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NOTA DE VREDONDOF :

ESTE ARTICULO A MI ME PARECIO MUY INTERESANTE , PERO ME HA COSTADO MUCHO "LLEGAR A LOS CONCEPTOS" , NO SE SI POR QUE A MIS 63 AÑOS YA PATINA UN POCO MI CABEZA , O BIEN PORQUE EL AUTOR TIENE UN NIVEL ... O QUE ESCRIBE PARA UN NIVEL DE PERSONAS CON UN INTELECTO MUY ELEVADO.

En cualquier caso merece la pena leerlo (con MUCHA ATENCION para enterarse ....)
La conclusion que saque en la 3ª leida que le di , fue que se puede DECIR LO MISMO con el 10 de palabras y utilizando un "estilo mas pegado a la tierra".

LOS ESPAÑOLES NO SON IDEALISTAS. EN LA MEDIOCRIDAD SE ENCUENTRAN A GUSTO

El perfeccionamiento humano se efectúa con ritmo diverso en las sociedades y en los individuos. Los más poseen una experiencia sumisa al pasado: rutinas, prejuicios, domesticidades. Pocos elegidos varían, avanzando sobre el porvenir; al revés de Anteo, que tocando el suelo cobraba alientos nuevos, los toman clavando sus pupilas en las constelaciones lejanas y de apariencia inaccesible. Esos hombres, predispuestos a emanciparse de su rebaño, buscando alguna perfección más allá de lo actual, son los "idealistas". La unidad del género no depende del contenido intrínseco de sus ideales sino de su temperamento: se es idealista persiguiendo las quimeras más contradictorias, siempre que ellas impliquen un sincero afán de enaltecimiento. Cualquiera. Los espíritus afiebrados por algún ideal son adversarios de la mediocridad: soñadores contra los utilitarios, entusiastas contra los apáticos, generosos contra los calculistas, indisciplinados contra los dogmáticos. Son alguien o algo contra los que no son nadie ni nada. Todo idealista es un hombre cualitativo: posee un sentido de las diferencias que le permite distinguir entre lo malo que observa, y lo mejor que imagina. Los hombres sin ideales son cuantitativos; pueden apreciar el más y el menos, pero nunca distinguen lo mejor de lo peor. Sin ideales sería inconcebible el progreso. El culto del "hombre práctico", limitado a las contingencias del presente, importa un renunciar a toda imperfección. El hábito organiza la rutina y nada crea hacia el porvenir; sólo de los imaginativos espera la ciencia sus hipótesis, el arte su vuelo, la moral sus ejemplos, la historia sus páginas luminosas.
Son la parte viva y dinámica de la humanidad; los prácticos no han hecho más que aprovecharse de su esfuerzo, vegetando en la sombra. Todo porvenir ha sido una creación de los hombres capaces de presentirlo, concretándolo en infinita sucesión de ideales. Más ha hecho la imaginación construyendo sin tregua, que el cálculo destruyendo sin descanso. La excesiva prudencia de los mediocres ha paralizado siempre las iniciativas más fecundas. Y no quiere esto decir que la imaginación excluya la experiencia: ésta es útil, pero sin aquélla es estéril. Los idealistas aspiran a conjugar en su mente la inspiración y la sabiduría; por eso, con frecuencia, viven trabados por su espíritu crítico cuando los caldea una emoción lírica y ésta les nubla la vista cuando observan la realidad. Del equilibrio entre la inspiración y la sabiduría nace el genio. En las grandes horas de una raza o de un hombre, la inspiración es indispensable para crear; esa chispa se enciende en la imaginación y la experiencia la convierte en hoguera. Todo idealismo es, por eso, un afán de cultura intensa: cuenta entre sus enemigos más audaces a la ignorancia, madrastra de obstinadas rutinas.
La humanidad no llega hasta donde quieren los idealistas en cada perfección particular; pero siempre llega más allá de donde habría ido sin su esfuerzo. Un objetivo que huye ante ellos se convierte en estímulo para perseguir nuevas quimeras. Lo poco que pueden todos, depende de lo mucho que algunos anhelan. La humanidad no poseería sus bienes presentes si algunos idealistas no los hubieran conquistado viviendo con la obsesiva aspiración de otros mejores.
