Haifa
    (Esta fecha marca el final de la "Edad heroica de la Fe Baha'í" y el inicio de la "Edad Formativa" según Shoghi Effendi)
  • 1937, Shoghi Effendi lanza el "Plan Divino" para la difusión de la Fe bahá’í en el mundo.
  • 1944, Publicación de "God Passes By", de Shoghi Effendi.
  • 1951, Once Asambleas Espirituales Nacionales en funcionamiento.
  • 1951-1957, Shoghi Effendi nombra 32 "Manos de la Causa de Dios" adicionales.
  • noviembre de 1957, Fallece Shoghi Effendi.
  • 1957-abril de 1963. La Fe es dirigida por los 27 restantes Manos de la Causa.
  • abril de 1963, Se elige la primera Casa Universal de Justicia mediante representantes de 56 Asambleas Espirituales Nacionales reunidos en Haifa. [2]

Orden administrativo

El Testamento y Última Voluntad de `Abdu'l-Bahá [3] es el estatuto del orden administrativo Baha'í. En este documento `Abdu'l-Bahá establece las instituciones gemelas de la Guardianía y la Casa Universal de Justicia. Asimismo designa a su nieto mayor, Shoghi Effendi, como Guardián de la Fe Baha'í. Gracias a las precisas instrucciones del Testamento y Última Voluntad, no se cuestionó la sucesión del liderazgo de la Fe.

Shoghi Effendi, estudiante en Oxford cuando murió su abuelo, fue Guardián de la Fe Bahá'í hasta su propia muerte en 1957. Durante treinta y seis años fue preparando al Fe bahá’í y a su estructura administrativa de cara a la elección de la primera Casa Universal de Justicia. Ya que la Fe bahá’í contaba apenas con una comunidad pequeña e inmadura cuando el Guardián se hizo cargo de liderar la Fe, muchos años fueron necesarios para fortalecerla y desarrollarla hasta que fuera capaz de asumir la estructura administrativa imaginada por `Abdu'l-Bahá. Shoghi Effendi se consagró enteramente a este objetivo.

Como indican el testamento y la voluntad escrita de `Abdu'l-Bahá, los papeles desempeñados por la Guardianía y la Casa Universal de Justicia se complementan: la Guardiania cumple labores de interpretación mientras que la Casa Universal de Justicia está orientada hacia tareas legislativas. Ninguna de las dos debe actuar en las competencias de la otra. Shoghi Effendi ejerció en vida las funciones interpretativas de su Guardianía. Tradujo los textos sagrados de la Fe bahá’í, planificó la expansión mundial de la comunidad bahá'í, desarrolló el Centro Mundial Bahá'í en Haifa, mantuvo una copiosa correspondencia con comunidades y particulares de todo el mundo y organizó la estructura administrativa, preparando a la comunidad para la futura Casa Universal de Justicia.

El testamento y la voluntad escrita de `Abdu'l-Bahá establecía la sucesión de los Guardianes, pero esto no habría de cumplirse. `Abdu'l-Bahá prescribió que a cada Guardián le sucediera su primogénito y, en caso de que éste no heredara las aptitudes espirituales del Guardián, entonces debía nombrar como tal a otro descendiente varón de Bahá'u'lláh. Sin embargo Shoghi Effendi no tuvo descendencia y todos los miembros de su familia se habían ido rebelando contra la autoridad que se le había conferido, con lo cual eran "Quebrantadores del Convenio". Por lo tanto no le fue posible designar a su sucesor como Guardián. También estaba establecido en la voluntad escrita de `Abdu'l-Bahá que sólo la Casa Universal de Justicia estaba facultada para resolver asuntos no tratados por Bahá'u'lláh o `Abdu'l-Bahá, y era obvio que la sucesión de Shoghi Effendi era de la competencia de ese órgano. Así que Shoghi Effendi dejó establecidas las bases para la elección de la primera Casa Universal de Justicia. Este órgano de nueve miembros que gobierna a la comunidad bahá'í en el mundo fue elegido por vez primera en 1963. Ese mismo año determinó que no había "forma de nombrar o legislar para la designación de un segundo Guardián que suceda a Shoghi Effendi" [4]. Los bahá’ís fieles al Convenio aceptaron esta decisión asumida por lo que ellos consideran que es una autoridad central de su fe guiada por Dios.

