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NOTA DE VREDONDOF :

ESTE ARTICULO A MI ME PARECIO MUY INTERESANTE , PERO ME HA COSTADO MUCHO "LLEGAR A LOS CONCEPTOS" , NO SE SI POR QUE A MIS 63 AÑOS YA PATINA UN POCO MI CABEZA , O BIEN PORQUE EL AUTOR TIENE UN NIVEL ... O QUE ESCRIBE PARA UN NIVEL DE PERSONAS CON UN INTELECTO MUY ELEVADO.

En cualquier caso merece la pena leerlo (con MUCHA ATENCION para enterarse ....)
La conclusion que saque en la 3ª leida que le di , fue que se puede DECIR LO MISMO con el 10 de palabras y utilizando un "estilo mas pegado a la tierra".

LOS ESPAÑOLES NO SON IDEALISTAS. EN LA MEDIOCRIDAD SE ENCUENTRAN A GUSTO

El perfeccionamiento humano se efectúa con ritmo diverso en las sociedades y en los individuos. Los más poseen una experiencia sumisa al pasado: rutinas, prejuicios, domesticidades. Pocos elegidos varían, avanzando sobre el porvenir; al revés de Anteo, que tocando el suelo cobraba alientos nuevos, los toman clavando sus pupilas en las constelaciones lejanas y de apariencia inaccesible. Esos hombres, predispuestos a emanciparse de su rebaño, buscando alguna perfección más allá de lo actual, son los "idealistas". La unidad del género no depende del contenido intrínseco de sus ideales sino de su temperamento: se es idealista persiguiendo las quimeras más contradictorias, siempre que ellas impliquen un sincero afán de enaltecimiento. Cualquiera. Los espíritus afiebrados por algún ideal son adversarios de la mediocridad: soñadores contra los utilitarios, entusiastas contra los apáticos, generosos contra los calculistas, indisciplinados contra los dogmáticos. Son alguien o algo contra los que no son nadie ni nada. Todo idealista es un hombre cualitativo: posee un sentido de las diferencias que le permite distinguir entre lo malo que observa, y lo mejor que imagina. Los hombres sin ideales son cuantitativos; pueden apreciar el más y el menos, pero nunca distinguen lo mejor de lo peor. Sin ideales sería inconcebible el progreso. El culto del "hombre práctico", limitado a las contingencias del presente, importa un renunciar a toda imperfección. El hábito organiza la rutina y nada crea hacia el porvenir; sólo de los imaginativos espera la ciencia sus hipótesis, el arte su vuelo, la moral sus ejemplos, la historia sus páginas luminosas.
Son la parte viva y dinámica de la humanidad; los prácticos no han hecho más que aprovecharse de su esfuerzo, vegetando en la sombra. Todo porvenir ha sido una creación de los hombres capaces de presentirlo, concretándolo en infinita sucesión de ideales. Más ha hecho la imaginación construyendo sin tregua, que el cálculo destruyendo sin descanso. La excesiva prudencia de los mediocres ha paralizado siempre las iniciativas más fecundas. Y no quiere esto decir que la imaginación excluya la experiencia: ésta es útil, pero sin aquélla es estéril. Los idealistas aspiran a conjugar en su mente la inspiración y la sabiduría; por eso, con frecuencia, viven trabados por su espíritu crítico cuando los caldea una emoción lírica y ésta les nubla la vista cuando observan la realidad. Del equilibrio entre la inspiración y la sabiduría nace el genio. En las grandes horas de una raza o de un hombre, la inspiración es indispensable para crear; esa chispa se enciende en la imaginación y la experiencia la convierte en hoguera. Todo idealismo es, por eso, un afán de cultura intensa: cuenta entre sus enemigos más audaces a la ignorancia, madrastra de obstinadas rutinas.
La humanidad no llega hasta donde quieren los idealistas en cada perfección particular; pero siempre llega más allá de donde habría ido sin su esfuerzo. Un objetivo que huye ante ellos se convierte en estímulo para perseguir nuevas quimeras. Lo poco que pueden todos, depende de lo mucho que algunos anhelan. La humanidad no poseería sus bienes presentes si algunos idealistas no los hubieran conquistado viviendo con la obsesiva aspiración de otros mejores.
En la evolución humana, los ideales se mantienen en equilibrio inestable. Todo mejoramiento real es precedido por conatos y tanteos de pensadores audaces, puestos en tensión hacia él, rebeldes al pasado, aunque sin la intensidad necesaria para violentarlo; esa lucha es un reflujo perpetuo entre lo más concebido y lo menos realizado. Por eso los idealistas son forzosamente inquietos, como todo lo que vive, como la vida misma; contra la tendencia apacible de los rutinarios, cuya estabilidad parece inercia de muerte. Esa inquietud se exacerba en los grandes hombres, en los genios mismos si el medio es hostil a sus quimeras, como es frecuente sobre todo en España. No agita a los hombres sin ideales, informe argamasa de humanidad.
Toda juventud es inquieta. El impulso hacia lo mejor sólo puede esperarse de ella: jamás de los enmohecidos y de los seniles. Y sólo es juventud la sana e iluminada, la que mira al frente y no a la espalda; nunca los decrépitos de pocos años, prematuramente domesticados por las supersticiones del pasado: lo que en ellos parece primavera es tibieza otoñal, ilusión de aurora que es ya un apagamiento de crepúsculo.
Sólo hay juventud en los que trabajan con entusiasmo para el porvenir; por eso en los caracteres excelentes puede persistir sobre el apeñuscarse de los años. Nada cabe esperar de los hombres que entran a la vida sin afiebrarse por algún ideal; a los que nunca fueron jóvenes, paréceles descarriado todo ensueño. Y no se nace joven: hay que adquirir la juventud. Y sin un ideal no se adquiere.
