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NOTA DE VREDONDOF :

ESTE ARTICULO A MI ME PARECIO MUY INTERESANTE , PERO ME HA COSTADO MUCHO "LLEGAR A LOS CONCEPTOS" , NO SE SI POR QUE A MIS 63 AÑOS YA PATINA UN POCO MI CABEZA , O BIEN PORQUE EL AUTOR TIENE UN NIVEL ... O QUE ESCRIBE PARA UN NIVEL DE PERSONAS CON UN INTELECTO MUY ELEVADO.

En cualquier caso merece la pena leerlo (con MUCHA ATENCION para enterarse ....)
La conclusion que saque en la 3ª leida que le di , fue que se puede DECIR LO MISMO con el 10 de palabras y utilizando un "estilo mas pegado a la tierra".

LOS ESPAÑOLES NO SON IDEALISTAS. EN LA MEDIOCRIDAD SE ENCUENTRAN A GUSTO

El perfeccionamiento humano se efectúa con ritmo diverso en las sociedades y en los individuos. Los más poseen una experiencia sumisa al pasado: rutinas, prejuicios, domesticidades. Pocos elegidos varían, avanzando sobre el porvenir; al revés de Anteo, que tocando el suelo cobraba alientos nuevos, los toman clavando sus pupilas en las constelaciones lejanas y de apariencia inaccesible. Esos hombres, predispuestos a emanciparse de su rebaño, buscando alguna perfección más allá de lo actual, son los "idealistas". La unidad del género no depende del contenido intrínseco de sus ideales sino de su temperamento: se es idealista persiguiendo las quimeras más contradictorias, siempre que ellas impliquen un sincero afán de enaltecimiento. Cualquiera. Los espíritus afiebrados por algún ideal son adversarios de la mediocridad: soñadores contra los utilitarios, entusiastas contra los apáticos, generosos contra los calculistas, indisciplinados contra los dogmáticos. Son alguien o algo contra los que no son nadie ni nada. Todo idealista es un hombre cualitativo: posee un sentido de las diferencias que le permite distinguir entre lo malo que observa, y lo mejor que imagina. Los hombres sin ideales son cuantitativos; pueden apreciar el más y el menos, pero nunca distinguen lo mejor de lo peor. Sin ideales sería inconcebible el progreso. El culto del "hombre práctico", limitado a las contingencias del presente, importa un renunciar a toda imperfección. El hábito organiza la rutina y nada crea hacia el porvenir; sólo de los imaginativos espera la ciencia sus hipótesis, el arte su vuelo, la moral sus ejemplos, la historia sus páginas luminosas.
Son la parte viva y dinámica de la humanidad; los prácticos no han hecho más que aprovecharse de su esfuerzo, vegetando en la sombra. Todo porvenir ha sido una creación de los hombres capaces de presentirlo, concretándolo en infinita sucesión de ideales. Más ha hecho la imaginación construyendo sin tregua, que el cálculo destruyendo sin descanso. La excesiva prudencia de los mediocres ha paralizado siempre las iniciativas más fecundas. Y no quiere esto decir que la imaginación excluya la experiencia: ésta es útil, pero sin aquélla es estéril. Los idealistas aspiran a conjugar en su mente la inspiración y la sabiduría; por eso, con frecuencia, viven trabados por su espíritu crítico cuando los caldea una emoción lírica y ésta les nubla la vista cuando observan la realidad. Del equilibrio entre la inspiración y la sabiduría nace el genio. En las grandes horas de una raza o de un hombre, la inspiración es indispensable para crear; esa chispa se enciende en la imaginación y la experiencia la convierte en hoguera. Todo idealismo es, por eso, un afán de cultura intensa: cuenta entre sus enemigos más audaces a la ignorancia, madrastra de obstinadas rutinas.
La humanidad no llega hasta donde quieren los idealistas en cada perfección particular; pero siempre llega más allá de donde habría ido sin su esfuerzo. Un objetivo que huye ante ellos se convierte en estímulo para perseguir nuevas quimeras. Lo poco que pueden todos, depende de lo mucho que algunos anhelan. La humanidad no poseería sus bienes presentes si algunos idealistas no los hubieran conquistado viviendo con la obsesiva aspiración de otros mejores.
En la evolución humana, los ideales se mantienen en equilibrio inestable. Todo mejoramiento real es precedido por conatos y tanteos de pensadores audaces, puestos en tensión hacia él, rebeldes al pasado, aunque sin la intensidad necesaria para violentarlo; esa lucha es un reflujo perpetuo entre lo más concebido y lo menos realizado. Por eso los idealistas son forzosamente inquietos, como todo lo que vive, como la vida misma; contra la tendencia apacible de los rutinarios, cuya estabilidad parece inercia de muerte. Esa inquietud se exacerba en los grandes hombres, en los genios mismos si el medio es hostil a sus quimeras, como es frecuente sobre todo en España. No agita a los hombres sin ideales, informe argamasa de humanidad.
Toda juventud es inquieta. El impulso hacia lo mejor sólo puede esperarse de ella: jamás de los enmohecidos y de los seniles. Y sólo es juventud la sana e iluminada, la que mira al frente y no a la espalda; nunca los decrépitos de pocos años, prematuramente domesticados por las supersticiones del pasado: lo que en ellos parece primavera es tibieza otoñal, ilusión de aurora que es ya un apagamiento de crepúsculo.
Sólo hay juventud en los que trabajan con entusiasmo para el porvenir; por eso en los caracteres excelentes puede persistir sobre el apeñuscarse de los años. Nada cabe esperar de los hombres que entran a la vida sin afiebrarse por algún ideal; a los que nunca fueron jóvenes, paréceles descarriado todo ensueño. Y no se nace joven: hay que adquirir la juventud. Y sin un ideal no se adquiere.
Los idealistas suelen ser esquivos o rebeldes a los dogmatismos sociales que los oprimen. Resisten la tiranía del engranaje político nivelador, aborrecen toda coacción del sistema, sienten el peso de los honores con que se intenta domesticarlos y hacerlos cómplices de los intereses creados, dóciles maleables, solidarios, uniformes en la común mediocridad.
Las fuerzas conservadoras que componen el subsuelo social pretenden amalgamar a los individuos, decapitándolos; detestan las diferencias, aborrecen las excepciones, anatematizan al que se aparta en busca de su propia personalidad. El original, el imaginativo, el creador no teme sus odios: los desafía, aun sabiéndolos terribles porque son irresponsables y asesinos como ultima solución. Por eso todo idealista es una viviente afirmación del individualismo, aunque persiga una quimera social; puede vivir para los demás, nunca de los demás. Su independencia es una reacción hostil a todos los dogmáticos. Concibiéndose incesantemente perfectibles, los temperamentos idealistas quieren decir en todos los momentos de su vida, como Don Quijote: "yo sé quién soy". Viven animados de ese afán afirmativo. En sus ideales cifran su ventura suprema y su perpetua desdicha. En ellos caldean la pasión, que anima su fe; esta, al estrellarse contra la realidad social, puede parecer desprecio, aislamiento, misantropía: la clásica "torre de marfil" reprochada a cuantos se erizan al contacto de los obtusos. Diríase que de ellos dejó escrita una eterna imagen Teresa de Ávila: "Gusanos de seda somos, gusanillos que hilamos la seda de nuestras vidas y en el capullito de la seda nos encerramos para que el gusano muera y del capullo salga volando la mariposa". Todo idealismo es exagerado, necesita serlo. Y debe ser cálido su idioma, como si desbordara la personalidad sobre lo impersonal; el pensamiento sin calor es muerte, frío, carece de estilo, no tiene firma.
Jamás fueron tibios los genios y los héroes. Para crear una partícula de Verdad, de Virtud o de Belleza, se requiere un esfuerzo original y violento contra alguna rutina o prejuicio; como para dar una lección de dignidad hay que desgoznar algún servilismo. Todo ideal es, instintivamente, extremo; debe serlo a sabiendas, si es menester, pues pronto se rebaja al refractarse en la mediocridad de los más. Frente a los hipócritas que usurpan poderes civiles y mienten con viles objetivos, la exageración de los idealistas es, apenas, una verdad apasionada. La pasión es su atributo necesario, aun cuando parezca desviar de la verdad; lleva a la hipérbole, al error mismo; a la mentira nunca. Ningún ideal es falso para quien lo profesa: lo cree verdadero y coopera a su advenimiento, con fe, con desinterés. El sabio busca la Verdad por buscarla y goza arrancando a la naturaleza secretos para él inútiles o peligrosos. Y el artista busca también la suya, porque la Belleza es una verdad animada por la imaginación, más que por la experiencia. Y el moralista la persigue en el Bien, que es una recta lealtad de la conducta para consigo mismo y para con los demás. Tener un ideal es servir a su propia Verdad Siempre. Algunos ideales se revelan como pasión combativa y otros como pertinaz obsesión; de igual manera distínguense dos tipos de idealistas, según predomine en ellos el corazón o el cerebro. El idealismo sentimental es romántico: la imaginación no es inhibida por la crítica y los ideales viven de sentimiento. En el idealismo experimental los ritmos afectivos son encarrilados por la experiencia y la crítica coordina la imaginación: los ideales tórnanse reflexivos y serenos. Corresponde el uno a la juventud y el otro a la madurez. El primero es adolescente, crece, puja y lucha; el segundo es adulto, se fija, resiste, vence.
El idealista perfecto sería romántico a los veinte años y estoico a los cincuenta; es tan anormal el estoicismo en la juventud como el romanticismo en la edad madura. Lo que al principio enciende su pasión, debe cristalizarse después en suprema dignidad: ésa es la lógica de su temperamento. Sin embargo lo que si hay es mucha mediocridad. La mediocridad puede definirse como una ausencia de características personales que permitan distinguir al individuo en su sociedad. Ésta ofrece a todos un mismo fardo de rutinas, prejuicios y domesticidades; basta reunir cien hombres para que ellos coincidan en lo impersonal: "Juntad mil genios en un Concilio y tendréis el alma de un mediocre". Esas palabras denuncian lo que en cada hombre no pertenece a él mismo y que, al sumarse muchos, se revela por el bajo nivel de las opiniones colectivas.El régimén actual, la monarquía cainista, ha conseguido una vez más, a través de sus ladrones politicos, que los españoles sean mediocres y que todo destello de genialidad sea enterrado en el desprecio. El régimen es miedoso,cobarde y hurtador, teme por su continuidad, pues sabe que se ha llevado mucho y no ha ofrecido nada. Qué se puede esperar de un monarca que dice:"El recuerdo de Franco constituirá para mí una exigencia de comportamiento y de lealtad ...". Seguid votando, idealistas.
J.I.
"El sentido común es la cosa mejor repartida del mundo
porque todo el mundo cree poseerlo en cantidad suficiente." René Descartes.

