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NOTA DE VREDONDOF :

ESTE ARTICULO A MI ME PARECIO MUY INTERESANTE , PERO ME HA COSTADO MUCHO "LLEGAR A LOS CONCEPTOS" , NO SE SI POR QUE A MIS 63 AÑOS YA PATINA UN POCO MI CABEZA , O BIEN PORQUE EL AUTOR TIENE UN NIVEL ... O QUE ESCRIBE PARA UN NIVEL DE PERSONAS CON UN INTELECTO MUY ELEVADO.

En cualquier caso merece la pena leerlo (con MUCHA ATENCION para enterarse ....)
La conclusion que saque en la 3ª leida que le di , fue que se puede DECIR LO MISMO con el 10 de palabras y utilizando un "estilo mas pegado a la tierra".

LOS ESPAÑOLES NO SON IDEALISTAS. EN LA MEDIOCRIDAD SE ENCUENTRAN A GUSTO

El perfeccionamiento humano se efectúa con ritmo diverso en las sociedades y en los individuos. Los más poseen una experiencia sumisa al pasado: rutinas, prejuicios, domesticidades. Pocos elegidos varían, avanzando sobre el porvenir; al revés de Anteo, que tocando el suelo cobraba alientos nuevos, los toman clavando sus pupilas en las constelaciones lejanas y de apariencia inaccesible. Esos hombres, predispuestos a emanciparse de su rebaño, buscando alguna perfección más allá de lo actual, son los "idealistas". La unidad del género no depende del contenido intrínseco de sus ideales sino de su temperamento: se es idealista persiguiendo las quimeras más contradictorias, siempre que ellas impliquen un sincero afán de enaltecimiento. Cualquiera. Los espíritus afiebrados por algún ideal son adversarios de la mediocridad: soñadores contra los utilitarios, entusiastas contra los apáticos, generosos contra los calculistas, indisciplinados contra los dogmáticos. Son alguien o algo contra los que no son nadie ni nada. Todo idealista es un hombre cualitativo: posee un sentido de las diferencias que le permite distinguir entre lo malo que observa, y lo mejor que imagina. Los hombres sin ideales son cuantitativos; pueden apreciar el más y el menos, pero nunca distinguen lo mejor de lo peor. Sin ideales sería inconcebible el progreso. El culto del "hombre práctico", limitado a las contingencias del presente, importa un renunciar a toda imperfección. El hábito organiza la rutina y nada crea hacia el porvenir; sólo de los imaginativos espera la ciencia sus hipótesis, el arte su vuelo, la moral sus ejemplos, la historia sus páginas luminosas.
Son la parte viva y dinámica de la humanidad; los prácticos no han hecho más que aprovecharse de su esfuerzo, vegetando en la sombra. Todo porvenir ha sido una creación de los hombres capaces de presentirlo, concretándolo en infinita sucesión de ideales. Más ha hecho la imaginación construyendo sin tregua, que el cálculo destruyendo sin descanso. La excesiva prudencia de los mediocres ha paralizado siempre las iniciativas más fecundas. Y no quiere esto decir que la imaginación excluya la experiencia: ésta es útil, pero sin aquélla es estéril. Los idealistas aspiran a conjugar en su mente la inspiración y la sabiduría; por eso, con frecuencia, viven trabados por su espíritu crítico cuando los caldea una emoción lírica y ésta les nubla la vista cuando observan la realidad. Del equilibrio entre la inspiración y la sabiduría nace el genio. En las grandes horas de una raza o de un hombre, la inspiración es indispensable para crear; esa chispa se enciende en la imaginación y la experiencia la convierte en hoguera. Todo idealismo es, por eso, un afán de cultura intensa: cuenta entre sus enemigos más audaces a la ignorancia, madrastra de obstinadas rutinas.
