X FECHAS


PULSAR   1  de arriba para cerrar pestaña

x orden alfabetico


PULSAR   1  de arriba para cerrar pestaña

Interesante

DESTACADO

NOTA DE VREDONDOF :

ESTE ARTICULO A MI ME PARECIO MUY INTERESANTE , PERO ME HA COSTADO MUCHO "LLEGAR A LOS CONCEPTOS" , NO SE SI POR QUE A MIS 63 AÑOS YA PATINA UN POCO MI CABEZA , O BIEN PORQUE EL AUTOR TIENE UN NIVEL ... O QUE ESCRIBE PARA UN NIVEL DE PERSONAS CON UN INTELECTO MUY ELEVADO.

En cualquier caso merece la pena leerlo (con MUCHA ATENCION para enterarse ....)
La conclusion que saque en la 3ª leida que le di , fue que se puede DECIR LO MISMO con el 10 de palabras y utilizando un "estilo mas pegado a la tierra".

LOS ESPAÑOLES NO SON IDEALISTAS. EN LA MEDIOCRIDAD SE ENCUENTRAN A GUSTO

El perfeccionamiento humano se efectúa con ritmo diverso en las sociedades y en los individuos. Los más poseen una experiencia sumisa al pasado: rutinas, prejuicios, domesticidades. Pocos elegidos varían, avanzando sobre el porvenir; al revés de Anteo, que tocando el suelo cobraba alientos nuevos, los toman clavando sus pupilas en las constelaciones lejanas y de apariencia inaccesible. Esos hombres, predispuestos a emanciparse de su rebaño, buscando alguna perfección más allá de lo actual, son los "idealistas". La unidad del género no depende del contenido intrínseco de sus ideales sino de su temperamento: se es idealista persiguiendo las quimeras más contradictorias, siempre que ellas impliquen un sincero afán de enaltecimiento. Cualquiera. Los espíritus afiebrados por algún ideal son adversarios de la mediocridad: soñadores contra los utilitarios, entusiastas contra los apáticos, generosos contra los calculistas, indisciplinados contra los dogmáticos. Son alguien o algo contra los que no son nadie ni nada. Todo idealista es un hombre cualitativo: posee un sentido de las diferencias que le permite distinguir entre lo malo que observa, y lo mejor que imagina. Los hombres sin ideales son cuantitativos; pueden apreciar el más y el menos, pero nunca distinguen lo mejor de lo peor. Sin ideales sería inconcebible el progreso. El culto del "hombre práctico", limitado a las contingencias del presente, importa un renunciar a toda imperfección. El hábito organiza la rutina y nada crea hacia el porvenir; sólo de los imaginativos espera la ciencia sus hipótesis, el arte su vuelo, la moral sus ejemplos, la historia sus páginas luminosas.
Son la parte viva y dinámica de la humanidad; los prácticos no han hecho más que aprovecharse de su esfuerzo, vegetando en la sombra. Todo porvenir ha sido una creación de los hombres capaces de presentirlo, concretándolo en infinita sucesión de ideales. Más ha hecho la imaginación construyendo sin tregua, que el cálculo destruyendo sin descanso. La excesiva prudencia de los mediocres ha paralizado siempre las iniciativas más fecundas. Y no quiere esto decir que la imaginación excluya la experiencia: ésta es útil, pero sin aquélla es estéril. Los idealistas aspiran a conjugar en su mente la inspiración y la sabiduría; por eso, con frecuencia, viven trabados por su espíritu crítico cuando los caldea una emoción lírica y ésta les nubla la vista cuando observan la realidad. Del equilibrio entre la inspiración y la sabiduría nace el genio. En las grandes horas de una raza o de un hombre, la inspiración es indispensable para crear; esa chispa se enciende en la imaginación y la experiencia la convierte en hoguera. Todo idealismo es, por eso, un afán de cultura intensa: cuenta entre sus enemigos más audaces a la ignorancia, madrastra de obstinadas rutinas.
La humanidad no llega hasta donde quieren los idealistas en cada perfección particular; pero siempre llega más allá de donde habría ido sin su esfuerzo. Un objetivo que huye ante ellos se convierte en estímulo para perseguir nuevas quimeras. Lo poco que pueden todos, depende de lo mucho que algunos anhelan. La humanidad no poseería sus bienes presentes si algunos idealistas no los hubieran conquistado viviendo con la obsesiva aspiración de otros mejores.
En la evolución humana, los ideales se mantienen en equilibrio inestable. Todo mejoramiento real es precedido por conatos y tanteos de pensadores audaces, puestos en tensión hacia él, rebeldes al pasado, aunque sin la intensidad necesaria para violentarlo; esa lucha es un reflujo perpetuo entre lo más concebido y lo menos realizado. Por eso los idealistas son forzosamente inquietos, como todo lo que vive, como la vida misma; contra la tendencia apacible de los rutinarios, cuya estabilidad parece inercia de muerte. Esa inquietud se exacerba en los grandes hombres, en los genios mismos si el medio es hostil a sus quimeras, como es frecuente sobre todo en España. No agita a los hombres sin ideales, informe argamasa de humanidad.
Toda juventud es inquieta. El impulso hacia lo mejor sólo puede esperarse de ella: jamás de los enmohecidos y de los seniles. Y sólo es juventud la sana e iluminada, la que mira al frente y no a la espalda; nunca los decrépitos de pocos años, prematuramente domesticados por las supersticiones del pasado: lo que en ellos parece primavera es tibieza otoñal, ilusión de aurora que es ya un apagamiento de crepúsculo.
Sólo hay juventud en los que trabajan con entusiasmo para el porvenir; por eso en los caracteres excelentes puede persistir sobre el apeñuscarse de los años. Nada cabe esperar de los hombres que entran a la vida sin afiebrarse por algún ideal; a los que nunca fueron jóvenes, paréceles descarriado todo ensueño. Y no se nace joven: hay que adquirir la juventud. Y sin un ideal no se adquiere.