LIBERTAD

-La filosofia de la libertad esta basada en la propiedad de uno mismo, esta simple pero elegante y contundente animacion la explicara exactamente. Esta es una gran herramienta que cualquiera puede usar para educar niños y adultos acerca del derecho a la vida, libertad y la capacidad de crear - y nuestra responsabilidad para pensar, hablar y actuar. La version en DVD de este video puede ser descargada gratis en: www.philosophyofliberty.blogspot.com CRÉDITOS AUTOR: Ken Schoolland schoolak001@hawaii.rr.com PRODUCTOR: Kerry Pearson (aka Lux Lucre) MÚSICA: Music2Hues www.music2hues.com WEBSITE: www.jonathangullible.com AYUDA: The Jonathan Gullible fund www.isil.org/tools/jonathan-gullible.html COPYRIGHT: www.creativecommons.org/licenses/by-nd-nc/1.0/ *

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La religión es importante para el 84% de los habitantes del mundo.



La última encuesta Gallup sobre la importancia de la religión en el mundo ha revelado que la religiosidad sigue jugando un papel clave en la vida cotidiana de la población mundial (en un 84% de los habitantes del planeta), y sobre todo en la de los habitantes de los países pobres (98%). Esta es la conclusión del análisis de los datos arrojados por un sondeo que se realizó en 114 países, y en el que participaron unas 1.000 personas por nación. La relación directa entre pobreza y religiosidad, que los sociólogos han achacado a la necesidad de apoyo para afrontar las dificultades económicas, vuelve a constatarse. Por Yaiza Martínez.
La religión es importante para el 84% de los habitantes del mundo
La última encuesta Gallup sobre la importancia de la religión en el mundo ha revelado que la religiosidad sigue jugando un papel clave en la vida de la mayor parte de los habitantes del planeta. Esta importancia es aún mayor en los países más pobres, sugieren los resultados obtenidos.

El sondeo, que fue realizado en 2009 sobre la población de un total de 114 países (1.000 personas por país), ha revelado que la proporción media global de adultos que afirman que la religión es una parte importante de sus vidas cotidianas es del 84%, un porcentaje no muy distinto al obtenido en 
encuestas Gallup anteriores.

