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NOTA DE VREDONDOF :

ESTE ARTICULO A MI ME PARECIO MUY INTERESANTE , PERO ME HA COSTADO MUCHO "LLEGAR A LOS CONCEPTOS" , NO SE SI POR QUE A MIS 63 AÑOS YA PATINA UN POCO MI CABEZA , O BIEN PORQUE EL AUTOR TIENE UN NIVEL ... O QUE ESCRIBE PARA UN NIVEL DE PERSONAS CON UN INTELECTO MUY ELEVADO.

En cualquier caso merece la pena leerlo (con MUCHA ATENCION para enterarse ....)
La conclusion que saque en la 3ª leida que le di , fue que se puede DECIR LO MISMO con el 10 de palabras y utilizando un "estilo mas pegado a la tierra".

LOS ESPAÑOLES NO SON IDEALISTAS. EN LA MEDIOCRIDAD SE ENCUENTRAN A GUSTO

El perfeccionamiento humano se efectúa con ritmo diverso en las sociedades y en los individuos. Los más poseen una experiencia sumisa al pasado: rutinas, prejuicios, domesticidades. Pocos elegidos varían, avanzando sobre el porvenir; al revés de Anteo, que tocando el suelo cobraba alientos nuevos, los toman clavando sus pupilas en las constelaciones lejanas y de apariencia inaccesible. Esos hombres, predispuestos a emanciparse de su rebaño, buscando alguna perfección más allá de lo actual, son los "idealistas". La unidad del género no depende del contenido intrínseco de sus ideales sino de su temperamento: se es idealista persiguiendo las quimeras más contradictorias, siempre que ellas impliquen un sincero afán de enaltecimiento. Cualquiera. Los espíritus afiebrados por algún ideal son adversarios de la mediocridad: soñadores contra los utilitarios, entusiastas contra los apáticos, generosos contra los calculistas, indisciplinados contra los dogmáticos. Son alguien o algo contra los que no son nadie ni nada. Todo idealista es un hombre cualitativo: posee un sentido de las diferencias que le permite distinguir entre lo malo que observa, y lo mejor que imagina. Los hombres sin ideales son cuantitativos; pueden apreciar el más y el menos, pero nunca distinguen lo mejor de lo peor. Sin ideales sería inconcebible el progreso. El culto del "hombre práctico", limitado a las contingencias del presente, importa un renunciar a toda imperfección. El hábito organiza la rutina y nada crea hacia el porvenir; sólo de los imaginativos espera la ciencia sus hipótesis, el arte su vuelo, la moral sus ejemplos, la historia sus páginas luminosas.
Son la parte viva y dinámica de la humanidad; los prácticos no han hecho más que aprovecharse de su esfuerzo, vegetando en la sombra. Todo porvenir ha sido una creación de los hombres capaces de presentirlo, concretándolo en infinita sucesión de ideales. Más ha hecho la imaginación construyendo sin tregua, que el cálculo destruyendo sin descanso. La excesiva prudencia de los mediocres ha paralizado siempre las iniciativas más fecundas. Y no quiere esto decir que la imaginación excluya la experiencia: ésta es útil, pero sin aquélla es estéril. Los idealistas aspiran a conjugar en su mente la inspiración y la sabiduría; por eso, con frecuencia, viven trabados por su espíritu crítico cuando los caldea una emoción lírica y ésta les nubla la vista cuando observan la realidad. Del equilibrio entre la inspiración y la sabiduría nace el genio. En las grandes horas de una raza o de un hombre, la inspiración es indispensable para crear; esa chispa se enciende en la imaginación y la experiencia la convierte en hoguera. Todo idealismo es, por eso, un afán de cultura intensa: cuenta entre sus enemigos más audaces a la ignorancia, madrastra de obstinadas rutinas.