Los idealistas suelen ser esquivos o rebeldes a los dogmatismos sociales que los oprimen. Resisten la tiranía del engranaje político nivelador, aborrecen toda coacción del sistema, sienten el peso de los honores con que se intenta domesticarlos y hacerlos cómplices de los intereses creados, dóciles maleables, solidarios, uniformes en la común mediocridad.
Las fuerzas conservadoras que componen el subsuelo social pretenden amalgamar a los individuos, decapitándolos; detestan las diferencias, aborrecen las excepciones, anatematizan al que se aparta en busca de su propia personalidad. El original, el imaginativo, el creador no teme sus odios: los desafía, aun sabiéndolos terribles porque son irresponsables y asesinos como ultima solución. Por eso todo idealista es una viviente afirmación del individualismo, aunque persiga una quimera social; puede vivir para los demás, nunca de los demás. Su independencia es una reacción hostil a todos los dogmáticos. Concibiéndose incesantemente perfectibles, los temperamentos idealistas quieren decir en todos los momentos de su vida, como Don Quijote: "yo sé quién soy". Viven animados de ese afán afirmativo. En sus ideales cifran su ventura suprema y su perpetua desdicha. En ellos caldean la pasión, que anima su fe; esta, al estrellarse contra la realidad social, puede parecer desprecio, aislamiento, misantropía: la clásica "torre de marfil" reprochada a cuantos se erizan al contacto de los obtusos. Diríase que de ellos dejó escrita una eterna imagen Teresa de Ávila: "Gusanos de seda somos, gusanillos que hilamos la seda de nuestras vidas y en el capullito de la seda nos encerramos para que el gusano muera y del capullo salga volando la mariposa". Todo idealismo es exagerado, necesita serlo. Y debe ser cálido su idioma, como si desbordara la personalidad sobre lo impersonal; el pensamiento sin calor es muerte, frío, carece de estilo, no tiene firma.
Jamás fueron tibios los genios y los héroes. Para crear una partícula de Verdad, de Virtud o de Belleza, se requiere un esfuerzo original y violento contra alguna rutina o prejuicio; como para dar una lección de dignidad hay que desgoznar algún servilismo. Todo ideal es, instintivamente, extremo; debe serlo a sabiendas, si es menester, pues pronto se rebaja al refractarse en la mediocridad de los más. Frente a los hipócritas que usurpan poderes civiles y mienten con viles objetivos, la exageración de los idealistas es, apenas, una verdad apasionada. La pasión es su atributo necesario, aun cuando parezca desviar de la verdad; lleva a la hipérbole, al error mismo; a la mentira nunca. Ningún ideal es falso para quien lo profesa: lo cree verdadero y coopera a su advenimiento, con fe, con desinterés. El sabio busca la Verdad por buscarla y goza arrancando a la naturaleza secretos para él inútiles o peligrosos. Y el artista busca también la suya, porque la Belleza es una verdad animada por la imaginación, más que por la experiencia. Y el moralista la persigue en el Bien, que es una recta lealtad de la conducta para consigo mismo y para con los demás. Tener un ideal es servir a su propia Verdad Siempre. Algunos ideales se revelan como pasión combativa y otros como pertinaz obsesión; de igual manera distínguense dos tipos de idealistas, según predomine en ellos el corazón o el cerebro. El idealismo sentimental es romántico: la imaginación no es inhibida por la crítica y los ideales viven de sentimiento. En el idealismo experimental los ritmos afectivos son encarrilados por la experiencia y la crítica coordina la imaginación: los ideales tórnanse reflexivos y serenos. Corresponde el uno a la juventud y el otro a la madurez. El primero es adolescente, crece, puja y lucha; el segundo es adulto, se fija, resiste, vence.
El idealista perfecto sería romántico a los veinte años y estoico a los cincuenta; es tan anormal el estoicismo en la juventud como el romanticismo en la edad madura. Lo que al principio enciende su pasión, debe cristalizarse después en suprema dignidad: ésa es la lógica de su temperamento. Sin embargo lo que si hay es mucha mediocridad. La mediocridad puede definirse como una ausencia de características personales que permitan distinguir al individuo en su sociedad. Ésta ofrece a todos un mismo fardo de rutinas, prejuicios y domesticidades; basta reunir cien hombres para que ellos coincidan en lo impersonal: "Juntad mil genios en un Concilio y tendréis el alma de un mediocre". Esas palabras denuncian lo que en cada hombre no pertenece a él mismo y que, al sumarse muchos, se revela por el bajo nivel de las opiniones colectivas.El régimén actual, la monarquía cainista, ha conseguido una vez más, a través de sus ladrones politicos, que los españoles sean mediocres y que todo destello de genialidad sea enterrado en el desprecio. El régimen es miedoso,cobarde y hurtador, teme por su continuidad, pues sabe que se ha llevado mucho y no ha ofrecido nada. Qué se puede esperar de un monarca que dice:"El recuerdo de Franco constituirá para mí una exigencia de comportamiento y de lealtad ...". Seguid votando, idealistas.
J.I.
"El sentido común es la cosa mejor repartida del mundo
porque todo el mundo cree poseerlo en cantidad suficiente." René Descartes.