Además, en 10 de los países y regiones sondeados, al menos el 98% de los adultos encuestados señaló la importancia de la religión en su vida diaria.
Pobreza y religiosidad

Otro dato arrojado por la encuesta es que los países más religiosos del mundo son todos relativamente pobres. Según los autores del sondeo, este hecho reflejaría la fuerte relación entre el estatus socioeconómico de las naciones y el nivel de religiosidad de sus habitantes.

En los países más pobres del planeta – aquéllos cuya media de renta per capita es de 1.500 euros o menos- el porcentaje de personas que afirmó que la religión era importante en su vida cotidiana fue del 95%.

En cambio, el porcentaje de individuos que contestaron esto mismo en los países más ricos (con una renta per capita de más de 18.500 €) fue de sólo el 47%.

Cierto es que existen las excepciones, como la de Estados Unidos, país en el que alrededor de un tercio de los estadounidenses encuestados (el 65%) afirmó que la religión era importante en su vida diaria, o como las de Italia, Grecia, Singapur y algunos estados del Golfo Pérsico, pero, en general, la mayoría de las naciones con los ingresos más altos están por debajo de la media de religiosidad.

Concretamente, en 10 de estos países, no más del 34% de los encuestados dio importancia a la presencia de la religión en sus vidas. Seis de estas 10 naciones fueron países desarrollados de Europa y Asia, en los que la renta per capita supera los 18.500 €.

En lo que se refiere a España, el 49% de los adultos encuestados afirmó que la religión jugaba un papel importante en su vida cotidiana, mientras que un 50% señaló lo contrario.
Implicaciones sociológicas

Según publica Gallup Global Reports, los sociólogos han propuesto numerosas explicaciones posibles acerca de la relación entre la religiosidad de las poblaciones y los niveles de ingresos medios de éstas.


Una de las teorías existentes señala que la religión juega una función en los países más pobres del mundo, porque ayuda a muchos de sus habitantes a afrontar la lucha cotidiana por mantenerse a sí mismos y a sus familias.

Estudios como el realizado recientemente por científicos de la Universidad de Carolina del Norte o de la Universidad de Texas en Austin coinciden con esta hipótesis. En dicha 
investigación
se demostró que actividades como la asistencia a los centros de culto, la meditación o la fe en la vida después de la muerte tienen un efecto mitigador en el estrés derivado de los problemas financieros.

Por otra parte, un 
estudio realizado por investigadores de la Universidad de Toronto, en Canadá, en el que participaron más de 1.720 personas, reveló hace unos meses que las personas pobres suelen creer más que los ricos en que Dios les ayuda y protege.

Por último, un 
análisis Gallup previo reveló también que la relación entre la religiosidad y el bienestar emocional es más fuerte en los países pobres que en los países del mundo desarrollado.
Los cinco países más religiosos

También en referencia a la religiosidad por países, la revista Real Clear World publicaba recientemente una 
listade los cinco países más religiosos del mundo, y un pequeño análisis de las características de estas naciones.

Según Real Clear World los cinco países más religiosos del mundo son 
BangladeshNigeriaIndonesia (estos tres principalmente musulmanes), Malawi (país principalmente católico) y Sri Lanka (principalmente budista).

Todos estos países (en especial, Nigeria y Malawi) se encuentran en puestos avanzados de la 
lista de países del mundo ordenada según su producto interior bruto (PIB) a precios nominales per cápita, según valores estimados del Fondo Monetario Internacional (FMI), y referidos al año 2008.

En esta misma lista, el país con un mayor PIB es Luxemburgo, cuyos habitantes afirmaron considerar a la religión como un elemento importante en su vida cotidiana en un porcentaje de sólo el 39%, en el marco de la encuesta Gallup.


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20 reglas para la vida.



ALGO RECONFORTANTE:
El Instituto Francés de la Ansiedad y el Stress, en París, definió veinte reglas de vida que dicen los expertos que, si uno consigue asimilar diez, puede tener una buena calidad de vida.

1) 
HAGA una pausa 
 mínima de 5 a 10 minutos por cada 2 horas de trabajo, a lo máximo. Repita estas pausas en su vida diaria y piense en usted, analizando sus actitudes.

2) 
APRENDA a DECIR NO
sin sentirse culpable, o creer que lastima a alguien. Querer agradar a todos es un desgaste enorme.

3 )
PLANEE su día, 
pero deje siempre un buen espacio para cualquier imprevisto, consciente de que no todo depende de usted.

4) 
CONCÉNTRESE en apenas una tarea a la vez. Por más ágil que sean sus cuadros mentales, usted se cansa.

5) 
OLVÍDESE  de que usted es indispensable en su trabajode una vez por todas , su casa o su grupo habitual. Por más que eso le desagrade, todo camina sin su actuación, salvo usted mismo.

6)
 DEJE de sentirse responsable de la felicidad de los otros. Usted no es fuente de los deseos, ni el eterno maestro de ceremonia.

7 )
PIDA AYUDA siempre que sea necesario, teniendo el buen sentido de pedírsela a las personas correctas.

8) 
SEPARE los problemas reales de los imaginarios y elimínelos, porque son pérdida de tiempo y ocupan un espacio mental precioso para cosas más importantes.


9) INTENTE descubrir el placer de cosas cotidianas como dormir, comer y pasear,sin creer que es lo máximo que puede conseguir en la vida.

10) 
EVITE envolverse en ansiedades y tensiones ajenas, en lo que se refiere a ansiedad y tensión. Espere un poco y después retorne al diálogo y a la acción.

11) 
SU FAMILIA NO es usted, está junto a usted, compone su mundo, pero no es su propia identidad.

12) 
COMPRENDA qué principios y convicciones inflexibles pueden ser un gran peso que evite el movimiento y la búsqueda.

13) 
ES NECESARIO tener siempre a alguien a quien le pueda confiar y hablar abiertamente. No sirve de nada si está lejos.

14) 
CONOZCA la hora acertada de salir de una cena, levantarse del palco y dejar una reunión. Nunca pierda el sentido de la importancia sutil de salir la hora correcta.

15) 
NO QUIERA saber si hablaron mal de usted, ni se atormente con esa basura mental. Escuche lo que hablaron bien de usted, con reserva analítica, sin creérselo todo.

16) 
COMPETIR en momentos de diversión, trabajo y vida entre pareja, es ideal para quien quiere quedar cansado o perder la mejor parte.

17) 
La RIGIDEZ es buena en las piedras pero no en los seres humanos.