En la evolución humana, los ideales se mantienen en equilibrio inestable. Todo mejoramiento real es precedido por conatos y tanteos de pensadores audaces, puestos en tensión hacia él, rebeldes al pasado, aunque sin la intensidad necesaria para violentarlo; esa lucha es un reflujo perpetuo entre lo más concebido y lo menos realizado. Por eso los idealistas son forzosamente inquietos, como todo lo que vive, como la vida misma; contra la tendencia apacible de los rutinarios, cuya estabilidad parece inercia de muerte. Esa inquietud se exacerba en los grandes hombres, en los genios mismos si el medio es hostil a sus quimeras, como es frecuente sobre todo en España. No agita a los hombres sin ideales, informe argamasa de humanidad.
Toda juventud es inquieta. El impulso hacia lo mejor sólo puede esperarse de ella: jamás de los enmohecidos y de los seniles. Y sólo es juventud la sana e iluminada, la que mira al frente y no a la espalda; nunca los decrépitos de pocos años, prematuramente domesticados por las supersticiones del pasado: lo que en ellos parece primavera es tibieza otoñal, ilusión de aurora que es ya un apagamiento de crepúsculo.
Sólo hay juventud en los que trabajan con entusiasmo para el porvenir; por eso en los caracteres excelentes puede persistir sobre el apeñuscarse de los años. Nada cabe esperar de los hombres que entran a la vida sin afiebrarse por algún ideal; a los que nunca fueron jóvenes, paréceles descarriado todo ensueño. Y no se nace joven: hay que adquirir la juventud. Y sin un ideal no se adquiere.
Los idealistas suelen ser esquivos o rebeldes a los dogmatismos sociales que los oprimen. Resisten la tiranía del engranaje político nivelador, aborrecen toda coacción del sistema, sienten el peso de los honores con que se intenta domesticarlos y hacerlos cómplices de los intereses creados, dóciles maleables, solidarios, uniformes en la común mediocridad.
Las fuerzas conservadoras que componen el subsuelo social pretenden amalgamar a los individuos, decapitándolos; detestan las diferencias, aborrecen las excepciones, anatematizan al que se aparta en busca de su propia personalidad. El original, el imaginativo, el creador no teme sus odios: los desafía, aun sabiéndolos terribles porque son irresponsables y asesinos como ultima solución. Por eso todo idealista es una viviente afirmación del individualismo, aunque persiga una quimera social; puede vivir para los demás, nunca de los demás. Su independencia es una reacción hostil a todos los dogmáticos. Concibiéndose incesantemente perfectibles, los temperamentos idealistas quieren decir en todos los momentos de su vida, como Don Quijote: "yo sé quién soy". Viven animados de ese afán afirmativo. En sus ideales cifran su ventura suprema y su perpetua desdicha. En ellos caldean la pasión, que anima su fe; esta, al estrellarse contra la realidad social, puede parecer desprecio, aislamiento, misantropía: la clásica "torre de marfil" reprochada a cuantos se erizan al contacto de los obtusos. Diríase que de ellos dejó escrita una eterna imagen Teresa de Ávila: "Gusanos de seda somos, gusanillos que hilamos la seda de nuestras vidas y en el capullito de la seda nos encerramos para que el gusano muera y del capullo salga volando la mariposa". Todo idealismo es exagerado, necesita serlo. Y debe ser cálido su idioma, como si desbordara la personalidad sobre lo impersonal; el pensamiento sin calor es muerte, frío, carece de estilo, no tiene firma.