Los idealistas suelen ser esquivos o rebeldes a los dogmatismos sociales que los oprimen. Resisten la tiranía del engranaje político nivelador, aborrecen toda coacción del sistema, sienten el peso de los honores con que se intenta domesticarlos y hacerlos cómplices de los intereses creados, dóciles maleables, solidarios, uniformes en la común mediocridad.
Las fuerzas conservadoras que componen el subsuelo social pretenden amalgamar a los individuos, decapitándolos; detestan las diferencias, aborrecen las excepciones, anatematizan al que se aparta en busca de su propia personalidad. El original, el imaginativo, el creador no teme sus odios: los desafía, aun sabiéndolos terribles porque son irresponsables y asesinos como ultima solución. Por eso todo idealista es una viviente afirmación del individualismo, aunque persiga una quimera social; puede vivir para los demás, nunca de los demás. Su independencia es una reacción hostil a todos los dogmáticos. Concibiéndose incesantemente perfectibles, los temperamentos idealistas quieren decir en todos los momentos de su vida, como Don Quijote: "yo sé quién soy". Viven animados de ese afán afirmativo. En sus ideales cifran su ventura suprema y su perpetua desdicha. En ellos caldean la pasión, que anima su fe; esta, al estrellarse contra la realidad social, puede parecer desprecio, aislamiento, misantropía: la clásica "torre de marfil" reprochada a cuantos se erizan al contacto de los obtusos. Diríase que de ellos dejó escrita una eterna imagen Teresa de Ávila: "Gusanos de seda somos, gusanillos que hilamos la seda de nuestras vidas y en el capullito de la seda nos encerramos para que el gusano muera y del capullo salga volando la mariposa". Todo idealismo es exagerado, necesita serlo. Y debe ser cálido su idioma, como si desbordara la personalidad sobre lo impersonal; el pensamiento sin calor es muerte, frío, carece de estilo, no tiene firma.
Jamás fueron tibios los genios y los héroes. Para crear una partícula de Verdad, de Virtud o de Belleza, se requiere un esfuerzo original y violento contra alguna rutina o prejuicio; como para dar una lección de dignidad hay que desgoznar algún servilismo. Todo ideal es, instintivamente, extremo; debe serlo a sabiendas, si es menester, pues pronto se rebaja al refractarse en la mediocridad de los más. Frente a los hipócritas que usurpan poderes civiles y mienten con viles objetivos, la exageración de los idealistas es, apenas, una verdad apasionada. La pasión es su atributo necesario, aun cuando parezca desviar de la verdad; lleva a la hipérbole, al error mismo; a la mentira nunca. Ningún ideal es falso para quien lo profesa: lo cree verdadero y coopera a su advenimiento, con fe, con desinterés. El sabio busca la Verdad por buscarla y goza arrancando a la naturaleza secretos para él inútiles o peligrosos. Y el artista busca también la suya, porque la Belleza es una verdad animada por la imaginación, más que por la experiencia. Y el moralista la persigue en el Bien, que es una recta lealtad de la conducta para consigo mismo y para con los demás. Tener un ideal es servir a su propia Verdad Siempre. Algunos ideales se revelan como pasión combativa y otros como pertinaz obsesión; de igual manera distínguense dos tipos de idealistas, según predomine en ellos el corazón o el cerebro. El idealismo sentimental es romántico: la imaginación no es inhibida por la crítica y los ideales viven de sentimiento. En el idealismo experimental los ritmos afectivos son encarrilados por la experiencia y la crítica coordina la imaginación: los ideales tórnanse reflexivos y serenos. Corresponde el uno a la juventud y el otro a la madurez. El primero es adolescente, crece, puja y lucha; el segundo es adulto, se fija, resiste, vence.
El idealista perfecto sería romántico a los veinte años y estoico a los cincuenta; es tan anormal el estoicismo en la juventud como el romanticismo en la edad madura. Lo que al principio enciende su pasión, debe cristalizarse después en suprema dignidad: ésa es la lógica de su temperamento. Sin embargo lo que si hay es mucha mediocridad. La mediocridad puede definirse como una ausencia de características personales que permitan distinguir al individuo en su sociedad. Ésta ofrece a todos un mismo fardo de rutinas, prejuicios y domesticidades; basta reunir cien hombres para que ellos coincidan en lo impersonal: "Juntad mil genios en un Concilio y tendréis el alma de un mediocre". Esas palabras denuncian lo que en cada hombre no pertenece a él mismo y que, al sumarse muchos, se revela por el bajo nivel de las opiniones colectivas.El régimén actual, la monarquía cainista, ha conseguido una vez más, a través de sus ladrones politicos, que los españoles sean mediocres y que todo destello de genialidad sea enterrado en el desprecio. El régimen es miedoso,cobarde y hurtador, teme por su continuidad, pues sabe que se ha llevado mucho y no ha ofrecido nada. Qué se puede esperar de un monarca que dice:"El recuerdo de Franco constituirá para mí una exigencia de comportamiento y de lealtad ...". Seguid votando, idealistas.
J.I.
"El sentido común es la cosa mejor repartida del mundo
porque todo el mundo cree poseerlo en cantidad suficiente." René Descartes.