LIBERTAD

-La filosofia de la libertad esta basada en la propiedad de uno mismo, esta simple pero elegante y contundente animacion la explicara exactamente. Esta es una gran herramienta que cualquiera puede usar para educar niños y adultos acerca del derecho a la vida, libertad y la capacidad de crear - y nuestra responsabilidad para pensar, hablar y actuar. La version en DVD de este video puede ser descargada gratis en: www.philosophyofliberty.blogspot.com CRÉDITOS AUTOR: Ken Schoolland schoolak001@hawaii.rr.com PRODUCTOR: Kerry Pearson (aka Lux Lucre) MÚSICA: Music2Hues www.music2hues.com WEBSITE: www.jonathangullible.com AYUDA: The Jonathan Gullible fund www.isil.org/tools/jonathan-gullible.html COPYRIGHT: www.creativecommons.org/licenses/by-nd-nc/1.0/ *

PULSAR   1  de arriba para cerrar pestaña

enlaces

*

*


PULSAR   1  de arriba para cerrar pestaña

+ vistas

varios


PULSAR   1  de arriba para cerrar pestaña


PULSAR   1  de arriba para cerrar pestaña

varios


Contador Gratis
relojes para blogger html clock for websites contador de usuarios online
PULSAR   1  de arriba para cerrar pestaña

s2t2 -Budismo e hinduismo

Budismo e hinduismo

De Wikipedia, la enciclopedia libre


Uno o más wikipedistas están trabajando actualmente en extender este artículo.

Por favor, antes de realizar correcciones mayores o reescrituras, contacta con ellos en su página de usuario o la página de discusión del artículo para poder coordinar la redacción.

El budismo y el hinduismo son dos religiones paralelas en algunos aspectos entre sí pero divergentes en teoría y práctica en muchos otros casos.

Introducción [editar]

Silueta de Buddha en Ayutthaya, Thailandia.
Silueta de Buddha en Ayutthaya, Thailandia.