La humanidad no llega hasta donde quieren los idealistas en cada perfección particular; pero siempre llega más allá de donde habría ido sin su esfuerzo. Un objetivo que huye ante ellos se convierte en estímulo para perseguir nuevas quimeras. Lo poco que pueden todos, depende de lo mucho que algunos anhelan. La humanidad no poseería sus bienes presentes si algunos idealistas no los hubieran conquistado viviendo con la obsesiva aspiración de otros mejores.
En la evolución humana, los ideales se mantienen en equilibrio inestable. Todo mejoramiento real es precedido por conatos y tanteos de pensadores audaces, puestos en tensión hacia él, rebeldes al pasado, aunque sin la intensidad necesaria para violentarlo; esa lucha es un reflujo perpetuo entre lo más concebido y lo menos realizado. Por eso los idealistas son forzosamente inquietos, como todo lo que vive, como la vida misma; contra la tendencia apacible de los rutinarios, cuya estabilidad parece inercia de muerte. Esa inquietud se exacerba en los grandes hombres, en los genios mismos si el medio es hostil a sus quimeras, como es frecuente sobre todo en España. No agita a los hombres sin ideales, informe argamasa de humanidad.
Toda juventud es inquieta. El impulso hacia lo mejor sólo puede esperarse de ella: jamás de los enmohecidos y de los seniles. Y sólo es juventud la sana e iluminada, la que mira al frente y no a la espalda; nunca los decrépitos de pocos años, prematuramente domesticados por las supersticiones del pasado: lo que en ellos parece primavera es tibieza otoñal, ilusión de aurora que es ya un apagamiento de crepúsculo.
Sólo hay juventud en los que trabajan con entusiasmo para el porvenir; por eso en los caracteres excelentes puede persistir sobre el apeñuscarse de los años. Nada cabe esperar de los hombres que entran a la vida sin afiebrarse por algún ideal; a los que nunca fueron jóvenes, paréceles descarriado todo ensueño. Y no se nace joven: hay que adquirir la juventud. Y sin un ideal no se adquiere.
Los idealistas suelen ser esquivos o rebeldes a los dogmatismos sociales que los oprimen. Resisten la tiranía del engranaje político nivelador, aborrecen toda coacción del sistema, sienten el peso de los honores con que se intenta domesticarlos y hacerlos cómplices de los intereses creados, dóciles maleables, solidarios, uniformes en la común mediocridad.
Las fuerzas conservadoras que componen el subsuelo social pretenden amalgamar a los individuos, decapitándolos; detestan las diferencias, aborrecen las excepciones, anatematizan al que se aparta en busca de su propia personalidad. El original, el imaginativo, el creador no teme sus odios: los desafía, aun sabiéndolos terribles porque son irresponsables y asesinos como ultima solución. Por eso todo idealista es una viviente afirmación del individualismo, aunque persiga una quimera social; puede vivir para los demás, nunca de los demás. Su independencia es una reacción hostil a todos los dogmáticos. Concibiéndose incesantemente perfectibles, los temperamentos idealistas quieren decir en todos los momentos de su vida, como Don Quijote: "yo sé quién soy". Viven animados de ese afán afirmativo. En sus ideales cifran su ventura suprema y su perpetua desdicha. En ellos caldean la pasión, que anima su fe; esta, al estrellarse contra la realidad social, puede parecer desprecio, aislamiento, misantropía: la clásica "torre de marfil" reprochada a cuantos se erizan al contacto de los obtusos. Diríase que de ellos dejó escrita una eterna imagen Teresa de Ávila: "Gusanos de seda somos, gusanillos que hilamos la seda de nuestras vidas y en el capullito de la seda nos encerramos para que el gusano muera y del capullo salga volando la mariposa". Todo idealismo es exagerado, necesita serlo. Y debe ser cálido su idioma, como si desbordara la personalidad sobre lo impersonal; el pensamiento sin calor es muerte, frío, carece de estilo, no tiene firma.