Jamás fueron tibios los genios y los héroes. Para crear una partícula de Verdad, de Virtud o de Belleza, se requiere un esfuerzo original y violento contra alguna rutina o prejuicio; como para dar una lección de dignidad hay que desgoznar algún servilismo. Todo ideal es, instintivamente, extremo; debe serlo a sabiendas, si es menester, pues pronto se rebaja al refractarse en la mediocridad de los más. Frente a los hipócritas que usurpan poderes civiles y mienten con viles objetivos, la exageración de los idealistas es, apenas, una verdad apasionada. La pasión es su atributo necesario, aun cuando parezca desviar de la verdad; lleva a la hipérbole, al error mismo; a la mentira nunca. Ningún ideal es falso para quien lo profesa: lo cree verdadero y coopera a su advenimiento, con fe, con desinterés. El sabio busca la Verdad por buscarla y goza arrancando a la naturaleza secretos para él inútiles o peligrosos. Y el artista busca también la suya, porque la Belleza es una verdad animada por la imaginación, más que por la experiencia. Y el moralista la persigue en el Bien, que es una recta lealtad de la conducta para consigo mismo y para con los demás. Tener un ideal es servir a su propia Verdad Siempre. Algunos ideales se revelan como pasión combativa y otros como pertinaz obsesión; de igual manera distínguense dos tipos de idealistas, según predomine en ellos el corazón o el cerebro. El idealismo sentimental es romántico: la imaginación no es inhibida por la crítica y los ideales viven de sentimiento. En el idealismo experimental los ritmos afectivos son encarrilados por la experiencia y la crítica coordina la imaginación: los ideales tórnanse reflexivos y serenos. Corresponde el uno a la juventud y el otro a la madurez. El primero es adolescente, crece, puja y lucha; el segundo es adulto, se fija, resiste, vence.
El idealista perfecto sería romántico a los veinte años y estoico a los cincuenta; es tan anormal el estoicismo en la juventud como el romanticismo en la edad madura. Lo que al principio enciende su pasión, debe cristalizarse después en suprema dignidad: ésa es la lógica de su temperamento. Sin embargo lo que si hay es mucha mediocridad. La mediocridad puede definirse como una ausencia de características personales que permitan distinguir al individuo en su sociedad. Ésta ofrece a todos un mismo fardo de rutinas, prejuicios y domesticidades; basta reunir cien hombres para que ellos coincidan en lo impersonal: "Juntad mil genios en un Concilio y tendréis el alma de un mediocre". Esas palabras denuncian lo que en cada hombre no pertenece a él mismo y que, al sumarse muchos, se revela por el bajo nivel de las opiniones colectivas.El régimén actual, la monarquía cainista, ha conseguido una vez más, a través de sus ladrones politicos, que los españoles sean mediocres y que todo destello de genialidad sea enterrado en el desprecio. El régimen es miedoso,cobarde y hurtador, teme por su continuidad, pues sabe que se ha llevado mucho y no ha ofrecido nada. Qué se puede esperar de un monarca que dice:"El recuerdo de Franco constituirá para mí una exigencia de comportamiento y de lealtad ...". Seguid votando, idealistas.
J.I.
"El sentido común es la cosa mejor repartida del mundo
porque todo el mundo cree poseerlo en cantidad suficiente." René Descartes.

LIBERTAD

-La filosofia de la libertad esta basada en la propiedad de uno mismo, esta simple pero elegante y contundente animacion la explicara exactamente. Esta es una gran herramienta que cualquiera puede usar para educar niños y adultos acerca del derecho a la vida, libertad y la capacidad de crear - y nuestra responsabilidad para pensar, hablar y actuar. La version en DVD de este video puede ser descargada gratis en: www.philosophyofliberty.blogspot.com CRÉDITOS AUTOR: Ken Schoolland schoolak001@hawaii.rr.com PRODUCTOR: Kerry Pearson (aka Lux Lucre) MÚSICA: Music2Hues www.music2hues.com WEBSITE: www.jonathangullible.com AYUDA: The Jonathan Gullible fund www.isil.org/tools/jonathan-gullible.html COPYRIGHT: www.creativecommons.org/licenses/by-nd-nc/1.0/ *

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ENTREVISTA CON GEORGE PACKER “Cuando Silicon Valley triunfe, sólo podrán lavar el coche o coger un taxi los ricos”


-El Desmoronamiento' es una ambiciosa obra ensayística que retrata la cara y la cruz de Estados Unidos. Su autor, George Packer, habla de un país corrupto, divido y desigual
Foto: El periodista George Packer. (Corbis)
El periodista George Packer. (Corbis)
George Packer, uno de los redactores estrella de The New Yorker, es un estadounidense de pura cepa. Incluso en su vestimenta: ningún europeo atendería a los medios con zapatillas blancas de deporte, vaqueros y la típica camisa estampada que está gritando “mírame, soy guiri y estoy haciendo turismo”. Quizás por ello ha sido capaz de retratar a sus compatriotas, lograr que compartan sus miedos y sus esperanzas, y construir uno de los mayores retratos sociológicos sobre la sociedad estadounidense.