LIBERTAD

-La filosofia de la libertad esta basada en la propiedad de uno mismo, esta simple pero elegante y contundente animacion la explicara exactamente. Esta es una gran herramienta que cualquiera puede usar para educar niños y adultos acerca del derecho a la vida, libertad y la capacidad de crear - y nuestra responsabilidad para pensar, hablar y actuar. La version en DVD de este video puede ser descargada gratis en: www.philosophyofliberty.blogspot.com CRÉDITOS AUTOR: Ken Schoolland schoolak001@hawaii.rr.com PRODUCTOR: Kerry Pearson (aka Lux Lucre) MÚSICA: Music2Hues www.music2hues.com WEBSITE: www.jonathangullible.com AYUDA: The Jonathan Gullible fund www.isil.org/tools/jonathan-gullible.html COPYRIGHT: www.creativecommons.org/licenses/by-nd-nc/1.0/ *

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y2a -Ayn Rand

Ayn Rand

De Wikipedia, la enciclopedia libre

Para otros usos de este término véase Rand.
«Si viese usted a Atlas, el gigante que sostiene al mundo sobre sus hombros, si usted viese que él estuviese de pie, con la sangre latiendo en su pecho, con sus rodillas doblándose, con sus brazos temblando pero todavía intentando mantener al mundo en lo alto con sus últimas fuerzas, y cuanto mayor sea su esfuerzo, mayor es el peso que el mundo carga sobre sus hombros- ¿Qué le diría usted que hiciese?...[...]...Que se rebele.» —Ayn Rand, La rebelión de Atlas.   «Un productor es cualquier hombre que trabaja y que sabe qué está haciendo...[...]...a ese respecto, él es el Atlas que mantiene la existencia de la humanidad» —Ayn Rand, For the new intellectual
«Si viese usted a Atlas, el gigante que sostiene al mundo sobre sus hombros, si usted viese que él estuviese de pie, con la sangre latiendo en su pecho, con sus rodillas doblándose, con sus brazos temblando pero todavía intentando mantener al mundo en lo alto con sus últimas fuerzas, y cuanto mayor sea su esfuerzo, mayor es el peso que el mundo carga sobre sus hombros- ¿Qué le diría usted que hiciese?...[...]...Que se rebele.» —Ayn Rand, La rebelión de Atlas. «Un productor es cualquier hombre que trabaja y que sabe qué está haciendo...[...]...a ese respecto, él es el Atlas que mantiene la existencia de la humanidad» —Ayn Rand, For the new intellectual

Ayn Rand (seudónimo de Alissa Zinovievna Rosenbaum, San Petersburgo, Rusia, 2 de febrero de 1905 - Nueva York, Estados Unidos, 6 de marzo de 1982), filósofa y escritora estadounidense de origen ruso, ampliamente conocida por haber escrito los bestsellers The Fountainhead y Atlas Shrugged, y por haber desarrollado un sistema filosófico al que denominó Objetivismo.

El objetivismo es descrito como un sistema integrado de pensamiento que define principios abstractos en los que el hombre debe pensar y actuar si es que quiere vivir la vida propia de un hombre. La filosofía y la ficción de Ayn Rand enfatizan sus conceptos de individualismo, egoísmo racional y capitalismo.

Rand sostenía que el hombre debe elegir sus valores y sus acciones mediante la razón, que cada individuo tiene derecho a existir por sí mismo, sin sacrificarse por los demás ni sacrificando a otros para sí, y que nadie tiene derecho a buscar valores de otros ni a imponerles ideas mediante la fuerza física.

Teniendo la convicción de que los gobiernos tienen una función legítima pero limitada, a Ayn Rand no se la puede confundir en absoluto con una anarquista, pudiendo en cambio ser considerada como una liberal y minarquista, pese a que ella nunca se aplicó este último término a sí misma. Aún cuando muchas de las ideas y principios de Ayn Rand se encontraban ya presentes en forma germinal en las obras de Frédéric Bastiat, ella siempre consideró sus ideas contribuciones originales.

La influencia de Ayn Rand como autora literaria es mayor que su influencia estricta como filósofa y creadora del "objetivismo".

Tabla de contenidos

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Vida [editar]

Ayn Rand nació el 2 de febrero de 1905 en San Petersburgo (Rusia), siendo la mayor de tres hermanas de una familia judía, cuyos padres no eran practicantes de esta religión. Desde muy joven sintió un fuerte interés por la literatura y por el arte cinematográfico, empezando a escribir novelas y guiones a los 7 años. Leyó las novelas de Alejandro Dumas, Walter Scott y otros escritores románticos, expresando un apasionado entusiasmo por el movimiento romántico. Descubrió a Víctor Hugo a los trece años, quedando prendada por sus novelas. Aprendió francés gracias a su madre, y estudió Filosofía e Historia en la Universidad de San Petersburgo.

En 1924 inició estudios en el Instituto Estatal de Artes Cinematográficas, ya que su ambición personal era la escritura de los guiones cinematográficos. Allí siguió escribiendo historias cortas, guiones y anotaciones esporádicas en su diario, en el que expresó ideas intensamente anti-soviéticas. Descubrió también en la Universidad a Nietzsche, de quien apreció mucho su exaltación de lo heroico y del individuo heroico, aunque años más tarde criticó fuertemente lo irracional de la filosofía de Nietzsche. Su mayor influencia fue Aristóteles, al que consideraba el mayor filósofo del mundo, apreciando en especial su "Organon" ("Lógica").

Ayn Rand detestaba a Rusia, y más aún desde la revolución de 1917, que había robado ("incautado", "confiscado" o "expropiado", en jerga burocrática) a su padre su negocio de farmacia y empeorado aún más sus condiciones de vida. Conociendo Nueva York por las películas norteamericanas, Ayn Rand tenía muy claro que quería emigrar a los Estados Unidos. Años más tarde escribió "Los que vivimos", un relato de primera mano de esos años y de la atmósfera de la Rusia de entonces, sobre el cual dijo "es lo más cercano a una autobiografía que haya escrito nunca."

A finales de 1925, Ayn Rand consiguió un visado para abandonar el país y visitar a parientes suyos ya establecidos en Estados Unidos a donde llegó en febrero de 1926, con 21 años.

Tumba de Ayn Rand y de su marido.
Tumba de Ayn Rand y de su marido.

Ayn estuvo un tiempo en casa de sus parientes en Chicago. Más tarde se trasladó a Hollywood donde aceptó cualquier tipo de trabajo para pagar sus gastos básicos.