Jamás fueron tibios los genios y los héroes. Para crear una partícula de Verdad, de Virtud o de Belleza, se requiere un esfuerzo original y violento contra alguna rutina o prejuicio; como para dar una lección de dignidad hay que desgoznar algún servilismo. Todo ideal es, instintivamente, extremo; debe serlo a sabiendas, si es menester, pues pronto se rebaja al refractarse en la mediocridad de los más. Frente a los hipócritas que usurpan poderes civiles y mienten con viles objetivos, la exageración de los idealistas es, apenas, una verdad apasionada. La pasión es su atributo necesario, aun cuando parezca desviar de la verdad; lleva a la hipérbole, al error mismo; a la mentira nunca. Ningún ideal es falso para quien lo profesa: lo cree verdadero y coopera a su advenimiento, con fe, con desinterés. El sabio busca la Verdad por buscarla y goza arrancando a la naturaleza secretos para él inútiles o peligrosos. Y el artista busca también la suya, porque la Belleza es una verdad animada por la imaginación, más que por la experiencia. Y el moralista la persigue en el Bien, que es una recta lealtad de la conducta para consigo mismo y para con los demás. Tener un ideal es servir a su propia Verdad Siempre. Algunos ideales se revelan como pasión combativa y otros como pertinaz obsesión; de igual manera distínguense dos tipos de idealistas, según predomine en ellos el corazón o el cerebro. El idealismo sentimental es romántico: la imaginación no es inhibida por la crítica y los ideales viven de sentimiento. En el idealismo experimental los ritmos afectivos son encarrilados por la experiencia y la crítica coordina la imaginación: los ideales tórnanse reflexivos y serenos. Corresponde el uno a la juventud y el otro a la madurez. El primero es adolescente, crece, puja y lucha; el segundo es adulto, se fija, resiste, vence.
El idealista perfecto sería romántico a los veinte años y estoico a los cincuenta; es tan anormal el estoicismo en la juventud como el romanticismo en la edad madura. Lo que al principio enciende su pasión, debe cristalizarse después en suprema dignidad: ésa es la lógica de su temperamento. Sin embargo lo que si hay es mucha mediocridad. La mediocridad puede definirse como una ausencia de características personales que permitan distinguir al individuo en su sociedad. Ésta ofrece a todos un mismo fardo de rutinas, prejuicios y domesticidades; basta reunir cien hombres para que ellos coincidan en lo impersonal: "Juntad mil genios en un Concilio y tendréis el alma de un mediocre". Esas palabras denuncian lo que en cada hombre no pertenece a él mismo y que, al sumarse muchos, se revela por el bajo nivel de las opiniones colectivas.El régimén actual, la monarquía cainista, ha conseguido una vez más, a través de sus ladrones politicos, que los españoles sean mediocres y que todo destello de genialidad sea enterrado en el desprecio. El régimen es miedoso,cobarde y hurtador, teme por su continuidad, pues sabe que se ha llevado mucho y no ha ofrecido nada. Qué se puede esperar de un monarca que dice:"El recuerdo de Franco constituirá para mí una exigencia de comportamiento y de lealtad ...". Seguid votando, idealistas.
J.I.
"El sentido común es la cosa mejor repartida del mundo
porque todo el mundo cree poseerlo en cantidad suficiente." René Descartes.