18) Una hora de 
INMENSO PLACER sustituye, con tranquilidad, tres horas de sueño perdido. El placer recompensa más que el sueño. Por eso, no deje pasar una buena oportunidad de divertirse.

19 )
NO ABANDONE sus tres grandes e invaluables amigas. Intuición, Inocencia y Fe.

20)
 ENTIENDA de una vez por todas, definitivamente como conclusión....
...Usted ES LO QUE USTED HAGA de USTED MISMO.
Piense... Reflexione... Practique... COMO PROLONGAR LA VIDA
He pensado ponerlo en el frigorífico. A menudo se me olvidan algunas cosas :)



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La esperanza es posible ante un universo finito

Tambien publicada el 25/07/10 en CAE ( Ciencia - Astronomia - Ecologia)
Los pronósticos científicos recientes acerca del destino del universo, más allá de diversos matices y versiones, exhiben un mayoritario consenso respecto de aguardar una muerte térmica de escala cósmica, esto es: una disolución final de la armonía física universal, y la ulterior permanencia de una materia carente de estructuras capaces de generar vida. La cosmología plantea aquí un genuino desafío a la escatología, ya que ésta proclama, antes bien, una plenitud de alcance universal, cuando acontezca la resurrección escatológica de los muertos. En efecto, el Magisterio de la Iglesia presenta a la Segunda Venida como un acontecimiento que, aunque es meta-histórico, tendrá lugar a la vez en la historia tanto de la humanidad como del universo material en su conjunto. Así pues, en esta situación, no resultarían indiferentes los posibles escenarios cósmicos en los que tal consumación habrá de tener lugar. He aquí una verdadera superposición de ámbitos que plantea un estimulante debate. El Papa Juan Pablo II es, probablemente, el primer Pontífice que percibió esta aparente paradoja, refiriéndose al tema en una famosa carta al Director del Observatorio Vaticano en 1988. Por Claudio Bollini.
La esperanza es posible ante un universo finito
Presentaremos, a modo de ejemplo disparador, una nota periodística aparecida en el diario La Nación”, cuyo sugestivo título reza “El destino del universo es disgregarse”, publicada el 6 de noviembre de 2007 y firmada por Nora Bär. Recogiendo las implicaciones de esta reciente noticia, reseñaremos muy sucintamente el estado actual de la cuestión del futuro del universo en la cosmología científica. A continuación, cotejaremos estos datos con el pensamiento de Juan Pablo II, a fin de resaltar su vigencia, en particular en una carta que este Pontífice envió al director del Observatorio Vaticano. Concluiremos con algunas reflexiones personales que procuraran discernir caminos que encuentren la armonía entre ciencia y fe en su interacción en esta desafiante cuestión.

En la precitada nota “El destino del universo es disgregarse”, la redactora reseña que, a partir de las investigaciones (iniciadas en 1995) sobre un cierto tipo de estrellas (supernovas) situadas en “los confines del universo visible”, se concluyó “que el destino del universo es disgregarse en el infinito. Es más, las mediciones de los investigadores indicaban que el cosmos se estaba expandiendo a una velocidad cada vez mayor impulsado por una fuerza oscura que contrarresta la gravedad y surge de la nada”.

“Básicamente, los resultados de nuestras observaciones indican que el universo se expande hoy más rápido que en la época en que nació el sistema solar, y que los objetos se alejan a una velocidad proporcional a su distancia; es decir, que cuanto más lejos están, más rápido se alejan”, explica el argentino Alejandro Clocchiatti, miembro de uno de los grupos de investigación (High Z Supernova Search Team). Así pues, los científicos se encontraron con una sorpresa: “El universo no se desacelera ni mucho ni poco... sino que se acelera”.

“Llegará un momento”, prosigue Clocchiatti, “en que la velocidad de los objetos muy alejados se acercará a la velocidad de la luz. Sólo quedarán dentro de nuestro universo visible los objetos que están ligados a nosotros gravitatoriamente, nuestro vecindario cósmico”. Pero podría suceder algo aún peor: más allá de un escenario de “islas” aisladas en el espacio, esta aceleración cósmica disgregase “incluso el sistema solar y la Tierra misma”.

Ahondemos brevemente en esta referencia periodística.
Entropía y evolución del universo

Examinando los datos de la cosmología científica comprobamos, por un lado, que el universo se nos manifiesta como fértil: abierto, evolutivo y lleno de posibilidades para el desarrollo de la vida, con su proliferación de fuentes de energía. En efecto, dentro de su radio observable de unos 14.000 millones de años-luz, contiene unas 100.000 millones de galaxias (entre ellas, nuestra “Vía Láctea”), cada una de las cuales tiene a su vez unas 100.000 millones de estrellas. Cada una de estas innumerables estrellas constituye en sí misma la unidad generadora de energía por excelencia.

Simultáneamente, existe un proceso físico cuyo accionar parecería contradecir este panorama de universal fertilidad: Los cosmólogos pronostican una muerte térmica universal, a saber, el colapso de sus estructuras sustentadoras y generadoras de vida (tales como estrellas y galaxias), que culmina con la disgregación de las mismas unidades elementales de la materia estructurada (protones). Este oscuro escenario surge de la insidiosa acción de una fuerza llamada entropía (del griego “transformación”).

En el año 1865, Rudolf Clausius (†1888) formuló su famosa “Segunda Ley de la Termodinámica”. En su forma más sencilla, esta Ley afirma básicamente que el calor fluye desde una zona de mayor temperatura (o de mayor agitación energética) hacia una de menor temperatura. Dado que el flujo calórico es unidireccional, el proceso es irreversible en el tiempo. Como consecuencia, la entropía de todo sistema aislado crece, hasta que acontece por fin un equilibrio termodinámico, en el que las moléculas se encuentran distribuidas homogéneamente y tienen una temperatura uniforme.

Se dice que entonces el sistema alcanzó su máximo desorden, pues ya no existen estructuras organizadas sino una uniformidad indiferenciada. Analógicamente, resultan más ordenados unos libros clasificados alfabéticamente en una biblioteca que desparramados por el suelo.

Ahora bien, si el universo como conjunto se considera como un sistema cerrado (no existe nada fuera de él) entonces la 2ª Ley predice que la entropía global del universo siempre crece. Este movimiento implica una creciente tendencia al caos y la muerte: Sucede que, como consecuencia inevitable, el universo se verá finalmente desprovisto de su capacidad de generar energía, al no poder intercambiar trabajo entre fuentes de diferentes temperaturas; en ese momento, se convertiría en un lugar muerto y estéril. A este estado se lo conoce como la “muerte térmica del universo”.