No existe clero en la Fe bahá’í. A nivel de base, las comunidades bahá'ís se gobiernan por consejos de nueve miembros libremente elegidos llamados "Asambleas Espirituales Locales". De igual modo, las "Asambleas Espirituales Nacionales" dirigen y coordinan los asuntos de las comunidades bahá'ís nacionales. El proceso electoral bahá'í es único. No existen candidaturas ni campañas y el propósito es elegir a los miembros que posean en mayor grado las aptitudes espirituales que les permitan servir a la comunidad. Hombres y mujeres de más de 21 años pueden ser electores y ser elegidos miembros de las asambleas locales y nacionales. Sólo los hombres pueden acceder a miembros de la Casa Universal de Justicia.

Enseñanzas y leyes

Las enseñanzas básicas de Bahá'u'lláh son éstas:

  • Sólo hay una deidad suprema (Dios) y es incognoscible para el hombre.
Bahá'u'lláh escribe al respecto:
«Tan perfecta y abarcadora es Su creación que ni mente ni corazón, no importa su pureza o perspicacia, podrá alcanzar a vislumbrar la naturaleza de la más insignificante de sus criaturas; mucho menos mensurar el misterio de Aquel que es la Estrella Diurna de la Verdad, que es la Esencia invisible e incognoscible...»
además
«Todo aquello que los sabios o místicos dijeron o escribieron nunca ha sobrepasado, ni puede aspirar a hacerlo, las limitaciones a las que el intelecto finito del hombre está sujeto. No importan las cimas que la mente del más exaltado de los hombres pueda alcanzar, ni las profundidades en las que el corazón pueda penetrar. La criatura nunca podrá trascender sus propios pensamientos. La meditación del pensador más profundo, la devoción del más consagrado de los santos, las más altas expresiones de alabanza salidas de la lengua o de la pluma, son sólo reflejos de lo que ya ha sido creado dentro de cada uno.»
  • Sólo existe una humanidad -- las distinciones de raza, género, etc. sólo son distinciones de apariencia, no del carácter innato o de la aptitud y son iguales a los ojos de Dios.
  • Todas las grandes religiones del mundo reciben su inspiración de la misma fuente divina.
`Abdu'l-Bahá escribió:
«Las diferencias entre las religiones del mundo son producto de los distintos tipos de mentalidad.»
Considerando las relaciones y posición de los distintos fundadores de las grandes religiones del mundo, a las que los bahá’ís se refieren como "Manifestaciones de Dios", Bahá'u'lláh escribe:
«Dios ha ordenado que el conocimiento de estos seres santificados sea al conocimiento de Sí Mismo. Quien los reconozca ha reconocido a Dios. Quien escuche su llamada ha escuchado la voz de Dios y quien testifica de la veracidad de su Revelación ha testificado de la veracidad del mismo Dios. Quienes les dan la espalda han dado la espalda a Dios y quienes no creen en ellos no creen en Dios... Ellos son Manifestaciones de Dios entre los hombres, las pruebas de Su Verdad y las señales de Su Gloria.»
Ya que los fundadores de las religiones del mundo son esencialmente las manifestaciones de un Dios, se sigue que las religiones mismas provienen de la misma fuente y tienen el mismo propósito. Bahá'u'lláh insta a los fieles de las distintas religiones a echar a un lado sus diferencias.
«El Gran Ser dice: ¡Oh hijos de los hombres! El propósito fundamental que anima la Fe de Dios y Su Religión es salvaguardar los intereses y promover la unidad de la raza humana, así como impulsar el espíritu de amor y compañerismo entre los hombres. No os hagáis una fuente de disensión y discordia, odio y enemistad.»
Bahá'u'lláh instó a la eliminación de la intolerancia religiosa. `Abdu'l-Bahá expresa la misma idea con mayor énfasis en su testamento.
«Fraternizad con todos los pueblos y religiones del mundo con la mayor sinceridad, fidelidad, cordialidad, buena voluntad y amistad, para que todo el mundo sea lleno del santo éxtasis de la gracia de Bahá, para que la ignorancia, enemistad, odio y rencor se desvanezcan del mundo y las tinieblas del desencuentro entre los pueblos y linajes del mundo den paso a la Luz de la Unidad.» [5]
Los bahá’ís a menudo emplean el término "Revelación Progresiva", que significa que Dios se revela a la humanidad progresivamente, a medida que maduramos y podemos comprender el propósito de Dios al crear la humanidad.