El Desmoronamiento (Debate) es una ambiciosa obra periodística que retrata el declive de EEUU a través de varios personajes que representan la cara y la cruz del malogrado sueño americano: un hijo de granjeros abanderado de la nueva economía en el Sur rural, una obrera del cinturón industrial, un miembro del círculo político de Washington y uno de los más adinerados gurús de Silicon Valley.
En el libro Packer se limita a retratar una realidad, la de un país resquebrajado, donde la desigualdad y la corrupción han acabado con gran parte del entusiasmo que caracterizó durante décadas a sus ciudadanos.
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El periodista estó en España de visita y ayer impartió una conferencia en la Fundación Rafael del Pino. Ya que su libro es totalmente descriptivo, y el análisis brilla por su ausencia, intentamos que nos ofrezca algunas claves de este colapso americano, que, nos guste o no, es también el nuestro.
PREGUNTA. En su libro parece claro que la sociedad americana se está desmoronando.
RESPUESTA. Yo no hablaría de un desmoronamiento. Es una palabra muy fuerte. El libro en inglés se titula “The Unwinding” [literalmente, “el desenrollamiento”]. Es una palabra que no se usa mucho, pero desde luego no es “desmoronamiento”, que es como se ha traducido en España. Es menos fuerte, no significa que todo se esté colapsando, significa que estamos perdidos, pero quizás encontremos una forma de levantarnos de nuevo.
R. ¿Los americanos son consciente de su situación?
R. Las encuestas demuestran que los americanos, desde hace hace bastantes años, tienen menos fe en su futuro y en el de sus hijos. La razones de este problema son la desigualdad y la corrupción. No podemos decir que vivamos en un sueño. Aunque la economía esté creciendo, y lo ha hecho en los últimos dos años, la gente no ha cambiado su visión sobre el futuro. Hay un sentimiento profundo que no cambia aunque parezca que la economía vaya bien. El país está yendo en la dirección equivocada.
“Los estadounidenses siguen pensando que con su propio esfuerzo podrán salvarse, el individualismo sigue siendo muy fuerte”
P. Excepto algunos políticos y algunos grandes empresarios nadie cree realmente en la recuperación, pero el descontento no se ha traducido en un cambio político radical, ni aquí ni en EEUU. ¿Cuánto tiempo puede aguantar un sistema basado en la mentira de una recuperación ficticia o que sólo afecta a unos pocos?
R. La realidad es que en EEUU mucha gente no vota. No sé si ocurre lo mismo en España, pero en EEUU el gran ganador de todas las elecciones es “nadie”. Esto es un claro reflejo de la falta de confianza en la política. Siempre esperamos el final, y el final nunca llega. Vamos bajando niveles. Al menos en EEUU, la gente, a pesar de las encuestas tan pesimistas, es muy reacia a tirar la toalla. Siguen pensando que con su propio esfuerzo podrán salvarse, el individualismo sigue siendo muy fuerte.
P. ¿Ha visto la película Nightcrawler? Su protagonista es una imagen esperpéntica del tipo de discurso sobre el éxito que ha triunfado en EEUU y en la mayor parte de Occidente. Puedes hacer lo que sea para tener éxito. Y si no lo tienes es porque has hecho algo mal. Si estás desempleado, claro está, es por tu culpa. ¿En qué momento abrazamos este discurso que hoy es hegemónico?