Las religiones védicas, el budismo y el jainismo, comparten una cultura regional situada alrededor del noreste indio, lo que hoy es Uttar Pradesh, Bihar y Nepal. Fue en esta región donde se compiló el Brihadaranyaka Upanishad, considerado entre los Upanishads más antiguos, bajo el imperio del rey Janaka de Mithila. Tanto Siddhartha Gautama (después conocido como Buda) y Mahavira (el histórico fundador del jainismo) provienen de esta región.

La antigua India tenía dos líneas de pensamiento: las religiones shramana y las védicas (hoy continuadas en el hinduismo moderno). Tanto el budismo como el jainismo son continuación de las tradiciones shramánicas que han coexistido con la tradición védica. Ambas corrientes han existido conjuntamente durante miles de años, influenciando y siendo influenciadas se entre sí, durante todo ese tiempo.

El budismo antiguo estaba muy influenciado, además por la cosmología bramánica, incorporando algunos de los conceptos que aparecen en los Upanishads.

El primer Buda aceptaba e incorporaba a su doctrina varias creencias ya existentes, pero teniendo en cuenta que para alcanzar la salvación no debía aceptarse como fe ni a las autoridades, ni las escrituras ni la existencia de dios.

A su vez, religiones indias aparecidas posteriormente, fueron influenciadas por las nuevas interpretaciones e ideas nuevas del budismo.

El budismo tuvo un cierto predominio en el subcontinente indio, pero fue eclipsado en su lugar de origen por el hinduismo y el islamismo. En cambio, el budismo floreció fuera de India. Así el budismo tibetano puede ser visto como una continuación del budismo tal y como existía en India antes de las invasiones musulmanas. Hoy en día predomina en la región del Himalaya, como budismo theravada (en Sri Lanka) y como budismo zen (en el este de Asia).

Historia antigua [editar]

Se cree que muchos textos hindúes, como los Puranas, han sido escritos y compuestos después del nacimiento de Siddharta Gautama, ya que en varios de ellos se menciona a Buda. El consenso a nivel divulgativo es que la Bhagavad Gita también es posterior, igual que los cinco primeros Upanishads.

Parece ser que algunas enseñanzas budistas han sido formuladas como respuestas a ideas presentes en los Upanishads más antiguos, en algunos casos concordantes en sus enseñanzas y en otros críticos y reinterpretando los textos anteriores.

Brahmanismo [editar]

Del seno del brahmanismo nació el budismo (siglo VAEC), religión que significó en cierto modo una reacción contra la rigidez dogmática y, principalmente, contra la casta sacerdotal como depositaria exclusiva de la religión, la ciencia y el poder socioeconómico que proponía la religión hindú.

Similitudes [editar]

Lenguaje [editar]

Casi cada término religioso sánscrito tiene su equivalente en el léxico budista en la filosofía hindú. El primer Buda adoptó muchos de los términos ya utilizados en discusiones filosóficas de su tiempo. En cualquier caso, muchos de estos términos fueron reinterpretados o redefinidos en la tradición budista.

Se puede ver un ejemplo específico de esto en el Sonadanda Sūtra del Digha Nikaya, donde Buda provee una definición del verdadero brahmán basado en el comportamiento ético más que en el sistema de castas y la herencia.

De manera similar, en el Samanna-phala Sūtra, Buda es escéptico presentando una reinterpretación de los ‘tres conocimientos’ (tevijja) —término pali similar al sánscrito trividia únicamente utilizado en la tradición védica para describir el conocimiento de los Vedas— en términos de sabiduría en la doctrina budista.

Murti [editar]

El término sánscrito murti suele hacer referencia a un icono en la que la imagen del espíritu divino es ‘expresada’ (murta). A un murti se le venera tras haber invocado a una divinidad con el propósito de ofrecerle la ceremonia. De esta manera al murti se le trata como una deidad. Los budistas ven a las estatuas de las deidades como puntos de enfoque en la meditación y que recuerdan el hecho de conseguir la budeidad.

Los budistas de alguna de las ramas del budismo mahayana veneran muchas deidades comunes a las existentes en el subcontinente indio en plena tradición védica, incluyendo deidades a las que los hindúes ya no rinden culto, como por ejemplo, Indra. Indra es venerado por chinos, coreanos y japoneses taishakuten, así como el dios elefante Ganesha es venerado como el señor Shoten.

En el libro Ganesha, estudios de un dios asiático, se dice que en el Kanjur tibetano se cuenta que Buda había enseñado el ganapati hridaya mantra (o arya ganapati mantra) a su discípulo Ananda. En cualquier caso, habiendo tomado los votos, un budista no le tendrá en cuenta si no es como ayuda en la vida diaria para cosas materiales como el tiempo o la comida, lo que le ayudará en su práctica budista.