Es cierto que además de la flecha entrópica es menester admitir otro proceso de sentido opuesto: la dirección del orden creciente del universo (o “neg-entropía”). Luego del “Big Bang” inicial, fueron plasmándose sucesivamente entes como quarks, átomos, moléculas, galaxias, estrellas, y, posteriormente, las encumbradas realidades de la vida y la conciencia. Han surgido, pues, sistemas progresivamente organizados. Sin embargo, el mantenimiento de estas estructuras vitales genera, a la par, entropía. Así pues, la entropía total del universo crecería aun cuando decreciera la entropía de un sistema en particular. (Volviendo a la analogía de los libros: mientras que existen una infinidad de modos de desparramar una colección de libros por el suelo en desorden, hay uno sólo en el que quedan ordenados alfabéticamente, y, por eso, es necesario invertir en esta tarea mayor trabajo e información).

En conclusión: La flecha de la entropía crece, mientras que la flecha de creciente organización, yendo a contracorriente, desaparece gradualmente.
Entropía y destino del cosmos

La progresiva e inexorable victoria de la entropía sobre la neg-entropía determina la evolución futura de las fuentes generadoras de vida, y, con ésta, el destino de la vida misma. Las estrellas, como principales unidades generadoras de energía, son las directas responsables de las manifestaciones vitales que conocemos. Su tiempo promedio de vida “fértil” oscila entre 10.000 y 15.000 millones de años. Durante esta etapa, las estrellas viven gracias a un sutil equilibrio entre la expansión, causada por la fuerza termonuclear que surge de la transformación del Hidrógeno (H) en Helio (He), y la contracción, producida por la fuerza gravitatoria. Cuando por fin se agote el H por haberse transformado totalmente en He, su temperatura superficial descenderá lentamente, y en su interior comenzará una nueva fusión nuclear (esta vez a partir del He residual de la etapa anterior), que hará que la temperatura interna aumente paralelamente.

La estrella romperá, al cabo, su equilibrio interno; el incremento de las tensiones superficiales ya no podrá ser contenido por la gravedad, y la estrella aumentará considerablemente de tamaño, mientras que su temperatura superficial descenderá, y su cuerpo virará al rojo. El desenlace final de la vida de la estrella dependerá decisivamente de su masa inicial: Puede terminar tanto pacíficamente, en un cuerpo opaco, de ínfima radiación, llamado “enana marrón” (tal será el caso de nuestro sol), como violentamente, en una explosión de supernova.

Las galaxias, en cuyo seno se producen las estrellas, también encontrarán un similar término. Su declinación comenzará dentro de 10.000 millones de años, cuando la mayor parte de las estrellas que hoy contemplamos haya desaparecido. Si bien, surgirán otras nuevas que ocuparán su lugar (en virtud de la contracción de las nubes de gas acumulados en sus brazos espirales), esta materia, al cabo, se agotará. Conforme vayan apartándose unas de otras, las galaxias consumirán todas sus reservas de gas para formar nuevas estrellas, y las antiguas se apagarán y morirán.

Finalmente, llegará el colapso de todas las estrellas en el interior de cada galaxia, dentro de unos 1.000 billones de años. Conforme el universo se expanda, estas menguantes galaxias irán diluyéndose gradualmente, apagándose y extinguiéndose.
En un futuro inconcebiblemente lejano, toda la materia organizada terminará finalmente por desaparecer: Los protones terminarán por decaer o desintegrarse (según las estimaciones más frecuentes, dentro de unos 10 elevado a 37 años), transformándose en un mar inconcebiblemente tenue de partículas disgregadas: fotones, neutrinos, y un número menguante de electrones y positrones, cada vez más alejados unos de otros. Éste sería el último y definitivo acto del cosmos.
La expansión acelerada del cosmos

Hasta hace unos pocos años los cosmólogos suponían que, por lógica consecuencia de la fuerza de gravedad (que actúa como freno a la velocidad de alejamiento de las galaxias), la tasa de expansión del universo se hallaba en constante disminución a partir del “Big Bang” que le dio nacimiento. Por eso, se creía que la cuestión de su destino dependía en gran medida de su cantidad total de materia (es decir, si la velocidad de expansión de las galaxias sería suficientemente rápida como para igualar o vencer la fuerza gravitatoria de la masa total existente). Desde hace ya décadas, los cosmólogos habían ya coincidido mayoritariamente en que el destino más probable era el de expansión indefinida.

Gracias al nuevo descubrimiento referido ya en la nota periodística inicial, este escenario pronosticado, lejos de verse refutado, se manifestaba más cierto y próximo de lo que se había supuesto inicialmente: Los astrónomos advirtieron no sólo que el universo se expandirá para siempre, sino que lo hará a velocidades siempre crecientes. Esto aceleraría aún más su proceso entrópico, aunque la incidencia en el acortamiento de los plazos previstos es aún por demás incierta.

Este aceleramiento se generaría gracias a la llamada “energía del vacío” o “energía oscura” que surge en el nivel cuántico de un espacio aparentemente vacío. En la medida en que el universo se expande, la materia se hace menos densa y la gravitación decrece; así, esta fuerza de repulsión cósmica termina por dominar, causando, en vez de la esperada desaceleración, una aceleración en la velocidad de la expansión. La energía oscura ha venido a constituir, pues, una contrafuerza de la atracción gravitatoria de la materia total existente en el cosmos (sea visible u oscura); aliada al impulso inicial del Big Bang, esta energía ganaría, al cabo, la partida.

Una teoría aún más reciente, conocida como “Big Rip”, asegura que si el universo contuviese suficiente energía oscura, la final consecuencia de su continuo accionar podría comportar no ya un alejamiento acelerado entre galaxias o estrellas, sino un desgarramiento (“rip”) liso y llano de toda la materia, que quedaría convertida en un mar de partículas subatómicas. Asimismo, esta aniquilación cósmica acontecería en un plazo mucho menor que el de las predicciones ya citadas: este estado último se alcanzaría “sólo” dentro de unos 20.000 millones de años (ver el artículo de 2003 en donde R. Caldwell, M. Kamionkowski y N. Weinberg propusieron por vez primera esta teoría: “Phantom Energy and Cosmic Doomsday”).

Más allá de las diversas hipótesis que están siendo elaboradas, las investigaciones actuales a partir de los datos recabados tienden a confirman la inevitable degradación de toda estructura cósmica, y, con ella, la imposibilidad de permanencia de la organización, la vida y la conciencia. Advendría de manera inevitable el “final” del universo; esto es, un hito luego del cual no cabe esperar ulteriores eventos físicos. No sería inadecuado calificar a este panorama, donde ningún suceso significativo alterará ya esa árida esterilidad, de “muerte eterna”.