Casualmente, conoció allí a Cecil B. DeMille, que se interesó por esta rusa recién llegada a Estados Unidos y fascinada por el mundo del cine. Cecil B. DeMille le mostró el funcionamiento básico de un estudio de cine y le ofreció trabajo como extra, que Ayn Rand aceptó, apareciendo así de forma visible entre los extras en el metraje definitivo de "Rey de reyes" [1] (metraje visible en el documental en el DVD "Ayn Rand a sense of life"). En el rodaje de la película conoció, además, al que sería su marido el resto de su vida: el también actor Frank O´Connor, con quien se casó en 1929.

En 1931 Ayn Rand adquirió el estatus de ciudadana naturalizada de los Estados Unidos de América. Rand estaba muy orgullosa de ser ciudadana norteamericana, y en 1973 dijo en una conferencia que dio en West Point: "Puedo decir, y no como un mero patrioterismo, sino con el conocimiento completo de las necesarias raíces metafísicas, epistemológicas, éticas, políticas y estéticas, que los Estados Unidos de América es el más grande, noble y, en sus principios fundadores originales, el único país moral en la historia del mundo".

Ayn Rand murió en 1982. Está enterrada junto a su marido en el cementerio de Valhalla, Nueva York.

Principales obras de ficción [editar]

Las novelas más importantes de Ayn Rand son los best-sellers "El Manantial" (1943) y "La Rebelión de Atlas" (1957).

Sus novelas se basaban en el arquetipo del héroe randiano, un individuo racional digno de vivir en la tierra, ya que puede lograr lo mejor de sí mísmo, un hombre cuya habilidad e independencia lo hacen entrar en conflicto con los hombres-masa, pero que aun así persevera, alcanzando finalmente la realización de sus valores.

Red Pawn [editar]

En 1932 consigue vender su primer guión cinematográfico, "Red Pawn" ("Peón rojo"), a los estudios Universal.

Noche del 16 de enero [editar]

En 1934 Ayn escribe la obra de teatro "Noche del 16 de enero" ("The Night of January 16th", conocida también como "Penthouse legend"), que incorpora la novedad absoluta en el mundo del teatro de incorporar al público que desee participar en un "jurado" al final de la obra que debe decidir sobre la inocencia o culpabilidad de la protagonista. En la nota inicial dirigida al productor de la obra, Ayn Rand explica:

La obra está construida de tal manera que las pruebas de la culpabilidad o la inocencia de la acusada están cuidadosamente contrapesadas, y la decisión se basará en el carácter y valores del jurado
Es realmente a la audiencia a la que se juzga. En palabras del abogado defensor: "¿A quién se juzga en este caso? ¿A Karen Andre [co-protagonista de la obra]? ¡No!, son ustedes, damas y caballeros del jurado, quienes están siendo juzgados. Son sus almas las que serán puestas a la luz cuando hayan tomado su decisión. La obra se sigue representando con éxito como parte del repertorio "clásico" de obras de teatro para compañías de aficionados.

Los que vivimos [editar]

En 1936 publica "Los que vivimos" ("We the living"), que, según Ayn Rand fue lo más parecido a una autobiografía que hubiese nunca escrito. En "Los que vivimos" se narra la vida dramática de una mujer de espíritu independiente bajo el régimen totalitario soviético.

La novela no fue bien recibida inicialmente en Estados Unidos, que estaban sumergidos en la Gran Depresión y en lo que a veces allí se llama la década roja, esto es, la década de máximo apogeo de las ideas socialistas y comunistas en aquel país.

Sin el permiso ni el conocimiento de Ayn Rand (quien se enteró de toda la historia después de la Segunda Guerra Mundial), la Italia de Mussolini rodó en 1942 dos películas basadas en la novela: "Noi vivi " [2] y "Addio, Kira" [3], de los estudios "Scalara Films". Las películas eran un intento de propaganda anti-soviética por parte del régimen italiano, y fueron un gran éxito en Italia. Orgullosos de su éxito, prepararon copias que enviaron a los nazis alemanes, quienes se enfurecieron al ver la película y aconsejaron a los italianos su inmediata retirada de la circulación. Los jerarcas nazis (más coherentes en su ideología antiliberal que los italianos) percibieron inmediatamente que el mensaje del libro no era tan sólo anti-soviético, sino además anti-totalitario, y que el libro no criticaba sólo el totalitarismo soviético, sino cualquier forma de totalitarismo. (Fuente: "The passion of Ayn Rand", de Barbara Branden). Estas películas fueron también proyectadas sin permiso de Ayn Rand en la España de Francisco Franco. Ayn Rand pidió derechos atrasados a ambos países (Fuente: "The letters of Ayn Rand"). Finalmente, Ayn Rand aún en vida autorizó una reedición de estas películas, las cuales fueron finalmente comercializadas para vídeo doméstico en 1986. [4].

Himno [editar]

Artículo principal: ¡Vivir!

Himno (titulada ¡Vivir! en las primeras ediciones en español) es una novela corta que presenta en términos altamente simbólicos la lucha de un individualista contra una sociedad del futuro en la cual el colectivismo ha triunfado. Se trata de una distopía en la que el concepto de individualidad ha desaparecido (por ejemplo el pronombre yo ha sido eliminado del lenguaje) y en la que se aprecian numerosas similitudes con la novela Nosotros (1921), de Evgeny Zamiatin, pero también notables diferencias en el tono (serio en Rand, satírico en Zamiatin) y en el discurrir de la historia. Los temas que constituyen el núcleo de Himno serán desarrollados en posteriores obras extensas de Rand, como El manantial y La rebelión de Atlas.