Algo similar ocurre con Ganesha: una tradición tibetana sostiene que Chenrezig en un momento de compasión disolvió una emanación de si mismo en Ganesha, como manera de bendecir a aquellos médicos practicantes del budismo. Sin embargo, los budistas no veneran a Ganesha.

Dharma [editar]

En el budismo se dice que el término pali dhamma (धम्म en silabario devanagarí) significa ‘camino de las grandes verdades’.

En cambio el término sánscrito dharma (धर्म en silabario devanagarí) significa ‘ley natural’, ‘deber’, ‘deber religioso’ o ‘religión’. También hace referencia a ‘orden social’, ‘conducta adecuada’ o ‘virtud’. Los hindúes no llaman hinduismo a su religión, sino sanatana dharma, que se traduce como ‘religión eterna’.

El dharma forma las bases de las creencias y prácticas originadas en India (el hinduismo, el budismo, el jainismo y sijismo), todas ellas con el dharma como punto central de sus enseñanzas. En estas tradiciones, los seres que viven en armonía con el dharma, consiguen recorrer antes el camino de dharma yukam, moksha (liberación espiritual) y nirvana (iluminación).

Mantra [editar]

Un mantra (मन्त्र) es un poema silábico religioso, normalmente escrito en sánscrito. Su uso varía de acuerdo a la escuela y filosofía que lleva asociada. Fueron utilizados originariamente como conductos espirituales, palabras o vibraciones que ayudan en la concentración en un punto del devoto. Se utilizan también en ceremonias religiosas para acumular fuerza y salud, evitar el miedo o eliminar enemigos.

Los mantras existían en las religiones védicas y más tarde fueron adoptadas por budistas, sijs y jainistas, aunque hoy en día es popular en prácticas espirituales alejadas de estas religiones asiáticas.

Ahimsa [editar]

Ahimsá (अहिंसा ahiṁsā) es la palabra sánscrita para definir la ausencia de himsá (daño). Se trata de un concepto religioso que hace referencia a la no violencia y al respeto por la vida en todas sus formas. Es interesante el diálogo de Buda en el Chula Kamma Vibhanga Sūtra con el brahmán Subha acerca de la muerte, ya que considera el énfasis védico en el himsá. Focalizar sobre el ahimsá y la no violencia sobre todas las cosas en la ética budista ha pasado por encima de los sacrificios tradicionales de los rituales védicos.

El hecho de evitar el himsá también se encuentra en otras tradiciones sramana. La literatura upanishádica, por ejemplo, suele ser crítica con los rituales védicos y enfatiza la internalización del significado y simbolismo del sacrificio más que el acto explícito.

La explicación del karma por parte del primer Buda en el Chula Kamma Vibhanga sūtra, cambia totalmente la idea de que una vida de sacrificio trae beneficios y excelencia para la persona que lo practica y su familia. Buda expone su punto de vista con una intención muy clara: cómo que matar vidas no conduce al bien sino a un acortamiento de la vida, algo que los brahmanes de la época veían como un verdadero problema.

Karma [editar]

El sánscrito karma (en silabario devanagarí: कर्म) proviene de la raíz kṛ, ‘hacer’) es una palabra de origen muy antiguo que hace referencia a acciones o actividades y los resultados que de ellas derivan. (También se conoce como karma-phala: ‘los frutos de la acción’). Normalmente en entendido como un término que denota el ciclo completo de causa-efecto tal y como se describe también en las filosofías occidentales.

El karma es una idea central de las enseñanzas budistas, las cuales reinterpretan aspectos de la concepción prebudista del karma, haciendo desaparecer la idea de un equilibrio moral perfecto presente en algunas versiones de aquellas enseñanzas.

Algunos aspectos de las enseñanzas budistas del karma, como la transferencia de karma han sido sustraídas de las primeras enseñanzas brahmánicas.

Dhyana [editar]

Dhyana (meditación) ha sido un aspecto de la práctica de los yoguis en los siglos precedentes al primer Buda, buscando así el conocimiento sobre uno mismo. Buda lo construye sobre el concepto upanisádico/yóguico con introspección y desarrollando técnicas de meditación, pero rechaza las doctrinas de los yoguis acerca del yo espiritual.