Principios sociales

La siguiente es una lista de los 12 principios de la Fe Bahá'í. Se presenta a menudo como un resumen breve de las enseñanzas Bahá'ís. Provienen de una variedad de listas semejantes extraídas de las transcripciones de discursos emitidos por `Abdu'l-Bahá durante su viaje por Europa y Norteamérica en 1912. La lista no es oficial y circulan varias de estas listas.

  • La unicidad de Dios
  • La base de todas las religiones es la misma
  • La unidad en diversidad de la humanidad
  • La igualdad entre hombres y mujeres
  • La eliminación de toda forma de prejuicio
  • La paz mundial
  • La armonía de la religión y la ciencia
  • La necesidad de una educación obligatoria universal
  • La obediencia al gobierno
  • La no participación en política
  • Una solución espiritual a los problemas económicos
  • La eliminación de la pobreza y riqueza extremas

Otro principio bahá'í es la moderación en todo (específicamente en el celo libertador, civilizatorio y religioso y en la interpretación literal de las escrituras).

La Fe Bahá'í dice que, aunque nuestra época está a oscuras, el futuro de la humanidad es brillante y la paz mundial es inevitable.

La Fe Bahá'í dice que Bahá'u'lláh es la manifestación de Dios para nuestra época. Un bahá'í se dedica a seguir sus enseñanzas y observar sus leyes.

Ritos

No existen ritos o tradiciones en la Fe bahá’í (la rigidez se considera una cualidad a evitar). Sin embargo, hay algunas reglas que el Kitáb-i-Aqdas prescribe como obligatorias:

  • Hay un conjunto específico de votos matrimoniales.
  • Hay algunas prácticas funerarias específicas.
  • Los bahá’ís están obligados a:
    • Recitar una oración preceptiva todos los días orientados en dirección al Qiblih (el Punto de Adoración).
    • Leer las sagradas escrituras de su fe cada mañana y noche.

Se prohíbe terminantemente la petición de fondos a particulares. Las instituciones bahá'ís tienen prohibido aceptar contribuciones provenientes de personas que no sean bahá'ís registrados.

Leyes y ordenanzas

  • Los bahá’ís en buen estado de salud entre los 15 y los 70 años observan un ayuno de 19 días cada año entre la salida y la puesta del sol. Tiene lugar del 2 de marzo al 21 de marzo durante el mes de Alá del calendario bahá'i.
  • No existen tabúes alimenticios, aunque a los bahá’ís se les prohíbe beber alcohol o consumir drogas con propósitos lúdicos ya que interfieren con el crecimiento espiritual del individuo. El uso del tabaco no está prohibido pero se desaconseja.
  • Los bahá’ís obedecerán las decisiones tomadas por sus asambleas espirituales locales y nacionales (consejos religiosos electos) y la Casa Universal de Justicia. Si lo incumplen reiteradamente de forma que pongan en peligro la Fe se les puede sancionar con la pérdida de derechos administrativos o con la expulsión. Las autoridades bahá'ís piden que sea evitada toda persona que haya sido declarada quebrantadora del convenio.
  • La vida familiar se considera la piedra angular de la sociedad. Se alientan los matrimonios. Sólo está permitido el matrimonio entre hombre y mujer. Está prohibida cualquier relación homosexual en la Fe bahá’í.
    • Se pide castidad fuera del matrimonio.
    • Las parejas deben tener el consentimiento de los progenitores vivos para poder casarse, ya que los bahá’ís enseñan que el matrimonio no es sólo la unión entre personas sino entre familias.
    • Se espera una fidelidad absoluta de ambos consortes.
    • Se permiten los matrimonios entre miembros de distintas religiones. Se fomentan los matrimonios interraciales.
    • Se permite el divorcio, aunque éste no se toma a la ligera y se considera con suma seriedad. Se lleva a cabo si, tras un año de separación, la pareja es incapaz de reconciliarse.
    • Los padres deben dar educación a sus hijos. Si los recursos permiten sólo la educación de uno de ellos, la hija debe ser quien la reciba ya que será la que primero eduque a sus futuros hijos.