La humanidad no llega hasta donde quieren los idealistas en cada perfección particular; pero siempre llega más allá de donde habría ido sin su esfuerzo. Un objetivo que huye ante ellos se convierte en estímulo para perseguir nuevas quimeras. Lo poco que pueden todos, depende de lo mucho que algunos anhelan. La humanidad no poseería sus bienes presentes si algunos idealistas no los hubieran conquistado viviendo con la obsesiva aspiración de otros mejores.
En la evolución humana, los ideales se mantienen en equilibrio inestable. Todo mejoramiento real es precedido por conatos y tanteos de pensadores audaces, puestos en tensión hacia él, rebeldes al pasado, aunque sin la intensidad necesaria para violentarlo; esa lucha es un reflujo perpetuo entre lo más concebido y lo menos realizado. Por eso los idealistas son forzosamente inquietos, como todo lo que vive, como la vida misma; contra la tendencia apacible de los rutinarios, cuya estabilidad parece inercia de muerte. Esa inquietud se exacerba en los grandes hombres, en los genios mismos si el medio es hostil a sus quimeras, como es frecuente sobre todo en España. No agita a los hombres sin ideales, informe argamasa de humanidad.
Toda juventud es inquieta. El impulso hacia lo mejor sólo puede esperarse de ella: jamás de los enmohecidos y de los seniles. Y sólo es juventud la sana e iluminada, la que mira al frente y no a la espalda; nunca los decrépitos de pocos años, prematuramente domesticados por las supersticiones del pasado: lo que en ellos parece primavera es tibieza otoñal, ilusión de aurora que es ya un apagamiento de crepúsculo.
Sólo hay juventud en los que trabajan con entusiasmo para el porvenir; por eso en los caracteres excelentes puede persistir sobre el apeñuscarse de los años. Nada cabe esperar de los hombres que entran a la vida sin afiebrarse por algún ideal; a los que nunca fueron jóvenes, paréceles descarriado todo ensueño. Y no se nace joven: hay que adquirir la juventud. Y sin un ideal no se adquiere.
Los idealistas suelen ser esquivos o rebeldes a los dogmatismos sociales que los oprimen. Resisten la tiranía del engranaje político nivelador, aborrecen toda coacción del sistema, sienten el peso de los honores con que se intenta domesticarlos y hacerlos cómplices de los intereses creados, dóciles maleables, solidarios, uniformes en la común mediocridad.
Las fuerzas conservadoras que componen el subsuelo social pretenden amalgamar a los individuos, decapitándolos; detestan las diferencias, aborrecen las excepciones, anatematizan al que se aparta en busca de su propia personalidad. El original, el imaginativo, el creador no teme sus odios: los desafía, aun sabiéndolos terribles porque son irresponsables y asesinos como ultima solución. Por eso todo idealista es una viviente afirmación del individualismo, aunque persiga una quimera social; puede vivir para los demás, nunca de los demás. Su independencia es una reacción hostil a todos los dogmáticos. Concibiéndose incesantemente perfectibles, los temperamentos idealistas quieren decir en todos los momentos de su vida, como Don Quijote: "yo sé quién soy". Viven animados de ese afán afirmativo. En sus ideales cifran su ventura suprema y su perpetua desdicha. En ellos caldean la pasión, que anima su fe; esta, al estrellarse contra la realidad social, puede parecer desprecio, aislamiento, misantropía: la clásica "torre de marfil" reprochada a cuantos se erizan al contacto de los obtusos. Diríase que de ellos dejó escrita una eterna imagen Teresa de Ávila: "Gusanos de seda somos, gusanillos que hilamos la seda de nuestras vidas y en el capullito de la seda nos encerramos para que el gusano muera y del capullo salga volando la mariposa". Todo idealismo es exagerado, necesita serlo. Y debe ser cálido su idioma, como si desbordara la personalidad sobre lo impersonal; el pensamiento sin calor es muerte, frío, carece de estilo, no tiene firma.