El conocimiento religioso será entonces resultado de una práctica interior, religiosa y exterior, ética que van de la mano. Según el Sāmaña Phala Sūtra, este tipo de visión nace como resultado de la perfección de la meditación (dhyana) junto con la perfección de la ética. Muchas de las técnicas budistas fueron sido compartidas con otras tradiciones en su momento, pero le hecho de relacionar ética y sentimiento religioso de esta forma es original del budismo.

  • Nota: La escuela budista dhyana fue llamada en chino «(escuela) ch’ang (que tiene un parecido fonético con el término sánscrita dhyana), que llegó al Japón transformada en zen.

Reencarnación [editar]

Niño Krishna robando leche
Niño Krishna robando leche

En India, el concepto de reencarnación se encuentra escrito por primera vez en los Upanishads (pocos siglos antes de la era común), los primeros textos religiosos y filosóficos escritos en sánscrito.

El Bhagavad Gita hindú establece que el alma (atman) es inmortal, mientras que el cuerpo está sujeto a nacimiento y muerte.

La idea de que el alma (o cualquier ser viviente, incluidos animales y plantas) se reencarna, está estrechamente unido a la idea de karma y el ciclo de muerte y renacimiento gobernado por el karma se conoce como samsara.

El círculo (chakra) del samsara en el budismo, enseña el ciclo de la reencarnación.

El primer Buda niega que los seres tengan un algo eterno e inmutable. Los budistas creen que un niño recién nacido puede ser la reencarnación de un maestro que ha llegado muy alto en su camino al nirvana y ha muerto antes de conseguirlo. En el budismo tibetano, se procura identificar a estos niños lo más temprano posible para ofrecerles formación y que lleguen a ser maestros de nuevo y puedan utilizar su capacidad para guiar a otros. Muchas biografías de maestros contienen hechos de este tipo desde niños, como la capacidad para memorizar textos muy largos habiéndolos leído una sola vez.

Nirvana [editar]

La palabra sánscrita nirvana (en pali nibbana) se utiliza por primera vez en el budismo y no aparece en ninguno de los Upanishads prebudistas. El uso del término en el Bhagavad Gita, podrías ser símbolo de una fuerte influencia budista hacia el hinduismo.

Simbolismo [editar]

  • Mudra: gesto con la mano muy simbólico al expresar una emoción. Buda aparece casi siempre representado con un mudra.
  • Dharma chakra: este símbolo budista utilizado por miembros de ambas religiones aparece en las banderas nacionales de la India y Tailandia. Buda lo utilizaba en sus enseñanzas.
  • Rudra raksh: especie de camas utilizadas por los monjes para rezar.
  • Tílak: muchos hindúes marcan sus frentes con arcilla, que representa el tercer ojo.
  • Śikha: Buda también marcaba la nuca con un mechón de pelo.
  • Esvástica: es un símbolo para alejar el mal. Aparece dibujada en el sentido de las agujas del reloj o al contrario y se ve en budismo e hinduismo. En muchos casos aparece Buda representado con una esvástica en su pecho. La esvástica se utiliza frecuentemente en la bandera de la comunidad budista existente en cada país.

Cosmología [editar]

Tanto budismo como hinduismo tienen el concepto de Naraka (inframundo o infierno) y Swargaloka (paraíso), la montaña Meru (o Sumeru) y el continente Jambudvipa y entidades como los devas (dioses), asuras (demonios), nāga (serpientes), preta (fantasmas), yaksha (seres antropófagos), gandharvas (arcángeles mundanos), kinnaras, brahma, etc. En ambos casos el tiempo se mide en kalpas (eones, de millones).

Ritual del fuego [editar]

En Japón, el ritual Shingon deriva de las tradiciones hindúes y existen rituales similares en el budismo tibetano.

Yoga [editar]

Mantra Aum Namah Shivaya
Mantra Aum Namah Shivaya

El yoga está íntimamente relacionado con las prácticas de budismo e hinduismo, pero existen variaciones en el uso de la terminología en cada una. En hinduismo, el término yoga suele hacer referencia a las ocho formas definidas en los Yoga Sūtras de Patañjali, escritos antes del año 100 AEC. En la escuela Nyingma de budismo tibetano, hace referencia a los seis niveles de enseñanzas en que se dividen el tantra externo: (kriyayoga, charyayoga y yogatantra) y el tantra interno (mahayoga, anuyoga y atiyoga). Además, el yoga hindú ha tenido influencia en el budismo, notable por su austeridad, ejercicios espirituales y estados de trance.