Himno no encontró editor en Estados Unidos, y fue publicada primero en el Reino Unido en 1938. Por razones algo abstrusas, es la única obra de Rand que se encuentra en el dominio público en Estados Unidos (no así en otros países) lo que ha permitido incorporarla al Proyecto Gutenberg.

El manantial [editar]

Artículo principal: El manantial

En 1943 vino el primer éxito importante de Ayn Rand como novelista, con la publicación de El manantial. El libro, que había tardado siete años en escribir, fue rechazado por 12 editores, hasta que,en la editorial Bobbs-Merrill, un editor joven le espetó a su jefe: "Si este no es un libro adecuado para usted, entonces yo tampoco debo trabajar para usted".

En 1949 una versión fílmica de El Manantial fue realizada y dirigida por King Vidor. Protagonizada por Gary Cooper (Howard Roark), Patricia Neal (Dominique Francon), Raymond Massey (Gail Wynand) y Kent Smith (Peter Keating).

El guión fue escrito por Ayn Rand, y controlado minuciosamente por ella misma de una forma completamente desacostumbrada en Hollywood, donde los estudios se toman todo tipo de libertades con los guiones originales. En varias ocasiones durante el rodaje, Ayn amenazó con suspender todo el proyecto si el guión sufría la más leve modificación. Tanto Gary Cooper como Ayn Rand no quedaron satisfechos con la película. Gary Cooper, quizás ya demasiado mayor para un papel que en libro corresponde a un hombre joven, pronunció el famoso discurso final sin entenderlo realmente, cosa que se nota en la entonación y el énfasis. Ayn Rand tuvo que luchar mucho para mantener la integridad del guión, y aun así tampoco quedó satisfecha con la película, llegando a afirmar que lo único bueno que tenía era que conseguiría nuevos lectores para la novela. No obstante, la película es muy apreciada hoy en día en círculos objetivistas, y, dado lo irregular de su distribución, suele estar disponible en redes P2P.

El fundamento de El Manantial es el individualismo y el colectivismo en el alma humana. La obra se concentra en la vidas de los cinco principales personajes. El héroe, Howard Roark, es la persona ideal para Rand: Un arquitecto intransigente que está completamente entregado firmemente, aun cuando de manera serena, a sus ideales, especialmente creyendo que ninguna persona debe jamás copiar el estilo de otra, sobre todo en el campo de la arquitectura. A lo largo de la novela todos los demás protagonistas en algún momento u otro, por diferentes razones y con distintos grados de énfasis le piden que renuncie a algunos de sus principios. Sin embargo Howard se mantiene incólume y no compromete su integridad. Un aspecto interesante e impactante de la personalidad de Howard es que, en contraste con las formas acostumbradas de los héroes típicos, no se lanza a explicar sus puntos de vista y por qué el mundo no es lugar justo por medio de largos y apasionados sermones y monólogos; todo lo contrario, Howard lo hace de forma desdeñosa, lacónica y altiva.

La rebelión de Atlas [editar]

Artículo principal: La rebelión de Atlas

La Rebelión de Atlas es por muchos considerada la obra de ficción más completa y poderosa de Rand sobre la filosofía Objetivista. En la década de los '80, la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos hizo una encuesta, preguntando cuál era el libro que mayor influencia había tenido en la vida de los encuestados. El primero en el ránking fue La Biblia, el segundo, La Rebelión de Atlas (Atlas Shrugged).

Más individuos pasan a ser libertarianos por haber leído "La Rebelión de Atlas" que por ningún otro motivo (Fuente: "The contested legacy of Ayn Rand").

El libro narra la decadencia de los Estados Unidos como consecuencia del excesivo intervencionismo del gobierno. A pesar de que el libro se escribió entre los años 1946 y 1957, algunas personas ven en la lectura del proceso de destrucción económico que el libro narra, una situación de deterioro económico similar al vivido por Cuba a partir de 1960.

El libro divide la fibra social de Estados Unidos en dos clases: la de los saqueadores y la de los no–saqueadores.

  • Los saqueadores están representados por la clase política (místicos del músculo) y los cultos religiosos (místicos del espíritu) que piensan que toda actividad económica debe estar regulada y sometida a una fuerte imposición fiscal.
  • Los no-saqueadores son hombres emprendedores, los capitales de empresa y los intelectuales que piensan que la solución está justamente en todo lo contrario. Entre ellos, y más en concreto, de los patronos, surge un movimiento de protesta que se concreta en una huelga de empresarios acompañada de sabotajes y desapariciones de empresarios y emprendedores, que desaparecen misteriosamente. El líder de este movimiento es John Galt, a la vez un filósofo y científico.

Galt, desde su escondite en las montañas, da órdenes, sugiere iniciativas y mueve todos los hilos. Junto con él, se refugian los principales empresarios. Durante el tiempo que dura la huelga y la desaparición de los empresarios, el sistema estadounidense se va hundiendo bajo el peso del cada vez más opresivo intervencionismo estatal. La obra termina cuando los empresarios deciden abandonar su escondite de las Montañas Rocosas y regresan a Wall Street y a los centros de decisión; marchan encabezados por el dólar, símbolo que Galt ha elegido como estandarte de su particular rebelión.

Rand quería llamar a su novela "La Huelga"; el título de La Rebelión de Atlas le fue sugerido por su esposo, pues así equipara el empresario al titán mítico que carga a sus espaldas los destinos del mundo. Cuando la obra apareció, llamó la atención por lo atrevido y osado del planteamiento para ese entonces. Hasta ese momento, ni siquiera en Estados Unidos, alguien se había atrevido a realizar un planteamiento en el que los empresarios eran los buenos y el Estado el malvado.