Jamás fueron tibios los genios y los héroes. Para crear una partícula de Verdad, de Virtud o de Belleza, se requiere un esfuerzo original y violento contra alguna rutina o prejuicio; como para dar una lección de dignidad hay que desgoznar algún servilismo. Todo ideal es, instintivamente, extremo; debe serlo a sabiendas, si es menester, pues pronto se rebaja al refractarse en la mediocridad de los más. Frente a los hipócritas que usurpan poderes civiles y mienten con viles objetivos, la exageración de los idealistas es, apenas, una verdad apasionada. La pasión es su atributo necesario, aun cuando parezca desviar de la verdad; lleva a la hipérbole, al error mismo; a la mentira nunca. Ningún ideal es falso para quien lo profesa: lo cree verdadero y coopera a su advenimiento, con fe, con desinterés. El sabio busca la Verdad por buscarla y goza arrancando a la naturaleza secretos para él inútiles o peligrosos. Y el artista busca también la suya, porque la Belleza es una verdad animada por la imaginación, más que por la experiencia. Y el moralista la persigue en el Bien, que es una recta lealtad de la conducta para consigo mismo y para con los demás. Tener un ideal es servir a su propia Verdad Siempre. Algunos ideales se revelan como pasión combativa y otros como pertinaz obsesión; de igual manera distínguense dos tipos de idealistas, según predomine en ellos el corazón o el cerebro. El idealismo sentimental es romántico: la imaginación no es inhibida por la crítica y los ideales viven de sentimiento. En el idealismo experimental los ritmos afectivos son encarrilados por la experiencia y la crítica coordina la imaginación: los ideales tórnanse reflexivos y serenos. Corresponde el uno a la juventud y el otro a la madurez. El primero es adolescente, crece, puja y lucha; el segundo es adulto, se fija, resiste, vence.
El idealista perfecto sería romántico a los veinte años y estoico a los cincuenta; es tan anormal el estoicismo en la juventud como el romanticismo en la edad madura. Lo que al principio enciende su pasión, debe cristalizarse después en suprema dignidad: ésa es la lógica de su temperamento. Sin embargo lo que si hay es mucha mediocridad. La mediocridad puede definirse como una ausencia de características personales que permitan distinguir al individuo en su sociedad. Ésta ofrece a todos un mismo fardo de rutinas, prejuicios y domesticidades; basta reunir cien hombres para que ellos coincidan en lo impersonal: "Juntad mil genios en un Concilio y tendréis el alma de un mediocre". Esas palabras denuncian lo que en cada hombre no pertenece a él mismo y que, al sumarse muchos, se revela por el bajo nivel de las opiniones colectivas.El régimén actual, la monarquía cainista, ha conseguido una vez más, a través de sus ladrones politicos, que los españoles sean mediocres y que todo destello de genialidad sea enterrado en el desprecio. El régimen es miedoso,cobarde y hurtador, teme por su continuidad, pues sabe que se ha llevado mucho y no ha ofrecido nada. Qué se puede esperar de un monarca que dice:"El recuerdo de Franco constituirá para mí una exigencia de comportamiento y de lealtad ...". Seguid votando, idealistas.
J.I.
"El sentido común es la cosa mejor repartida del mundo
porque todo el mundo cree poseerlo en cantidad suficiente." René Descartes.