La esperanza es posible ante un universo finito
La esperanza escatológica de Juan Pablo II

Vistas las consecuencias aparentemente inexorables y devastadoras del accionar de la entropía, ¿resulta aún posible esperar desde la fe una consumación definitiva del cosmos y sus creaturas? A menos que se reduzca la fe a un asunto a-histórico entre el individuo y Dios, o que se adopte la actitud de indiferencia de quien no cree concerniente para la fe los pronósticos de la cosmología, no podrá eludirse esta pregunta.

Juan Pablo II (†2005) ha sido, sin duda, uno de los Pontífices que más ha valorado la ciencia, incluyendo sus investigaciones, sus logros y límites, y sus relaciones con la fe. Asumiendo las enseñanzas del Concilio Vaticano II (véase, por ejemplo, el “Mensaje a los hombres del pensamiento y la Ciencia” (8/12/1965) o la Constitución Pastoral “Gaudium et spes”, n. 36), este Papa hizo de la búsqueda de una armonía entre ciencia y fe un tema especialmente predilecto. Las ocasiones en que Juan Pablo II se ha dirigido a científicos en discursos con ocasión de congresos y simposios se cuentan por decenas (unos pocos ejemplos relevantes: “Discurso a la Pontificia Academia de las Ciencias con motivo de la conmemoración del nacimiento de Albert Einstein”, 10/11/1979; “Locución a un grupo internacional de científicos participantes de la Reunión Marcel Grossman sobre Astrofísica Relativista”, 21/6/1985; “Discurso a los participantes de la conferencia ‘Las Fronteras de la Cosmología’” 6/7/1985; “Discurso con ocasión del Jubileo de los científicos”, 25/5/2000; etc.) .

A lo largo de sus numerosos años de pontificado, Juan Pablo II expresó repetida y enfáticamente su aprecio por la actividad científica: Si ésta respeta la dignidad del hombre y pone el mundo a su servicio, goza de plena libertad para indagar la verdad que le es específica a su disciplina, y es acorde a la voluntad divina. En definitiva, el universo es bueno en sí mismo al ser fruto de un gesto gratuito y amoroso del Creador, y posee por ende una verdad íntima que ha de ser explorada y descubierta. “Estos logros científicos proclaman la dignidad del ser humano y aclaran grandemente el rol singular del hombre en el universo” (Juan Pablo II, “Locución a un grupo internacional de científicos participantes de la Reunión Marcel Grossman sobre Astrofísica Relativista”, 21/6/1985).

Hacia el final de su papado, Juan Pablo II enfatizó su deseo de corregir mutuos malentendidos y, “más aún, de dejarnos iluminar por la única Verdad que gobierna el mundo”. En este sentido, verdad científica es “en sí misma una participación en la Verdad divina” (“Discurso a los miembros de la Academia Pontificia de las Ciencias con ocasión del cuarto centenario de la fundación de esta institución”, 10/11/2003).

Ahora bien, queremos poner de relieve una original reflexión de este Pontífice en su carta al Director del Observatorio Vaticano, P. George Coyne, el 1 de junio de 1988, luego una semana de estudio organizada por el Observatorio Vaticano, con ocasión del tricentenario de la publicación de la “Philosophiae Naturalis Principia Mathematica” de Isaac Newton.

Según el mismo Pontífice relata en esta carta, el encuentro tuvo por propósito “la investigación de “las múltiples relaciones entre la teología, la filosofía y las ciencias naturales” (§ 2). Destaca que se ha entablado el diálogo entre ciencia y religión “a niveles más profundos que antes, y con mayor apertura hacia los puntos de vista de una y otra; hemos comenzado a buscar juntos una comprensión más completa de las disciplinas de una y otra [...] y en especial de las áreas que ambas tienen en común” (§ 9), conservando a la vez tanto la religión como la ciencia “su autonomía y su peculiaridad” [§ 19].

Así pues, este Papa tenía la firme convicción de la importancia de la tarea de procurar hallar un puente entre las perspectivas de la ciencia y de la fe, que permitiera armonizar ambas riveras. ¿Cómo abordar, entonces, el desafío de la cosmología a la escatología cristiana al que nos hemos referido? ¿Puede sostenerse la esperanza cristiana ante el escenario futuro que el accionar de la entropía vaticina? En efecto, Juan Pablo II se pregunta aquí por “las implicaciones escatológicas de la cosmología contemporánea, atendiendo en especial al inmenso futuro de nuestro universo” (§ 24).

Ante la cuestión abierta, así proclama él su esperanza escatológica: Es menester partir de la certeza de la existencia de una unidad de todo en Cristo, “que actúa y está presente en nuestra vida cotidiana”. Es precisamente esta convicción la que “trae consigo la esperanza y la garantía de que la frágil bondad, belleza y vida que contemplamos en el universo se encaminan hacia una perfección y plenificación que 
no serán aplastadas por las fuerzas de la disolución y la muerte” (§ 10. Las cursivas son nuestras).

Nunca texto magisterial alguno se había pronunciado tan explícitamente sobre la esperanza paulina en la redención cósmica (ver, por ejemplo, Romanos 8,20-22 o Colosenses 1,15-20), teniendo en mente el panorama que nos brinda la cosmología científica.

Continúa Juan Pablo II: Percibimos esta unidad en la creación desde la convicción de “nuestra fe en Jesucristo como Señor del universo”, unidad de cuya exploración la misma física contemporánea “constituye un notable ejemplo”, en su búsqueda de la unificación de las cuatro fuerzas físicas fundamentales”, en un movimiento hacia la convergencia en la comprensión del mundo [§ 13], movimiento de convergencia que se extiende aun a las manifestaciones de la misma vida [§ 14].

En última instancia, mediante esta tendencia hacia la unidad en nuestra peregrinación en la historia, “nos encaminamos el cumplimiento escatológico, cuando en el Espíritu él reconcilie totalmente con el Padre «lo que hay en la tierra y en los cielos»” (Col 1, 20) (Catequesis general del 21/6/1999, n. 5). Cristo es el vencedor sobre toda fuerza destructiva, y su victoria nos hará participar “en la nueva creación, la cual consistirá en una vuelta definitiva de todo a Aquel del que todo procede” (Catequesis general del 26/5/1999, n. 5).
Algunas breves reflexiones finales

Acabamos de atestiguar la esperanza de Juan Pablo II en una intervención final divina que rescate al cosmos de su destino de muerte entrópica. Ahora bien, más allá de esta confiada confesión, ¿podemos esbozar desde la fe una propuesta que supere la paradoja entre el pronóstico científico de muerte y la esperanza cristiana de plenitud del cosmos?