Para Ayn Rand, el hecho de que una huelga pudiera hundir en el caos a los Estados Unidos es la confirmación de que el país no puede vivir sin su clase empresarial, que la política debe subordinarse a las necesidades de la economía empresarial y, finalmente, que es preciso volver al espíritu de los primeros colonos que se sublevaron contra Inglaterra en el siglo XVIII: lucharon contra el intervencionismo estatal y en defensa de sus derechos individuales. Lo que propone Rand es volver al origen de la tradición americana, solo que el héroe ya no es un granjero que se subleva contra los ingleses, sino el patrono que lucha contra el intervencionismo subyugante del estado y cuyo esfuerzo es el que verdaramente crea riqueza.

Al poco tiempo de salir se vendieron cuatro millones de ejemplares de la obra. Luego de este libro, sólo escribió ensayos, en los que desarrolló explícitamente las premisas filosóficas implícitas de "La Rebelión de Atlas". Uno de esos ensayos, "La virtud del egoísmo" es considerado uno de los manifiestos principales de la corriente filosófica de Rand.

Obra filosófica [editar]

Artículo principal: Objetivismo

Ayn Rand sostenía:

  1. La vida como fundamento de los derechos.
  2. La razón de cada individuo debe elegir qué valores quiere para su vida y los medios para alcanzarlos.
  3. El individuo tiene derecho a existir para sí mismo, sin sacrificarse por los demás ni sacrificando a los demás para sí mismo.
  4. Nadie tiene derecho a iniciar el uso de la fuerza física contra otro ser humano, sea cual sea el fin que quiera obtener.
  5. La realidad existe de forma absolutamente objetiva. Los hechos son los hechos independientemente de los sentimientos, deseos y temores del hombre.

En "La Virtud del Egoísmo" Rand escribió sobre la vida:

Hay solo un derecho fundamental (todos los otros son sus consecuencias o corolarios): el derecho del hombre a su propia vida. La vida es un proceso de autosustento y acción autogenerada; el derecho a la vida significa el derecho a ocuparse en el autosustento y la acción autogenerada lo que significa que la libertad es tomar todas las acciones requerida por la naturaleza de un ser racional para el sustento, el fomento, la satisfacción y el disfrute de su propia vida.

En "Derechos del Hombre" dijo:

El derecho a la vida es la fuente de todos los derechos y el derecho a la propiedad es solo su realización. Sin derechos de propiedad, ningún otro derecho es posible. Ya que el hombre tiene que sostener su vida por su propio esfuerzo, el hombre que no tiene derecho al producto de su esfuerzo no tiene medios de sostener su vida. El hombre que produce mientras otros disponen de su producto es un esclavo.

En La Rebelión de Atlas escribió sobre el trabajo manual, los empresarios y los inventores:

El hombre que no hace más que labor física consume el valor material equivalente a su propia contribución al proceso de producción y no deja más valor ni para sí mismo ni para otros. Pero el hombre que produce una idea en cualquier campo de empeño racional el hombre que descubre nuevo conocimiento- es el permanente benefactor de la humanidad...
... el hombre que crea una nueva invención recibe un pequeño porcentaje de su valor en términos de pago material, no importa qué fortuna haga.

Ideología político-económica [editar]

Ayn Rand no se consideraba a sí misma como de derechas (tampoco de izquierdas). En innumerables ocasiones Ayn Rand declaró I am not a conservative (Yo no soy conservadora), al mismo tiempo que declaraba vehementemente su oposición a Ronald Reagan. En el espectro político usualmente se la ubica en la derecha política por su apego a un tipo de individualismo "heroico" y capitalista.

Lo que parece claro es que Ayn Rand no es una conservadora. Desde cierto punto de vista, se la puede considerar como una seguidora del ideal libertariano o simplemente liberal (lo que en inglés exclusivamente estadounidense se llama libertarian). Ella estaba de acuerdo en buscar la maximización de los derechos del individuo desde un análisis liberal individualista; sin embargo, Rand también buscaba maximizar lo que consideraba beneficios de la propiedad privada y del sistema capitalista, lo cual se identifica con los conservadores, estos a su vez considerados de derecha. No obstante, Ayn Rand denostó hasta su muerte a los libertarians norteamericanos, a los que llamaba "hippies de derechas".

Algunos puntos de la ideología de Ayn Rand exponen lo anterior y demuestran que no era de lo que se conoce como la estricta derecha conservadora:

  • Ayn Rand defendía el ateísmo como única postura racional ante el concepto Dios, al que consideraba indemostrable racionalmente, es una suma de contradicciones metafísicas, y, por lo tanto, un atentado contra el funcionamiento mental del hombre que lo acepte.
  • Ayn Rand defendía la total libertad a la hora de producir, distribuir (sólo a adultos) y consumir cualquier tipo de drogas, a pesar de condenar radicalmente su consumo como un atentado contra lo más valioso que tiene cada individuo: su mente. Como afirmó repetidamente, la libertad, si nos tomamos el concepto en serio, supone también la libertad para equivocarse, y, si alguien quiere tomar drogas, la libertad para suicidarse.
  • Ayn Rand condenaba absolutamente el reclutamiento forzoso de soldados, al que equiparaba con la esclavitud. Llegó a afirmar que todas las proclamas sobre la importancia del derecho a la propiedad hechas por los derechistas en Estados Unidos era palabras huecas, ya que apoyaban la conscripción forzosa en el ejército. ¿Qué sentido tiene el tener derecho a tener una cuenta corriente si uno no tiene derecho a su propia vida?, afirmó.
  • Ayn Rand defendía el derecho absoluto a las mujeres a abortar si así lo deseasen, ya que cada individuo tiene un derecho absoluto sobre su vida y su cuerpo.
  • Ayn Rand defendía un estado mínimo (era una minarquista), algo diametralmente opuesto a la proclama fascista todo dentro del estado, nada fuera del estado.
  • Ayn Rand defendía el derecho absoluto a distribuir, entre adultos, cualquier tipo de texto o medio audiovisual, incluida propaganda nazi, comunista o pornografía (que aborrecía, al considerarla como un atentado contra la sexualidad y el buen gusto, pero cuyo derecho a ser producida y distribuida defendía vehementemente). Sostenía que las ideas no delinquen, y que sólo se debían castigar los actos delictivos. Afirmaba que cualquier intento de que el estado limitase la expresión de ideas erróneas, equivocadas o peligrosas sólo podía terminar en una censura total de las ideas impopulares.