LIBERTAD

-La filosofia de la libertad esta basada en la propiedad de uno mismo, esta simple pero elegante y contundente animacion la explicara exactamente. Esta es una gran herramienta que cualquiera puede usar para educar niños y adultos acerca del derecho a la vida, libertad y la capacidad de crear - y nuestra responsabilidad para pensar, hablar y actuar. La version en DVD de este video puede ser descargada gratis en: www.philosophyofliberty.blogspot.com CRÉDITOS AUTOR: Ken Schoolland schoolak001@hawaii.rr.com PRODUCTOR: Kerry Pearson (aka Lux Lucre) MÚSICA: Music2Hues www.music2hues.com WEBSITE: www.jonathangullible.com AYUDA: The Jonathan Gullible fund www.isil.org/tools/jonathan-gullible.html COPYRIGHT: www.creativecommons.org/licenses/by-nd-nc/1.0/ *

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Self-Management: 100 consejos

de Francisco Alcaide Hernández 



Hoy me he parado a pensar y decidir qué 100 cosas (hay más) que considero claves para la gestión de uno mismo (self-management). Y las he puesto por escrito:


1. No juzgues la vida de nadie, es el rasgo de mayor mediocridad de una persona.

2. Sueña y sueña a lo grande, los sueños nos mantienen vivos y tiran de nosotros para delante. La depresión, dicho de manera coloquial, es la ausencia de sueños.

3. No envidies, es una derrota personal, la manifestación más evidente de que no estás satisfecho con tu vida. Encuentra tu camino y la envidia desaparecerá.

4. Practica el humor, es bueno para la salud física y mental, y mejora las relaciones personales.

5. Sé generoso, te sentirás bien: “Lo que das, te lo das; lo que no das, te lo quitas” (Jodorowsky).

6. Piensa menos y siente más: los sentimientos son el lenguaje del alma. Escucha lo que te dice el corazón: “Cuando piensas demasiado impides que las cosas sucedan” (Rosario Flores).

7. Aprende a no
 escuchar, poca gente está preparada mentalmente para entender tus sueños. Te criticarán y no te será fácil abstraerte de las críticas.

8. Practica la ley de la gratitud, es la primera ley del universo. Es difícil que ocurra nada bueno sin ser agradecido. Jean de la Bruyére afirmaba: “Solo un exceso es recomendable en el mundo: el exceso de gratitud”.

9. Omnia in bonum: todo lo que ocurre es para bien, aunque en un primer momento no lo entiendas. Los puntos se conectan en algún lugar del camino.

10. Practica deporte, y deporte no es sólo ir a correr, a la piscina o al gimnasio, es, sobre todo, estar activo.

11. Lee mucho y de todo (economía, psicología, marketing, filosofía, historia...), amplia muchas perspectivas y aporta muchos ángulos de vista. La creatividad no es más que la unión de informaciones distantes.

12. Sonríe y vencerás: la sonrisa es la forma más barata de mejorar tu apariencia... y como dijo Paco Rabanne, “el mejor atuendo de una modelo”.

13. Escucha música: es una gran generadora de estados de ánimo y gracias a ella se trasciende a un estado que predispone a dar lo mejor. “La música es para el alma lo que la gimnasia para el cuerpo”, afirmaba Platón.

14. Ve al cine: una buena película con su guión, con su banda sonora, con sus actores... puede aportar muchos inputs vitales.

15. No vayas demasiado rápido, te será imposible disfrutar de lo que haces. Los sabios suelen pecar de lentos.

16. Vive cada instante: estés donde estés y hagas lo que hagas, disfrútalo con intensidad. Es el 
eternal now oriental. No tengas tu cabeza en otra parte.

17. Sé versátil, o lo que es lo mismo, saborea de igual manera un bocadillo de jamón sentado en el borde de un río como de una comida en un restaurante de tres estrellas michelín.

18. Viaja todo lo que puedas: viajar no es ir muy lejos sino moverse con la mente abierta y empaparse de todo lo que se ve. No conozco ningún sitio que no merezca la pena. Y cuando viajes olvídate de la tortilla de patatas.

19.Lo de fuera es lo de dentro
 : “Aunque nada cambie, si tú cambias, todo cambia” (Álex Rovira). Dicho de otra manera: “Cuando cambiamos la forma de mirar las cosas, las cosas que miramos cambian” (Dyer). ¿No te has dado cuenta que el día que estás de mejor ánimo las cosas funcionan mejor?