Consideramos que esta incongruencia es sólo aparente. La contradicción entre la capacidad creativa del universo y los pronósticos cosmológicos de caducidad podría resolverse si se considera que, librado éste a sus propias leyes naturales, resultaría, en última instancia, incapaz de permanecer en un estado de indefinida producción de estructuras generadoras de vida.

Desde esta perspectiva, la 2ª Ley de la Termodinámica pierde su connotación de temida fuerza disgregadora, y se transfigura en manifestación cosmológica de la contingencia ontológica del ser creado. Así como la neg-entropía nos muestra la relativa autonomía y el profundo potencial del cosmos, la entropía remite a la imposibilidad de pensarlo como autosuficiente.

Podemos postular al estado actual del universo como una fase germinal para una nueva condición escatológica, que sólo Dios podrá dar nacimiento con un puro don sobrenatural; caso contrario, (tal como la ciencia nos señala) culminaría en la universal esterilidad física. Dios impedirá que su creación caiga en una extinción de sus leyes físicas y en la aniquilación irreversible de sus fuentes cósmicas de energía, con la subsiguiente imposibilidad de supervivencia de cualquier forma de vida.

En cuanto a la futura situación histórica del hombre, inmediatamente previa a esta consumación cósmica, esperamos una Venida del Señor que, siendo en sí misma trans-histórica, advendrá a y en la historia humana. Así pues, parece entonces acorde con tal esperanza sostener que persistirá alguna configuración de esta humanidad (entendida como la comunidad de seres corpóreo-espirituales descendientes de la presente historia remida por Jesucristo) peregrinando en esa misma historia de la salvación divina cuando advenga la consumación cósmica.

En esta Parusía el universo será asumido y rescatado por el Señor en la totalidad de su duración creada; entonces, finalmente, el tiempo no medirá ya la degradación entrópica, sino la plenitud inagotable de la presencia divina en su creación. 


Claudio Bollini es Doctor en Teología por la Universidad Católica Argentina. 


Referencias fundamentales

General

Bollini, C., “Evolución del cosmos: ¿Aniquilación o plenitud?”, 2009, Editorial Epifanía.

Bollini, C., El final del universo y la esperanza de “cielos nuevos y tierra nueva

Russell, R. Eschatology and Scientific Cosmology cesch-body.html.


La cuestión del destino del universo en la cosmología actual


Livio, M., The accelerating universe, New York, 2000.

Gangui, A., El Big Bang. La génesis del cosmos actual, Buenos Aires, 2005.

Perlmutter, S., Supernovae, Dark Energy, and the Accelerating Universe.

Hernández, P., Supernovas de tipo Ia y aceleración del univers


Juan Pablo II y la ciencia


Papanicolau, J., Religión y Ciencia en el pensamiento de Juan Pablo II” (Revista Teología 82, 2003/2)

Para la lista de discursos de Juan Pablo II.

Para el texto de la carta de Juan Pablo II al Rev. Coyne
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Televisión Basura y Contagio de la Idiotez



Marco Aurelio Denegri - Wikipedia, la enciclopedia libre



Marco Aurelio Denegri Santagadea (Lima, 16 de mayo de 1938) es un intelectual, crítico de literatura, caricaturista, sexólogo, polígrafo y gramático peruano ...
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Reencarnación y ciencia



¿Vive el ser humano varias vidas en la tierra? ¿Existe eso que llaman la ley natural del eterno retorno? La reencarnación o transmigración de las almas, que hasta ahora era una creencia exclusiva de las religiones y filosofías orientales, interesa desde hace un tiempo también a la ciencia occidental. Por ejemplo, muchos psicoterapeutas suponen actualmente que ciertas heridas y traumatismos de sus pacientes pueden achacarse no sólo a acontecimientos ocurridos en esta vida, sino también en otras anteriores. Para ellos, las llamadas regresiones a existencias pasadas es una vía de curación.