Basándose en el principio de que la esfera de la libertad del individuo sólo puede autorrealizarse a través de la propiedad privada, Ayn Rand reconoce en el sistema político capitalista la afirmación de la economía libre y el ideal del autointerés personal mediante la cooperación social en el mercado. Partiendo de esta base miseana, Rand procede a identificar mediante el principio de no-agresión al trabajo personal. En esto la doctrina de Ayn Rand es coincidente con lo sostenido por lo que se considera la derecha liberal, por cuanto las desigualdades no serían estructuralmente impuestas por la sociedad, sino producto de la utilidad desigual de los bienes productivos en el mercado libre, sean estos el capital o el trabajo asalariado. Desasociaba así cualquier relación necesaria entre poder económico (defensivo) y poder político (agresivo), presentándolos como opuestos naturales, así como reinterpretó y legitimó la desigualdad de oportunidades por no ser dependiente de la cuantía del dinero sino de su uso productivo en el mercado, idea que desarrolló junto a Alan Greenspan en Capitalism: The Unknown Ideal. Su filosofía ha sido así apologética del orden social capitalista puro sin interevención gubernamental, y por ende el modelo, a la vez ético y utilitario, para muchos grandes empresarios en la búsqueda del éxito en los negocios que no dependan de la coerción política. La influencia del egoísmo individualista racional randiano se puede rastrear hasta la obra de Milton Friedman al respecto de la idea de internalización de las externalidades limitando la responsabilidad corporativa al beneficio de los accionistas, así como en los trabajos de Robert Hessen y Stephen Hicks sobre la ética en los negocios.

Ideas estéticas [editar]

Las ideas de Rand sobre estética giran en torno al concepto de lo que ella llamaría Realismo romántico, que suele referirse al arte que trata los temas de la volición y de los valores humanos, reconociendo también la importancia de la técnica artística y del reconocimiento de la realidad. El realismo romántico plasma frecuentemente a seres humanos heroicos en situaciones de alegría y triunfo vital, con un fondo optimista y una estimación positiva de la Ciencia y de la Técnica. A menudo hay referencias más o menos sutiles a Ayn Rand en estas obras.

Aún habiendo sido utilizado anteriormente, el término fue popularizado por Ayn Rand. Ayn Rand definió al realismo romántico como la representación de las cosas y de los seres humanos "como podrían ser y deberían ser", tomando estos conceptos de Aristóteles.

  • "Podrían ser" implica realismo, en contraposición con la mera fantasía.
  • "Deberían ser" implica una visión moral y un estándar de belleza y virtud.

Esta combinación está basada en la idea de que los valores heroicos son Racionales y Realistas, ya que el Realismo Romántico considera como falsa la dicotomía entre "Realismo" y "Romanticismo".

Algunos personajes influenciados por Ayn Rand [editar]

  • Alan Greenspan, ex-presidente de la Reserva Federal estadounidense. Greenspan conoció a Ayn Rand en 1952, y ambos quedaron mutuamente impresionados por su inteligencia (Fuente "Greenspan", de Bob Woodward). Greenspan estuvo varios años en el núcleo del así llamado "Colectivo" objetivista, y existe una famosa fotografía en la que aparece posando entre Ayn Rand, Leonard Peikoff y Nathaniel Branden. Greenspan asistió al entierro de Ayn Rand. En la actualidad Alan Greenspan es renuente a comentar su relación pasada con el objetivismo.
  • Mike Mentzer (1951-2001), culturista, único participante de la competición "Mr. Universo" que haya conseguido una puntuación de 100 sobre 100. Creador del sistema de musculación "Heavy Duty".
  • Leonard Peikoff, filosofo, autor, heredero de Ayn Rand y fundador del Instituto Ayn Rand. Como heredero de Rand, Peikoff es responsable de los derechos de autor de todas sus obras -con la excepción de la novela "Anthem" (título en español: "¡Vivir!"), la cual ha pasado al dominio publico. Peikoff tiene asimismo control sobre las traducciones de las obras de Rand al igual que de la edición y publicación de aquellos trabajos todavía inéditos. Peikoff escribe el prefacio de todas las ediciones actuales de las novelas de Rand.
  • Frank R. Wallace: creador de la filosofía la Neo-Tech, científico jefe de la E.I. DuPont de Nemours hasta 1968, fundador de I&O Publishing Co.(actualmente I.M.A.)Autor de "El descubrimiento Neo-Tech" [5], librepensandor libertariano, y abierto admirador del capitalismo laissez faire. En su obra hace referencias a la obra de Ayn Rand y la recomienda a sus lectores, además de hacer hincapie en la filosofía de Aristóteles, a quien considera fuente primaria del Objetivismo
  • Angelina Jolie, actriz. Aficionada desde hace tiempo a la literatura de Rand. Aceptó el papel de Dagny Taggart en la próxima adaptación cinematográfica de Atlas Shrugged [6].

Leer a Ayn Rand en castellano [editar]

Se encuentran traducidas al castellano las siguientes obras de Ayn Rand.

Novelas [editar]

  • Anthem ("¡Vivir!")
  • We the living ("Los que vivimos").
  • The Fountainhead ("El Manantial").
  • Atlas Shrugged ("La Rebelión de Atlas").