20. Ten una actitud mental abierta: todo te da pistas y señales hacia dónde debes dirigir tus pasos. No desprecies lo que no entiendes e intenta digerirlo.

21. ¿Cómo encontrar tu camino en la vida? Hazte una pregunta: ¿Qué me hace sentir bien? Por ahí andan los tiros. Donde disfrutas están tus talentos. Entonces, busca la forma de llegar y no te parapetes en las circunstancias para no hacerlo.

22. Huye de los pesimistas, son un auténtico cáncer de la vida, chupan energía a no poder más y te dejan mal cuerpo.

23. Sé curioso: es uno de los rasgos que más distinguen a las personas felices, siempre tienen proyectos por realizar: aprender inglés, a cocinar, ir a algún país...

24. Intenta estar en contacto con la naturaleza: mar, montaña, animales, ríos, plantas... Si interactúas con ella te enseñará muchas cosas y te transmitirá paz.

25. Una vez tomada una decisión, olvídate del resto de alternativas. Saca el máximo partido a la elegida. No intentes optimizar siempre, a veces las cosas salen mejor y otras peor.

26. Reconcíliate con el pasado: sí, es verdad, has hecho cosas mal, has dañado a personas, te equivocaste en ciertos comportamientos... pero también tienes derecho a fallar.

27. El fracaso no existe, sólo la experiencia. Todo suma.

28. Los obstáculos son la forma que tiene la vida de separar entre los que dicen que quieren algo de los que realmente lo quieren; los primeros “desistirán” y los segundos “persistirán”. Lo dice el manifiesto Vikingo: ¿Quién sabe lo que los problemas pueden hacer por ti?

29. Se puede aprender de todo y de todos, que no te quepa duda. Es una cuestión de educar tu mirada para descubrir lo positivo de cada situación.

30. No te quejes, seguramente hay gente en situaciones mucho peores que la tuya.

31. Como caigas en el victimismo, la resignación y la negación estás perdido. Son los rasgos que definen a los perdedores.

32. El dinero bien ganado y bien utilizado es maravilloso. No dejes que otros te hagan ver que es algo sucio. Mentira. Con dinero nos vestimos, viajamos, invertimos, hacemos donaciones... El problema no está en el dinero sino en la avaricia del ser humano.

33. Aléjate del concepto de propiedad: mi casa, mi coche, mi terreno... Muchas veces generan cargas y dependencias que te arruinan la vida. Hay gente que no vive por los compromisos financieros que se genera.

34. ¿Te apetece y puedes disfrutar de un velero? Alquílalo y disfrútalo. Si lo compras el resto del tiempo estará atracado generando gastos y preocupaciones sólo para satisfacer un ego frágil. Lo mismo para las casas/chalets y otros bienes materiales.

35. Deja el orgullo en casa, te impide corregir y mejorar. Tu mayor aliado: la humildad. Un "me equivoqué" y un "no sé" son muestras de inteligencia.

36. No intentes aparentar lo que no eres, se nota.

37. Todo tiene energía: personas, cosas, animales... y sólo hay de dos tipos: positiva (que construye) o negativa (que destruye). Busca en todo la primera y aléjate de la segunda. Cuando mejor te sientas, más en sintonía estás con el universo y en un estado más proclive para la expansividad, para crear, para que tus talentos se manifiesten.

38. Desde el derrotismo, el pesimismo, la actitud negativa es imposible construir nada. Cuando no te encuentres bien, actúa como si lo estuvieses. Las cosas positivas suceden a la gente positiva.

39. Acepta el misterio de la vida: no podrás entenderlo ni comprenderlo todo. Las contradicciones y paradojas forman parte de la vida.

40. Perdona:
la venganza te deja saciado en el corto plazo pero en el largo te arrepientes. No merece la pena. Bastante cruz tiene ya el que ha cometido un crimen. Lo expresaba magistralmente Martín Seligman: “No puedes hacer daño al culpable no perdonando, pero puedes liberarte perdonándolo”.