Calendario

El calendario bahá'i fue establecido por el Bab. El año consta de 19 meses de 19 días y 4 ó 5 días que se intercalan entre éstos para completar un año solar. El Año Nuevo (llamado Naw Rúz) tiene lugar durante el equinoccio vernal, el 21 de marzo, al final del mes del ayuno. Las comunidades bahá'ís se reúnen al iniciarse cada mes en un encuentro llamado "fiesta" dedicado a la adoración, discusión y socialización. Aunque el nombre puede sugerir una comida elaborada, no tiene por qué ser así. A veces se toma un refrigerio abundante pero otras veces puede ser sólo pan y agua. La Fe bahá’í contempla 11 días sagrados al año, 9 de los cuales requieren que no se realice trabajo. Esos días conmemoran aniversarios importantes de la historia de la Fe bahá’í.

Para más información véase: calendario bahai

Mashriqu'l-Adhkár

La mayoría de reuniones bahá'ís tienen lugar en casas particulares, centros bahá'ís locales, o locales alquilados. En todo el mundo hay solamente siete Casas de Adoración Bahá'ís, con una octava ya en construcción. El nombre utilizado en los escritos bahá'ís para referirse a una Casa de Adoración es Mashriqu'l-Adhkár (lugar de la toma de conciencia del Recuerdo de Dios). El Mashriqu'l-Adhkár es el centro de un complejo de instituciones de la comunidad bahá'í.

Participación en la sociedad

La Fe bahá’í promueve de forma activa asuntos que tengan que ver con la justicia social donde quiera que se encuentren. Acogen el concepto de unidad de la humanidad como patrón de sus actos. La Fe bahá’í participa cada vez más en proyectos de desarrollo económico y social por todo el mundo.

Bahá'u'lláh abogó por la necesidad de un gobierno mundial en esta época de vida colectiva de la humanidad. Debido a este énfasis la Fe bahá’í ha apoyado a las Naciones Unidas desde su origen. La Comunidad Bahá'í Internacional tiene estatus consultivo ante el Consejo Económico y Social de la ONU y ante UNICEF. Ha desarrollado programas conjuntos de desarrollo con agencias de la ONU.

Referencias

  • `Abdu'l-Bahá (1944), The Will and Testament of `Abdu'l-Bahá, Bahá'í Publishing Trust, Wilmette, Illinois 60091. También online [6].
  • `Abdu'l-Bahá (1982), The Promulgation of Universal Peace: Talks Delivered by `Abdu'l-Bahá during His Visit to the United States and Canada in 1912, Bahá'í Publishing Trust, Wilmette, Illinois 60091. ISBN 0-87743-172-8. También online [7].
  • `Abdu'l-Bahá, Research Department of the Universal House of Justice (Ed.) (1982), Selections from the Writings of `Abdu'l-Bahá, The Camelot Press Limited, Southampton. ISBN 0-87743-190-6. También online [8].
  • Bahá'í International Community (2002). Bahá'í Development Projects: A Global Process of Learning. Revisado el 29 de diciembre de 2004.
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Enlaces externos

El contenido de este artículo incorpora material de una entrada de la Enciclopedia Libre Universal, publicada en castellano bajo la licencia GFDL.
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