Tanto en hinduismo como en budismo, los conceptos de dhyana y samadhi son comunes a sus prácticas meditativas. El origen de esto está en un abanico común en cuanto a terminología y descripciones de estados meditativos en ambas tradiciones. Lo más notable en este contexto es la relación entre los sistemas de los cuatro estados dhyana budistas y los estados samprajñata samādhi del yoga clásico.

Budismo zen [editar]

Durante los siglos que sucedieron a la desaparición de Shakyamuni Buda, el budismo se extendió por toda India y el sudeste asiático. Pronto surgieron divergencias entre distintas maneras de interpretar las enseñanzas originales del maestro. Se crearon diversas escuelas y se desarrolló una compleja exégesis sobre el sentido real de lo enseñado por el Buda. Esto produjo una cierta confusión en el mundo budista primitivo. Ante esta confusión, grupos cada vez más numerosos de maestros y monjes budistas decidieron retirarse a las montañas y a los bosques para dedicarse exclusivamente a la práctica de la meditación enseñada por el Buda. Así, de manera poco organizada, fue naciendo la llamada escuela de dhyana.

Dhyana es un término sánscrito que significa ‘absorción de la mente’ y designa el estado de conciencia propio de la meditación budista. En chino dhyana se convirtió en ch’an na’. Más tarde la expresión quedaría abreviada en ch’an. Zen es la transcripción de este término al japonés.

Buda abandonó el ascetismo, se sentó tranquilamente, cruzó las piernas, se concentró en su postura y en su respiración. Durante el amanecer del octavo día de Zazen alcanzó un nivel superior de conciencia al ver el resplandor de una estrella. Se convirtió en Buda (aquel que se ha iluminado, el que se ha despertado). Buda encontró su verdadera naturaleza en el universo y una regla de existencia para todos los hombres.

El zen fue introducido en China por Bodhidharma, maestro que representaba la vigésimo octava generación de discípulos del Buda. China estaba dividida en esta época en estados rivales. El desorden reinaba por todas partes debido al desgarro que producía la lucha por el poder. El país se encontraba sometido a los tiranos y ensangrentado por las rebeliones.

La dinastía de los Liang reinaba sobre uno de los estados de la antigua China. El emperador Wu-Ti, jefe de esta dinastía, budista ardiente, oyó hablar de bodhidharma y le recibió en su palacio. A la pregunta de Wu-Ti: «¿Cuál es el principio fundamental del budismo?». Bodhidharma respondió: «Un vacío inmenso. Un cielo claro. Un cielo en el que no se distinguen los iluminados de los ignorantes. El mundo mismo, tal y como es».

Wu-Ti, a pesar de que era un budista ferviente, no comprendió el mensaje de Bodhidharma. Éste último supo que la hora de difundir el zen en China no había llegado aún, por lo cual cruzó el río [[Yang-Tse] y se retiró en las montañas septentrionales, en el templo Shorin.

Allí practicó zazen frente a un muro durante nueve años (algunos afirman que sin interrupción).

El zen se extendería rápidamente por China seis generaciones después, gracias a Eno (Huei-Neng) considerado como uno de los más grandes patriarcas del zen chino. A partir de Eno nació una flor con cinco pétalos. Esta frase zen quiere decir que el zen se abrió como una flor de cinco pétalos y se extendió por todo el país a través de las cinco escuelas que surgieron del linaje del Maestro Eno. Estas escuelas fueron Igyo, Hongen, Soto, Unmon, Rinzai.

Por las montañas y los bosques de China se comenzaron a construir millares de templos en los que vivían miles de personas entregadas al estudio y a la practica del dharma de Buda.

Con el tiempo, el zen impregnaría la civilización china elevando su pensamiento, cultura y arte de vivir a cotas sublimes. De estas cinco escuelas chinas, sólo tres llegaron a Japón: Soto, Rinzai y Obaku (esta última es considerada como una rama de la escuela Rinzai). Las otras dos se extinguirían en China.

En Japón sólo las escuelas Rinzai y Soto alcanzaron una implantación importante, la primera debido a Eisai y la segunda a Dogen y Keizan. La tradición Rinzai esta basada en una disciplina estricta destinada a desarticular las creaciones mentales. El koan o pregunta enigmática de difícil resolución adquiere una gran importancia y su resolución, más allá del intelecto, conduce a la experiencia del satori y despertar.

La tradición Soto quiere antes que nada concentrarse sobre la vía del Buda, es decir, seguir la vida cotidiana del Buda, avanzando continuamente en la realización gracias a la práctica diaria, sin esperar nada especial. La esencia del Soto es shikantaza: sentarse, solamente sentarse.