41. Pide ayuda: no lo podrás hacer tú todo. Cada uno sabemos de lo que sabemos. Rodéate de gente competente. Lo caro casi siempre es barato, no sólo en dinero sino en preocupaciones y tiempo.

42. Si te gusta, escribe de vez en cuando, ayuda a poner en orden ideas y a amueblar la cabeza: “Escribir es conocerse y conocerse es vivir” (José Luis Sanpedro).

43. Mantén el contacto con los niños: son los grandes genios de la vida y te enseñarán muchas cosas: su curiosidad, su sentido lúdico, su gestión del error...

44. Mantén el contacto con los animales: Eduadro Punset explicaba: “La inteligencia emocional la aprendí de los animales”. Me lo creo.

45. Cuida tu máquina: tu cuerpo y tu mente. El primero con deporte, nutrición, cuidados...; y el segundo con lecturas, viajes, conversaciones, meditación...

46. Dispara primero y apunta después: “Lo importante no es lo que piensas, dices o planeas, sino lo que haces” (@blpgirl). Está bien planificar pero sin pasarse. El camino enseña muchas cosas.

47. Haz cosas: te arrepentirás más de lo que no hiciste en su día que de los errores que cometiste: “Entre hacer y no hacer elige siempre lo primero, porque si te equivocas al menos tendrás la experiencia” (Jodorowsky).

48. Si te atacan, responde con tranquilidad, no hay nada que desestabilice más.

49. Tú eres mucha gente, no vayas de autosuficiente: eres el sumatorio de un gran cantidad de personas que te hayan ayudado, no sólo materialmente sino emocional o personalmente. De algunas de ellas a lo mejor ni eres consciente de la ayuda que te prestaron.

50. Abre los ojos y los oídos: las oportunidades están en todos los lados y en todas las personas, muchas veces en lo más insospechado. Todo da indicios y pruebas.

51. Si te gustan y puedes, aprende idiomas, te abrirán muchas puertas en lo profesional y en lo personal.

52. Practica la diversidad: aunque te cueste, rodéate de personas con diferentes profesiones (abogados, ingenieros, psicólogos...), culturas (anglosajones, latinos, chinos...) y formas de vida (bohemios, ejecutivos agresivos, artistas...). No intentes comprender, absorbe.

53. Haz cosas sin esperar absolutamente nada a cambio... algunas veces te sorprenderás con lo que ocurre.

54. Relativiza: Cuando te duela algo, date una vuelta por la planta de oncología de un hospital infantil, por una cárcel o por un barrio marginal de drogas. Todas tus penas desaparecerán.

55. Sabiduría no es tener carreras universitarias, ni másters, ni idiomas... sino saber distinguir lo “esencial” de lo “accidental”. Hay gente que tiene una “sabiduría callada”, del hombre del campo, que ni siquiera ha pisado jamás un aula. Escúchalos.

56. Quien quiere hacer algo busca la forma; quien no quiere busca excusas. Así de claro. Si de verdad quieres un objetivo, lo lograrás.

57. Practica la fórmula 
KISS: Keep It Simple Stupid. Simplificar es vivir mejor. Hay gente experta en complicarse la vida.

58. Poco + Poco = Mucho. Es increíble lo que se puede lograr si cada uno ponemos de nuestra parte. Lo decía Mandela: “No es difícil cambiar el mundo, lo difícil es cambiarte a ti mismo”.

59. Imposible es eso que nadie ha hecho hasta que alguien lo rubrica. Por eso, como dice Silvio Rodríguez, “prefiero hablar de las cosas imposibles porque de lo posible se habla demasiado”. Un grupo musical cantaba: "Faltan soñadores y sobran intérpretes de sueños".

60. No te flageles: yo, tú y todos a veces somos unos incoherentes... Pecados del ser humano: “Es fácil creer en algo y no estar a la altura de tus creencias” (House). La mejora personal es un proceso, no un estado.