R. No he visto la película, pero sé de qué hablas. No sé que ocurrirá en España, pero en EEUU el individualismo está presente desde el principio de los tiempos. Nuestro país se fundó a partir de una revolución contra el rey, no fue una revolución de clase como en Francia. Era una revolución política contra la idea de que un líder tuviera un poder excesivo. Todos los documentos de nuestra fundación –la declaración de independencia, la Constitución, la declaración de derechos…– son filosóficos, contienen una nueva idea de cómo construir un gobierno, y la idea es limitar el poder. Siempre hemos discutido sobre cuánto debemos limitar el poder, pero no hay duda de que nacimos como nación con la idea de limitar el poder, lo que significa que el poder va al individuo. Y de ahí surgió la idea de que puedes crear tu propia vida. Somos un país de emigrantes, siempre lo hemos sido, y los emigrantes no van a un sitio esperando que les cuiden, van a un sitio para formar una nueva vida. Estas dos cosas, la idea política de nuestra revolución y y nuestra naturaleza emigrante, es una combinación poderosa que crea un individualismo que yo creo excesivo.
P. Pero EEUU también ha tenido una importante tradición espiritual. La ética estaba presente. ¿Qué ha ocurrido?
R. Tenemos nuestras filosofías nativas y una de ellas, de la que hablo en el libro, es lo que se llamaba hace un siglo mind cure [“la cura de la mente”, también conocida como New Thought, o “nuevo pensamiento”]. Esta decía que podías curarte a ti mismo si pensabas y creías en la solución. Ponía muchísima responsabilidad en manos del individuo, puedes encontrarla en Emerson, y en muchos de los falsos filósofos que abundan hoy en día.
P. ¿Cómo todos los que trabajan en el mundo del coaching?
R. Sí, y también como Oprah Winfrey, que traslada este mensaje.
Oprah Winfrey en los Oscar de 2015. (Reuters)
Oprah Winfrey en los Oscar de 2015. (Reuters)
P. Se ha hablado mucho de la crisis de valores que está viviendo Occidente. ¿Qué valores cree que abraza la gente cuando todo se tambalea?
R. De alguna forma estamos viviendo en una cultura basura, llena de famosos, en la que triunfa la idea del todo o nada. ¿Pero esos son realmente los valores de la gente? Creo que el peligro es que si la gente piensa que el juego está amañado, como si viviéramos en un casino, entonces elegirán otros valores que no son buenos. Pensarán que la única manera de salir adelante pasa por hacer trampa. Y enseñarán a sus hijos a hacer trampa. En cierto modo ya está ocurriendo. Quizás no en mi mundo, pero en Nueva York la gente gasta muchísimo dinero para ayudar a sus hijos a que saquen buenas notas en los test de la escuela. Profesores particulares, lecciones, academias… Todo ello para conseguir que sus hijos entren en una buena universidad. No hacíamos eso cuando yo era joven. Sólo buscaban ayuda los padres cuyos hijos tenían muchos problemas. Aquí estamos hablando de ricos que dan a sus hijos una ayuda extra que los pobres no pueden permitirse. Yo creo que es una forma de engaño. Realmente ya no creemos en la meritocracia, ahora creemos que hay que hacer trampa. Y cuando la gente pobre ve a la gente rica hacer trampa en sus impuestos, en los negocios, con sus hijos en clase, con sus hipotecas… van a hacer trampas también. Si no crees en la meritocracia, en que tu esfuerzo es suficiente, ¿qué haces? Haces trampa.
P. Da la impresión de que, al menos en Occidente, la educación va en esa dirección. En España si eras bueno podías estudiar en las mejores universidades, que eran las públicas, aunque fueras pobre. Cada vez hay menos becas y es todo más caro. ¿Va la educación camino de convertirse en un muro que separe a la gente rica de la pobre?