(Tanto "El Manantial" como "La Rebelión de Atlas" han sido recientemente reeditadas por Grito Sagrado. En el último trimestre de 2006 se publicará una nueva edición de Anthem bajo el título "Himno", en lugar de la traducción libre con la que apareció en los años 60 en España)

Ensayo [editar]

  • The Virtue of Selfishness ("La Virtud del Egoísmo").

En Español existe una edición a cargo de la editorial Grito Sagrado

Críticas [editar]

Filosóficas [editar]

El filósofo Robert Nozick, critica la obra de Rand en su libro Socratic Puzzles (ISBN 0674816544). Nozick es libertariano, por lo que simpatiza con varias de las conclusiones de Ayn Rand, aunque está en desacuerdo con aspectos fundamentales de su obra. En Socratic Puzzles critica el argumento fundacional de la ética de Rand: La proclamación de que la propia vida es, para cada hombre, el valor definitivo, ya que es el valor que hace posibles a todos los demás.

Nozick afirma que Rand no explicó porqué alguien no podría preferir racionalmente preferir el morir y el no tener ningún valor. De acuerdo con este argumento, la defensa de Rand del egoísmo es una petitio principii, y la solución de Rand al problema del "ser-deber ser" de David Hume no es satisfactoria.

Greg S. Nyquist escribió Ayn Rand Contra Human Nature (Writers Club Press, 2001, ISBN 0595196330). Según Nyquist, toda la filosofía Randiana es fruto de la visión preconcebida que Rand tenía del "hombre ideal".

Scott Ryan escribió Objectivism and the Corruption of Rationality: A Critique of Ayn Rand's Epistemology (Writers Club Press, 2003, ISBN 0595267335). Ryan, que es libertariano, considera que la epistemología de Ayn Rand no era correcta.

Literarias [editar]

Las novelas de Rand, al ser publicadas fueron denostadas por la crítica literaria como "terribles" o "malas" de forma casi unánime, aunque también recibieron algunas críticas positivas. Quien no compartió esa opinión fue el público lector, que convirtió desde el principio varias de sus obras en best sellers, tanto dentro como fuera de los Estados Unidos, debido principalmente al boca-a-boca entre los lectores.

Los expertos en literatura inglesa y la élite cultural progresista en general han ignorado sus novelas. Como excepción, el crítico literario Harold Bloom encontró a la obra de Rand lo suficientemente significativa como para incluirla en su antología crítica American Women Fiction Writers (Chelsea House, 1998).

Acusaciones de sectarismo [editar]

El movimiento objetivista fundado por Rand (y que fue disuelto tras su separación de Nathaniel Branden en 1968) ha sido acusado de haber sido una Secta.

La primera crítica en este sentido la hizo Murray Rothbard, en su texto "The sociology of the Ayn Rand cult"[7]

Jeff Walker ha escrito el libro The Ayn Rand Cult ("La Secta de Ayn Rand") (1999. Chicago: Open Court. ISBN 0812693906).

Michael Shermer, fundador de The Skeptics Society, escribió sobre este tema el texto "The Unlikeliest Cult in History" ("La Secta más improbable de la Historia") [8], publicado originalmente en Skeptic vol. 2, no. 2, 1993, pp. 74-81.

Ayn Rand respondió a estas críticas afirmando que "A blind follower is precisely what my philosophy condemns and what I reject. Objectivism is not a mystic cult" ("Un seguidor a ciegas es precisamente lo que mi Filosofía condena y lo que yo rechazo. El Objetivismo no es un culto místico")[9]

Críticas personales [editar]

Personas que convivieron con Ayn Rand han escrito libros sobre ella en los que mezclan el elogio con la crítica personal.

Estos libros son "The passion of Ayn Rand"(ISBN 038524388X), de Barbara Branden y My Years with Ayn Rand(ISBN 0787945137), de Nathaniel Branden.

Ambos autores han sido asimismo criticados en el libro de James Valliant The Passion of Ayn Rand's Critics (ISBN 1930754671).

Otros medios [editar]

En el año 2007, la compañía 2K edita BioShock, un videojuego de acción en primera persona cuyo argumento básico consiste en que el protagonista acaba en una ciudad sumergida en medio del océano atlántico, concebida como la ciudad perfecta donde estarían las mejores mentes: artistas, científicos o empresarios, todos ellos libres de ataduras morales, autoritarias o religiosas; el protagonista llega meses después de que la ciudad esté en ruinas por lo que parece ser una guerra civil y nuestra misión es averiguar qué pasó.

Si bien la premisa básica de la ciudad, llamada Rapture, está claramente influenciada por la filosofía de Rand, esto se confirma al profundizar más en el juego. El más evidente está en el nombre del magnate pensador y creador de la ciudad: Andrew Ryan. Esto es una clara referencia a la filósofa y su pensamiento, como clara referencia es también que la principal fuente opositora de la folosofía de la ciudad se haga llamar Atlas.

No obstante esto supone una crítica total al objetivismo, pues Rapture fue erigida como una gran ciudad ideal donde sus habitantes y mentes más brillantes tendrían libertad absoluta, y esta libertad fue la que llevó a la catástrofe a la urbe submarina.

Véase también [editar]

Referencias [editar]

  • Ayn Rand a sense of life, 2004, documental de Michael Paxton producido por Strand Releasing.
  • The passion of Ayn Rand: A biography by Barbara Branden, Barbara Branden, 1986. ISBN 038524388X (pbk.)
  • Philosophy: Who needs it, Ayn Rand, ISBN 0451138937
  • Virtue of selfishness, Ayn Rand, ISBN 0451163931
  • La Rebelión de Atlas, Ayn Rand, ISBN 9872095159
  • The Ayn Rand Letter, Vol. IV, No. 2 November-December 1975. A Last Survey--Part I. ISBN 156114147X

Enlaces externos [editar]

Wikiquote

En castellano [editar]

En inglés [editar]