61. “Cuanto más te entiendas a ti mismo, más entenderás al mundo” (Paulo Coelho). Sobran los comentarios.

62. Sorprender nunca falla: verás como disfruta la gente cuando eres capaz de emocionarla con algo inesperado. La vida es emoción y las sorpresas son emocionantes. No es cuestión de grandes cosas, sino de algo no esperado. Muchas veces es fácil hacer feliz a los demás.

63. Despréndete de los resultados: tenlos en la cabeza pero no te obsesiones con ellos. Visualízalos pero que no te esclavicen. Los resultados no te pertenecen, te llegan.

64. Como tú te sientes, los demás te ven. No es cuestión de lo que eres, sino como te juzgas a ti mismo, de tu autoestima.

65. Si no tienes la autoestima muy elevada, pide a cinco personas de tu máxima confianza que te digan cinco cosas buenas de ti. Verás como hay muchos que valoran cosas tuyas.

66. Serenidad: Mucho más importante que lo que te ocurre es cómo lo afrontas. Piensa que todo sucede por algo. No te pelees con la vida, no le eches un pulso... es agotador.

67. Nunca es tarde para encontrar el sentido de la vida. Que lo conseguido hasta el momento no hipoteque tu porvenir. A veces tendrás que dejar de lado tus estudios, tus ascensos, tus amistades... para empezar tu auténtica vida.

68. Sé valiente: es imposible ser feliz de otra manera. El miedo produce muchas frustraciones, sobre todo el miedo al ridículo. Olvídalo. La primera vez duele mucho, menos la segunda, algo la tercera... hasta que desaparece porque te da igual el qué dirán.

69. La gente te respeta tanto como tú te haces respetar. No dejes que te manipulen. Si alguien no te acepta, apártate de él/ella.

70. Hay jaulas que son de oro: no culpes a nadie, la libertad individual siempre existe. Hay ascensos que amargan la vida. Los “cargos” muchas veces son “cargas”.

71. No escatimes elogios: son agradables para el que los recibe y te hacen sentir bien. A todo el mundo le gusta escuchar cosas buenas sobre él.

72. Asertividad: cuida el tono en las reprimendas. La gente está dispuesta a mejorar casi siempre pero lo que no soportan es que la humillen. Una crítica bien hecha se agradece como agua de mayo.

73. Si delegas y tienes paciencia para asumir los errores por falta de experiencia en quien has puesto tu confianza, con el tiempo verás qué lejos se puede llegar.

74. Ser amable y educado te abrirá muchas puertas. Una de las cosas que más rechaza la gente es la soberbia y la prepotencia.

75. No dejes la suerte en manos del azar: cuando quieres algo de verdad (no de palabra), todas las piezas del puzzle empiezan a encajar para que ocurra. Ten fe y no abandones. Recuerda lo de los obstáculos.

76. La soledad como refugio está bien; como forma de vida te mata lentamente.

77. Es fácil olvidar los mensajes importantes. Por ello, citas, objetivos, ideas... ponlos en lugares visibles. Ten un 
visual board, utiliza símbolos que te lo recuerden, utiliza frases de ánimo y positivas...

78. No intentes eliminar los pensamientos negativos sino reemplázalos con otros positivos. No luches contra lo que “no quieres” sino pon el foco en lo que “quieres”.

79. Ten paciencia: no se siembra hoy y se recoge mañana. Es ley de vida. Todo llega, pero no desistas. La vida es una cuestión de pegar tiros. Después de haber pegado muchos empiezas a ajustar el disparo mejor.

80. Aprende a decir no: al principio te pueden rechazar, con el paso del tiempo te pone en valor. Si crees que lo que ofreces lo vale, salvo excepciones, no cedas.

81. Uno de los grandes males sociales es la educación que nos uniformiza y nos mete a todos en el mismo saco. Cuidado con lo que aprendes. Educar es ayudar a cada persona a ser ella misma; educar es ayudar a una persona a ser feliz.