HISTORIAS DE NIÑOS
El profesor Ian Stevenson, de la Universidad de Virginia (Estados Unidos), es quien más ha investigado el tema de la reencarnación en el mundo entero. Ha seleccionado, clasificado y verificado casos importantes sobre el terreno y sólo ha dado por válidos los estudios documentados con plenas garantías. El científico se concentró principalmente en las historias contadas por niños que, careciendo de la razón analítica del adulto, informaban de forma espontánea de reencarnaciones anteriores. Stevenson descartó toda influencia por parte de los progenitores o un conocimiento adquirido previamente a través de la lectura.
MEMORIA DESPIERTA
En todas las culturas hay niños que tan pronto aprenden a hablar cuentan con toda naturalidad historias de una "vida anterior" en otro cuerpo y otro lugar. Stevenson admite que estos recuerdos espontáneos, que no suelen acarrear ningún problema para los niños, se mezclan con impresiones y vivencias de la vida actual. Pero los niños citan también datos comprobables: nombres, lugares y acontecimientos del pasado. Los estudios empíricos adquieren fuerza de convicción por la acumulación de numerosos pequeños detalles, que hacen que cada caso sea único. El profesor de psicología N. K. Chadha, de la Universidad de Nueva Delhi, también ha examinado a niños de cuatro a diez años de edad que han expresado indicaciones concretas sobre una existencia anterior. En 25 casos reconoció que se trataba de auténticos "renacimientos", pues los datos coincidían con los hechos comprobados.
EL CASO TITU
Así, por ejemplo, en diciembre de 1983 nació, en una aldea situada a 50 kilómetros de la ciudad india de Agra, un niño llamado Titu que a la edad de cuatro años contaba su historia de comerciante de radios en Agra, indicando también el nombre que tenía en esa otra vida: Suresh Verma.
Dijo que tenía una mujer llamada Umâ y dos hijos e incluso facilitó detalles sobre su muerte, que le sobrevino a la edad de 35 años de edad: Suresh Verma había sido asesinado a tiros en el patio de su casa por un desconocido. El profesor Chadha no se sorprendió cuando, efectivamente, lograron hallar en Agra a la viuda de Suresh Verma, cuatro años después de la muerte de éste.
¡HASTA LA VISTA!
El caso de Titu y el comerciante de radios asesinado, cuya reencarnación pretende ser el niño, saltó a la primera plana de la prensa internacional. En un cara a cara en la tienda del fallecido Suresh Verma, en Agra, el renacido Titu no sólo reconoció a "su" viuda Umâ y a sus hijos ya adolescentes, Ronu y Sonu, sino que también señaló cambios habidos en el comercio de radios que se habían producido después de su muerte. Titu encontró incluso la caja fuerte detrás de un cuadro y contó anécdotas de su boda con Umâ. Cuando poco después comparecieron los ancianos padres de Suresh, Titu los abrazó con cariño pero se mostró decepcionado porque no habían acudido con su viejo Fiat, sino con otro coche distinto, que se habían comprado poco después de la muerte de su hijo.
LAS PRUEBAS DEL DALAI LAMA
Para el budismo es un hecho que los grandes iluminados se reencarnan para ayudar a los seres que sufren a recorrer el camino de la liberación. Por tanto, entienden que cada lama tibetano es la reencarnación de su predecesor. El premio Nobel Tenzin Gyatso, el actual Dalai Lama, nacido en 1935, es el hasta ahora último eslabón de la cadena de Dalai Lamas -que se remonta hasta el siglo XIV-, los supremos sacerdotes del Tíbet.
El procedimiento por el que se descubre al nuevo Dalai Lama es sumamente laborioso y está sujeto a criterios muy estrictos. Por ejemplo, un Dalai Lama reencarnado ha de identificar sin ningún atisbo de duda los textos y objetos de su predecesor. La búsqueda se realiza entre niños de todo el mundo.
Cuando están seguros de haber encontrado al "auténtico" lama reencarnado, lo separan de su orgullosa familia a fin de prepararlo en un monasterio para llevar una vida de santo.
VIVIR VIDAS ANTERIORES
En una regresión, como suele llamarse también una sesión de reencarnación, las encarnaciones anteriores no aparecen en forma de recuerdos estáticos, sino como realidades vivas: cualquier herida, cualquier ofensa, cualquier dolor que ha experimentado un renacido en sus vidas pasadas se viven de nuevo. Así, por ejemplo, una "regresada" contó que "corría el año 1784 cuando yo estaba presa en la cárcel probablemente más famosa de París, la Bastilla, porque no era del agrado de los gobernantes de entonces. Venía de una humilde familia de tejedores y estaba enamorada de un joven estudiante revolucionario. Cuando una vez me reuní con él, en nuestra tienda ocurrió una desgracia: hubo un incendio y toda mi familia -yo tenía dos hermanos menores- murió a causa del fuego".
DETECTAR LAS CAUSAS
Los conflictos de antaño pueden convertirse en conflictos del presente, a los que hay que hacer frente en la realidad actual. La joven que pretende haber optado en la Bastilla por suicidarse, siente en su vida actual un miedo aparentemente injustificado al fuego, un rechazo hacia los hombres y un deseo antinatural de estar siempre cerca de sus progenitores. Los estudiosos de la reencarnación entienden que esto demuestra que hubo una vida anterior que marca su impronta en la actual: gracias a su encuentro clandestino secreto con el amado, se salvó del fuego. Desde entonces, la "regresada" asocia el fuego con la culpa y la muerte. Para ella, el amante secreto también tiene culpa, aunque indirectamente, y por ello la mujer suele desconfiar en su vida actual de los hombres. La autoacusación inconsciente de que "si me hubiera quedado con mis padres, quizá nunca habría ocurrido la desgracia" hace que sienta un deseo especial de estar cerca de su padre y su madre.
APRENDER DEL PASADO
Durante una regresión se encuentran, como hemos visto, dos seres: una personalidad hace tiempo olvidada y la persona actual. Si el encuentro es positivo, según los científicos, la recuperación de acontecimientos de un pasado remoto puede dar pie a la liberación de temores traumáticos en la vida presente. Por lo visto, a la mente no le importa si las fuerzas que provocan conflictos en la vida de una persona se han originado en la infancia o en otra vida ya muy lejana en el tiempo.
Son cada vez más las personas que aceptan someterse a la terapia de la reencarnación con objeto de hallar en vidas anteriores la solución de sus problemas actuales. Parece que a menudo esta es la única vía, y de acuerdo con las experiencias descritas, una vía muy efectiva para alcanzar la felicidad. Pese a ello hay que advertir contra toda confianza ciega en esta terapia: hay bastantes casos en que terapeutas inexpertos o simples charlatanes causan, mediante una regresión mal llevada, daños importantes en la salud mental y la vida de los afectados.


Reencarnación y ciencia


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La infinita estupidez humana

Marco Aurelio Denegri y Robles Godoy hablan sobre la estupidez de la especie humana.





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Marco Aurelio Denegri - Wikipedia, la enciclopedia libre





Marco Aurelio Denegri Santagadea (Lima, 16 de mayo de 1938) es un intelectual, crítico de literatura, caricaturista, sexólogo, polígrafo y gramático peruano ...
es.wikipedia.org/wiki/Marco_Aurelio_Denegri - En caché - Similares





Armando Robles Godoy - Wikipedia, la enciclopedia libre


Armando Robles Godoy (Nueva York, 7 de febrero de 1923 – Lima, 10 de agosto de 2010), fue un cineasta, escritor y periodista estadounidense - peruano. ...
es.wikipedia.org/wiki/Armando_Robles_Godoy - En caché - Similares


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La respuesta es la pregunta.


de Liderazgo y gestión de equipos. 






Un rabino corría por las calles gritando:
¡Tengo respuestas!¡Tengo respuestas!.
¿Quién tiene una pregunta?
Siempre he dicho que los niños aprenden porque no paran de preguntar y conforme nos vamos haciendo adultos vamos perdiendo esta costumbre y consecuentemente cerramos las puertas al conocimiento.
Cuantas veces por no preguntar cometemos errores en nuestro trabajo y cantas veces hemos recibido (y también dado) respuestas poco inteligentes fruto de lo poco inteligente que ha sido la pregunta.
Jodorowsky cuenta como mientras los compañeros constructores de catedrales hacian sus estudios, el maestro constructor no enseñaba nada a sus discípulos. Si durante todo el año no se le hacía ninguna pregunta, él no enseñaba nada. El preguntar era la única vía para avanzar en el estudio.
¿Eres más de preguntas o de respuestas?
Tienes respuestas pero no te hacen preguntas, 
¿a qué se puede deber?
Cuando tienes preguntas, 
¿qué te ha llevado a no formularlas?
¿Piensas que muchas respuestas están en las preguntas?
25 de abril de 2009 en Habilidades Directivas.
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