R. Sí. En EEUU si vas a una escuela pública de un barrio pobre recibes una mala educación. Y con una mala educación no vas a llegar a la universidad. Aunque seas bueno, quizás ni siquiera pienses en acceder a la universidad, porque crees que no es para ti. Existe una división de clase en nuestras escuelas.
Peter Thiel. (Efe)
Peter Thiel. (Efe)
P. En libro habla de Peter Thiel, el multimillonario fundador de PayPal. ¿Qué tipo de futuro imaginan él y sus amigos de Silicon Valley? ¿Realmente creen que van a ser inmortales?
R. Sí lo piensan. Thiel es una persona interesante. Disfruté mucho hablando con él. Y es el ejemplo perfecto de lo extremas que son las ideas de Silicon Valley. En cierto sentido es gente que vive en otro mundo. Están aislados. Es un mundo de fantasía, con mucho dinero y una visión radical del futuro. Para ellos todos los cambios son buenos. La palabra favorita de Silicon Valley es "disrupción"[según la RAE “ruptura brusca”, aunque en términos del valle del silicio es más una transformación radical]. Peter Thiel tiene un amigo llamado David Shacks que es también millonario y él me dijo: “vamos a disruptirlo todo, vamos a disruptir el lavado de coches”. ¿Qué sentido tiene disruptir el lavado de coches? Ellos me hablaron de Uber antes de que nadie supiera de su existencia. Querían disruptir la industria del taxi. Lo hicieron, y quizás también lo hayan hecho con la industria del lavado de coches en Silicon Valley.
P. ¿Cree que esta gente persigue algún otro objetivo que no sea ganar muchísimo dinero?
R. Sí. Para ellos esto no sólo consiste en hacer dinero, es una manera de desregularlo todo y hacer que la mano del gobierno desaparezca por completo de todas las industrias. ¿Cuál es el resultado de esto? En mi opinión las cosas no serán más accesibles, serán más exclusivas. Sólo los ricos podrán pagar por un lavado de coche o por un taxi. Sí, será todo más eficiente, pero también más caro. No habrá seguridad laboral para nadie, todo el mundo trabajará como contratista. Esa es su visión del mundo.
P. ¿Y no piensan que será un mundo injusto?
R. Thiel sí lo piensa algo. Pero no es lo normal. La mayoría de la gente en Silicon Valley está tan preocupada por encontrar el próximo pelotazo que no piensan en ello.
P. ¿No cree que son malas personas?
R. No… Conozco a algunos. Crecí en esa zona. Personalmente no son mala gente. Hay gente buena y mala como en todos sitios. En su vida privada no son deshonestas. Pero tienen una idea muy extrema de la sociedad. El libertarismo es igual de extremo que el marxismo. Creen en un sistema perfecto en el que todo se hace perfecto y todos los problemas van a resolverse.
La ciudad de Detroit es quizás el gran ejemplo del desmoronamiento que define Packer. (Reuters)
La ciudad de Detroit es quizás el gran ejemplo del desmoronamiento que define Packer. (Reuters)
P. ¿El desmoronamiento de Estados Unidos es también el de Europa?
R. Está claro que está pasando lo mismo en Europa, pero creo que aquí lo tenéis peor. España, Italia, Grecia… Están en una situación malísima. Francia también. Estuve este invierno y sentí que estaba congelada. En algunos campos vuestros problemas son mayores. Vuestras economías no están creciendo como la nuestra y tenéis un gran problema de emigración que nosotros hemos conseguido manejar mejor. Hemos aprendido a absorber a gente, Francia desde luego no. Además, vuestra población está envejeciendo. Pero hay un problema común: los ciudadanos ya no confían en las instituciones democráticas, ni en sus líderes, ni en los políticos, ni en los medios de comunicación, ni en los bancos, ni en las empresas… Están buscando alternativas.