LIBERTAD

-La filosofia de la libertad esta basada en la propiedad de uno mismo, esta simple pero elegante y contundente animacion la explicara exactamente. Esta es una gran herramienta que cualquiera puede usar para educar niños y adultos acerca del derecho a la vida, libertad y la capacidad de crear - y nuestra responsabilidad para pensar, hablar y actuar. La version en DVD de este video puede ser descargada gratis en: www.philosophyofliberty.blogspot.com CRÉDITOS AUTOR: Ken Schoolland schoolak001@hawaii.rr.com PRODUCTOR: Kerry Pearson (aka Lux Lucre) MÚSICA: Music2Hues www.music2hues.com WEBSITE: www.jonathangullible.com AYUDA: The Jonathan Gullible fund www.isil.org/tools/jonathan-gullible.html COPYRIGHT: www.creativecommons.org/licenses/by-nd-nc/1.0/ *

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La crisis de fondo está en la educación


Nota de VRedondoF : lo destacado es de VRedondoF
Comentarios
Autor: Eduard Punset 22 noviembre 2009
Hay una gran mayoría de científicos convencida de que la próxima revolución, la que cambiará nuestras vidas hasta límites irreconocibles, será la fusión de la biología y la tecnología, que ya ha empezado. Esta revolución avanza a pasos agigantados, pero yo estoy convencido de dos cosas: de que no será la más importante y de que le va a ganar la partida otro tipo de transformación que se expresará, a la vez, más profunda y lentamente.
¿Por qué digo eso? Les pido a mis lectores que cierren los ojos un instante e imaginen la actividad que peor funciona de todas las prestaciones universalizadas: la justicia, la seguridad ciudadana, la enseñanza, la sanidad, el ocio, el transporte o la asistencia social a ancianos y necesitados. 
Otros y yo hemos hecho esta prueba en contextos sociales muy diversos. Pues bien, por ello puedo anticiparles el resultado de su experimento. Son muy pocos los que aludirán a la educación o la enseñanza como a la actividad que atraviesa la crisis más grave.
la educación del futuro
La educación del futuro gestionará la diversidad de las aulas modernas fomentando la inteligencia social y enseñará a gestionar las emociones positivas y negativas. (Imagen: usuario de Flickr.)
Y, sin embargo, es, a mucha distancia de las demás, la que menos está respondiendo a las exigencias de las sociedades modernas. Tenemos un sistema educativo instalado en la Prehistoria. Intuimos ahora que la reforma educativa de los próximos 50 años a nivel mundial se caracterizará por una reforma radical de la profesión de maestro. Lejos de ser una profesión liviana, la de maestro será una carrera con un contenido más profesional y complejo que cualquier otra.
Lo que está aflorando del análisis en curso es que el objeto de la reforma no es tanto alterar la complejidad de las clases globalizadas, ni la propia sociedad, como la categoría de los maestros, que verán sus objetivos transformados. El objetivo no será cambiar las clases, que, a veces, fruto del proceso de globalización, parecen una reunión de 30 jóvenes con problemas mentales gritando a sus maestros. Tampoco podemos cambiar de la noche a la mañana las asociaciones de padres, que parecen compaginar un desinterés inaudito por la educación de sus hijos con una cierta agresividad contra el profesorado.
¿Cuál será, pues, a partir de pasado mañana, la misión de los sistemas educativos en el futuro? ¿Formar especialistas? No. La reforma de la enseñanza se propondrá dimensionar ciudadanos en un mundo globalizado. ¿Pertrechar las mentes de sus estudiantes? No. Los esfuerzos venideros en materia educativa apuntarán a reformar los corazones de la infancia y la juventud, olvidados por la obsesión exclusiva en los contenidos académicos.
¿Cómo se consigue alcanzar esta misión? Cumpliendo estos dos objetivos. Uno: aprender a gestionar la diversidad de las aulas modernas, a las que ha cambiado profundamente su cariz la globalización. Se trata de fomentar la inteligencia social y no sólo la individual, hacer que sirva para concatenar cerebros dispares y distintos, tomando buena nota de sus diferencias étnicas, culturales y sociales.
Simultáneamente –y éste es el otro objetivo–, resultará imprescindible que los maestros fomenten el aprendizaje de las emociones positivas y negativas, que son comunes a todos los individuos y previas a los contenidos académicos destilados a la infancia; es decir, aprender a gestionar lo que nos es común a todos. Se trata de enseñar a los jóvenes a gestionar la rabia, la pena, la agresividad, la sorpresa, la felicidad, la envidia, el desprecio, la ansiedad, el asco o la sorpresa.
Al profundizar en el sistema de enseñanza del futuro, estamos constatando que, lejos de ser la profesión de maestro una de las más livianas, es ya, sin lugar a dudas, las más compleja y sofisticada de todas ellas.
 ¿Cómo ha podido la sociedad, los propios educandos y las instituciones hacer gala de tanta ceguera?
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s2t2 -Nunca caminarás sólo


Nunca caminarás sólo

En el mes de marzo pude asistir al partido de Champions League entre el Liverpool y el Real Madrid que se disputó en el estadio de Anfield (no Anfield Road, que es la calle donde está) y que será derribado en no mucho tiempo. A pesar del resultado (4–0 a favor de los reds) el espectáculo fue realmente sorprendente. Además, fue un encuentro histórico porque era la primera vez que el club merengue pisaba el césped del estadio inglés.