82. Comete locuras de vez en cuando: “El que esté libre de pecado... no sabe lo que se pierde” (@fanultra). No vayas dando una imagen exquisita, es mentira. Nadie somos ángeles. Además, errar –incluso intencionadamente- elimina presiones.

83. Pon en práctica tu creatividad: crear es una de las cosas que más satisfacciones proporciona. Crear es dejar tu huella, es la posibilidad de ser tú mismo. La creatividad no es una cosa del trabajo, sino de cualquier ámbito de la vida: en la cocina, preparando un viaje o en una fiesta.

84. Gestiona el cambio: las cosas no son estáticas sino que varían con el tiempo. Sé flexible y adáptate y gestiona las circunstancias, de otro modo lo pasarás mal. La vida es como el clima, es el que es, pero si llueve, toma el paraguas; si hace frío, ponte el abrigo; si tienes calor, enciende el aire acondicionado... Refunfuñar por lo que no es posible cambiar es inmadurez.

85. La honestidad, con uno mismo y con los demás, merece la pena.

86. Lo esencial de cada persona es su singularidad: “Lo que te hace diferente, te hace valioso; lo que hace diferente, te hace único”. Recuerda: no hay otro como tú. No existen los repetidos, ¡aprovéchalo!

87. La amistad no es conocerse de muchos años. Amistad es intercambio de intimidades, discreción, respeto, no juzgar... por eso, no abunda.

88. Los mayores enemigos suelen estar cerca: si tu familia, si tus amigos, si tus compañeros no te respetan... mándales a paseo. No te merecen.

89. No exprimas tanto la naranja que amargue el zumo. La avaricia rompe saco. A veces por no renunciar a un poco se pierde todo.

90. Algunas personas te engañarán, otras se aprovecharán de ti. Acéptalo y aprende, pero no lo rumies constantemente en la cabeza, te haces daño a ti mismo.

91. No grites: a una persona que chilla sus razones le abandonan. La tranquilidad de espíritu facilita las relaciones y llegar a acuerdos.

92. Lo que abandonas, te abandona.

93. Si crees en algo y sale mal, continúa: 
Winners never quit; quitters never win. Los ganadores nunca desisten; los que desisten nunca ganan.

94. La realidad no es más que la manifestación de la conciencia colectiva de la humanidad. Somos lo que en cada momento hemos decidido ser. No protestemos: “Si cada uno barriese delante de su casa qué limpia estaría la ciudad” (Prov. Japonés).

95. Todas las crisis (tulipanes, ferrocarril, puntocom, subprimes...) a lo largo de la historia son iguales, producto de la avaricia. A día de hoy podemos decir que dentro de X años tendremos otra. Lo que cambia son los protagonistas.

96. Vivir es elegir y elegir es rechazar. Cada decisión implica renuncias. No te fijes en lo que dejas sino en lo que ganas con la alternativa elegida.

97. Desaprende. Tenemos demasiada basura en la cabeza, demasiados paradigmas y creencias que nos limitan. Lo decía Goethe: “Ten cuidado con lo que aprendes que no podrás olvidarlo”. Empieza a cuestionar y a no creerte lo que te cuentan.

98. Aprende a valorar lo inmaterial. Lo bueno de esta vida es que las cosas realmente importantes no se pueden comprar con dinero por mucho que uno que esté dispuesto a pagar por ellas. No se puede adquirir con el talonario afecto, ni confianza, ni lealtad, ni respeto... eso hay que ganárselo.

99. Lo que nunca falla es ser uno mismo. No negocies con la autenticidad y atrévete a ser quien eres: "No liberes al camello de su joroba puedes estar eliminándolo de ser camello" (Cheterton).

100. “La vida es maravillosa pero hay que saber maravillarse” (Eduardo Jáuregui).