La movilidad social ya no es una salida. La gente está atada al lugar en el que ha nacido
P. ¿La desigualdad no es otro problema común?
R. Sí. La riqueza se está acumulando en unas pocas manos. Y es algo que es más chocante en EEUU. Nunca hemos pensando en nosotros mismos como una sociedad de clases. Siempre las ha habido, claro, pero no lo reconocíamos. Pensábamos que todo el mundo era clase media. Cuando se pregunta a la gente si se considera de clase baja, media o alta, más del 90% dice que es de la clase media. Pero esto ya no es así. La gente se está dando cuenta de la desigualdad y de la existencia de clases. Hay clases permanentes, que se trasladan de padres a hijos. La movilidad social ya no es una salida. La gente está atada al lugar en el que ha nacido. Es un gran cambio. Quizás no es tan impactante aquí en Europa, porque ha ocurrido siempre.
P. ¿Cree que la clase media va a desaparecer?
R. No, pero va a cambiar su composición. El problema es que no tenemos una idea convincente, global, como el socialismo, que inspire a la gente para vivir y morir por ella. La gente no tiene una visión del futuro. Hay mucho resentimiento y mucha ira y los partidos populistas se aprovechan de ello. ¿Quién tiene las respuestas? ¿Las tiene Podemos?
P. Da la impresión de que el desmoronamiento de EEUU del que habla en el libro coincide con la caída de la Unión Sovíetica. ¿No cree que al perder a su némesis, y pensar que el socialismo no era una alternativa real, el capitalismo se volvió loco?
R. Creo que la caída de la Unión Soviética dejó que América fuera el gran superpoder del mundo, porque Europa no podía resolver sus problemas, como la guerra de los Balcanes. Pero eso tuvo más importancia a nivel internacional. En el interior, el cambio se produjo en los 70, cuando hubo una gran crisis económica y política, como la que vivimos hoy en día, y dimos un giro a la derecha con Reagan. Entonces llegaron la desregulación y el neoliberalismo, y es cuando empezamos a perder el norte.
Manifestación en Brooklyn a favor de un mayor salario mínimo. (Reuters)
Manifestación en Brooklyn a favor de un mayor salario mínimo. (Reuters)
P. En su libro Las raíces del fracaso americano Morris Berman explica que Jimmy Carter fue el último gran político americano que creía en una sociedad alternativa, donde el consumismo no fuera lo más importante. ¿Está de acuerdo?
R. Carter fue el último presidente que nos dijo algunas verdades incómodas en sus discursos. Dijo cosas que ningún presidente diría hoy en día, sobre todo porque perdió, y nadie quiere que le pase lo mismo. Pero en realidad Carter era igual de capitalista. Desreguló las aerolíneas, el transporte, las telecomunicaciones… No era izquierdista de ninguna manera. No pudo hacer nada, todo giró a la derecha. Obama, sin embargo, vino en un tiempo en que la gente buscaba soluciones alternativas, incluidas ciertas regulaciones. Ha hecho algunas cosas, como los cambios en el sistema de salud, la implantación de nuevas regulaciones financieras… Esto es importante. Creo que es mucho decir que América ha fracasado. Somos un país muy dinámico, donde siempre tienes la sensación de que la gente se está moviendo, está planeando cosas, tiene nuevas ideas… Y a algunas partes de EEUU les va muy bien. Yo vivo en Nueva York. Brooklyn es un maravilloso paraíso hipster. Las grandes ciudades, como Denver, Seattle, San Francisco o Austin lo están haciendo bien. Pero sólo a algunos les va bien: la gente educada, con iniciativa y recursos. Hay mucha gente a la que no le va bien: gente que tiene trabajos en fábricas, sin mucha educación. A todo estos les va fatal.
P. ¿Cómo se sostiene esto?
R. Desde luego no va a haber una revolución. Para escribir El desmoronamiento viajé a zonas muy pobres que antiguamente habían sido de clase media y mucha gente me decía que iba a haber una revolución. Pero no la ha habido. Y ahora lo peor ha pasado. En vez de una revolución hemos tenido una parálisis. Una parálisis política. No podemos hacer nada. Después de sus dos primeros años Obama no ha podido hacer nada, al menos en casa. Estamos tan divididos… Y es algo muy malo, porque el gobierno no puede solucionar los problemas.