Con el maestro Dogen (1200-1254) la tradición Soto y la esencia misma del budismo alcanzan un grado de madurez y precisión difícil de encontrar en otras épocas. Su obra maestra, el Shobogenzo es una pieza imprescindible para comprender el budismo y la esencia de toda la civilización oriental.

El zen ha ejercido una influencia profunda en la vida cotidiana del pueblo japonés. Esta influencia puede apreciarse en cualquier aspecto de la vida japonesa: alimentación, vestidos, pintura, caligrafía, arquitectura, teatro, música, jardinería, decoración, etc.

Aun hoy día, a pesar de que muchos japoneses no saben qué es el zen, en sus comportamientos y manifestaciones puede verse la impronta dejada en el alma japonesa por esta enseñanza.

La enseñanza del zen sólo puede ser transmitida de corazón a corazón, de ser a ser, de maestro a discípulo. La relación maestro-discípulo es pues fundamental. Desde el Buda Shakyamuni hasta el momento presente, el budismo zen ha sido transmitido de maestro a discípulo, generación tras generación.

El árbol de la genealogía espiritual del budismo zen tiene su raíz en el Buda Shakyamuni y ha crecido a lo largo de la historia desarrollando diversos linajes, en China, Japón, Corea o Vietnam y siendo practicado en la actualidad en occidente por numerosas personas.

Budismo tibetano [editar]

El yoga budista fue introducida en el Tibet a través de la India bajo la forma de las enseñanzas Vajrayāna como se ve en las escuelas Nyingma, Kagyupa, Sakyapa y Gelukpa del budismo tibetano.

El yoga es fundamental en el budismo tibetano. En la tradición Nyingma, los practicantes progresan incrementando la profundidad en sus niveles de yoga, empezando con el mahā yoga (gran yoga), continuando por el anu yoga (yoga minucioso) y alcanzando su práctica más profunda con el ati yoga (súper yoga). En la tradición Sarma, su equivalente es el anuttara yoga.

Otras prácticas del yoga tántrico incluyen un sistema de 108 āsanas o posturas practicadas con respiraciones que varían el ritmo del corazón en ejercicios y movimientos conocidos como trul khor o unión de la luna y el sol mediante la energía prajna. Son ilustrativas las posturas de los antiguos yoguis representados en los muros del templo de verano del Dalai Lama en Lukhang.

Las doctrinas budistas tibetanas enseñan un grupo de prácticas diversas que ofrecen una variedad de caminos hacia la verdad y la iluminación. Estas prácticas utilizan el tantra y el yoga; el yoga lo utiliza como forma de potenciar la concentración.

Las filosofías de Nagarjuna Madhyamika y Yogachara se utilizan en budismo tibetano como bases de las prácticas yóguicas.

En los siglos XIII y XIV, el tibetano desarrolla una clasificación en cuatro partes de los textos tántricos, basándose en el tipo de práctica que cada uno contiene, especialmente su énfasis relativo a los rituales yóguicos internos o externos. Las dos primeras clases, los llamados tantras inferiores, son los tantras kriya y chatya; las dos clases de tantras superiores son el yoga y el anuttara-yoga.

Diferencias [editar]

Vedas, Upanishads y Sutras [editar]

Para el no iniciado es muy común la confusión entre los tres tipos de textos. Se expone aquí un breve resumen que pretende ser clarificador.

  • Se denomina Vedas a los cuatro textos sánscritos que forman la base del extenso sistema de escrituras sagradas del hinduismo. Ver: Vedas
  • Frente a la religión oficial expresada en los Vedas, los Upaṇiṣad presentan una nueva cultura, ligada al mundo de los artesanos y comerciantes de las ciudades del norte de la India, que concibieron formas de vida y gobierno más flexibles y participativas. En este ambiente, muchas personas rechazaron la religiosidad y ceremonias de los Vedas y reaccionaron contra el poder de los sacerdotes bráhmanas. Entonces se escribieron los Upaṇiṣad y aparecieron nuevos grupos religiosos, como el jainismo y el budismo (600 aec). Ver: Upanishad
  • Los Suttas o Sūtras son mayoritariamente discursos dados por el Budha o alguno de sus discípulos más próximos. Si bien se asocian principalmente a la religión budista, también puede ser utilizada la palabra "sūtra" para designar escritos de otras tradiciones orientales. Ver Sutra