George Packer. (Corbis)
George Packer. (Corbis)
P. No puede imaginar una revolución en EEUU. ¿Y en Europa?
R. ¿Tú puedes?
P. No una revolución violenta, pero sí un gran cambio político.
R. La democracia española es muy joven y no tiene grandes raíces. Nosotros somos un país muy joven, pero tenemos una democracia antigua. Tenemos una Constitución que hoy, quizás, está desfasada, y un Senado creado por la Constitución y que sólo sirve para bloquear cosas. La gente dice “deshagámonos de él”. Pero son instituciones que llevan tanto tiempo que nunca vamos a quitárnoslas de encima. Cambiar nuestra Constitución es muy difícil. Estamos atrapados. Nunca vamos a tener una revolución.
P. ¿No imagina ningún tipo de cambio?
R. Puedo imaginar algún cambio, pero no muy grande. Quizás un movimiento para cambiar la Constitución que permita acabar con la corrupción que genera la financiación de las campañas electorales. Los ricos y las grandes empresas dan millones y millones de dólares a los candidatos. Es una corrupción legal que el Tribunal Supremo reconoce como constitucional.  Ya hay un movimiento que pide incrementar el salario mínimo. Hay algunos cambios, pero estamos tan divididos que lo que quieren unos y otros no suelen coincidir.
P. En su último libro Ralph Nader habla de la posibilidad de que políticos de izquierda y de derecha lleguen a acuerdos para ir en contra de los intereses de las grandes corporaciones. ¿Cree que es posible?
R. Hay algo de cierto en lo que dice Nader. Pero hay que entender que la izquierda y la derecha están muy divididas. Los dos creen que las empresas y el Estado luchan por hacerse con el poder y ganar dinero y esto perjudica a los ciudadanos. Pero su opinión sobre la forma en que se debe solucionar esto es totalmente distinta. La derecha dice: “aleja al Estado de las empresas”, porque está corrompiendo los negocios. La izquierda dice “aleja a las empresas del Estado”, deja que el Estado gobierne, y haga leyes para la gente, no para las empresas. Son ideas muy distintas, no existe el nirvana del que habla Nader.
P. ¿Así que no van a cambiar las cosas?
R. Seguro, pero no soy un profeta, no sé lo que va a pasar. Soy terrible pensando en el futuro. Ni si quiera puedo imaginar que va a pasar mañana. 
*AUTOR
MIGUEL AYUSO
FECHA12.06.2015 – 05:00 H.



REFRANES a tener muy en cuenta siempre - "NUNCA LLUEVE A GUSTO DE TODOS".- "ARRIMAR EL ASCUA A SU SARDINA".- "CADA UNO HABLA DE LA FERIA COMO LE VA EN ELLA".Y no olvidarse de la "mas moderna" que dice : "Aqui el que no corre vuela y el MAS TONTO hace aviones".
Nota : pongo estos tres refranes para que el lector tenga cuidado con lo que lee.
Es muy facil manipular a la gente, todo el cuidado es poco.
Hay que CUESTIONARSE lo que se lee, CONTRASTARLO  y luego CADA UNO DEBE LLEGAR A SUS PROPIAS CONCLUSIONES.
VRedondoF
** Soy un EMPRESARIO JUBILADO que me limito al ARCHIVO de lo que me voy encontrando "EN LA NUBE" y me parece interesante. **
**  Lo intento hacer de una forma ordenada/organizada mediante los blogs gratuitos de Blogger. **
** Utilizo el sistema COPIAR/PEGAR, luego lo archivo. ( Solo lo  INTERESANTE, según mi criterio). **
** Tengo una serie de familiares/ amigos/ conocidos (yo le llamo "LA PEÑA") que me animan a que se los archive para leerlo ellos después. **
**  Los artículos que COPIO Y PEGO EN MI ARCHIVO o RECOPILACIÓN (cada uno que le llame como quiera), contienen opiniones con las que yo puedo o no, estar de acuerdo. **
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