En Inglaterra, cuna del fútbol moderno, el balompié también tiene un significado especial. Algunos afirman que para los ingleses “el fútbol es la medida de todas las cosas”. Según un estudio publicado en “The Economist” con el título “Imperial Amnesia” (Amnesia Imperial) para los jóvenes británicos “la razón citada más a menudo para sentirse orgulloso de ser británico era la habilidad nacional para el fútbol y no el recuerdo de un gran imperio u otras razones”.

El fútbol constituye uno de los pilares fundamentales de la cultura británica y sus estadios registran a menudo un lleno casi absoluto. El porcentaje de asistencia a los estadios de la Premier League ronda el 95%, veinte puntos porcentuales por encima de la asistencia a los campos de la Liga española.

Dentro de la hinchada inglesa, la afición del Liverpool es una de las más incondicionales. El vínculo entre el club de fútbol y la ciudad viene de largo. Asentada en el noroeste de Inglaterra, la ciudad de la música y el fútbol fue un gran puerto marítimo durante la expansión comercial del Imperio Británico en los siglos XVIIII y XIX. Ya en el siglo XX, continuó siendo una ciudad obrera dependiente económicamente de su actividad portuaria que debido a la ralentización económica supuso la quiebra a muchos astilleros que dejaron en paro a muchas personas.

El fútbol se convirtió entonces en el medio donde encontrar la identidad propia y en el símbolo de una reivindicación permanente: “El fútbol es como una metáfora de lo social y lo político en una ciudad marcada por hitos únicos e improbables”. En aquella época llegó al club una de las figuras legendarias en la historia del equipo, el escocés Bill Shankly, que permaneció en el Livepool desde 1959 a 1974, e inauguró su recital de frases antológicas con ésta: “No es casual que vistamos de rojo”; y una manera de entender el fútbol que definió la filosofía del club: “Jugamos para la gente y para su felicidad”. Jugar en el Liverpool, dicen, “es lo más parecido a jugar por una causa”. Joe Fagan, al frente del equipo entre 1983 y 1985, también es recordado por sus constantes referencias a la afición. Las últimas palabras que Fagan decía a sus jugadores antes de saltar al terreno de juego eran: “Podemos ganar, empatar o perder, pero no olviden nunca a la gente que está ahí fuera y nos debemos a ella”.

Las muestras de lealtad de la afición a su equipo llegaron a un punto en que, como decía Michael Robinson, ex jugador de los reds, “no se sabía muy bien quién era el protagonista, si el público o el equipo en aquella loca armonía”. Robinson decidió ser futbolista con 6 años cuando acudió por primera vez a Anfield a ver un partido y quedó prendado por el espíritu que se respiraba: “¡Ni siquiera habían salido a jugar! Con el ambiente tuve bastante para enamorarme de ese club; pensaba, deben ser dioses los que saldrán”.

Antes de comenzar los partidos, “The Kop", como se conoce al fondo donde están los seguidores de los reds, entonan su himno oficial, el “You´ll never walk alone” (Nunca caminarás sólo). Es impresionante el ruido que son capaces de armar. De hecho, para quien no lo sepa, tienen el recórd Guiness de la afición más ruidosa del mundo, galardón que alcanzó el 26 de febrero de 2005 en la final de la Copa de la Liga inglesa disputada en Cardiff (Gales) contra el Chelsea. El nivel de ruido máximo se alcanzó en el primer minuto de juego del partido cuando el noruego del Liverpool, John Arne Riise, marcó el 1–0. En ese momento, la hinchada roja llegó a gritar con una fuerza de 130.7 decibelios, dos por encima del anterior récord fijado en octubre de 2005 por los aficionados de los Denver Broncos de la NFL de Estados Unidos, quienes ostentaban el galardón desde octubre de 2000.

El “You’ll Never Walk Alone” es una canción compuesta por Richard Rodgers y Oscar Hammerstein II para su musical “Carrusel” de 1945. En el espectáculo original para Broadway fue interpretada por Christine Johnson y también (al final de la trama) por Jan Clayton y un coro. En la película posterior, el tema era interpretado por Claramae Turner (aunque una ahogada por las lágrimas Shirley Jones intenta cantarla primero, pero no puede), y más tarde repetida por la señora Jones y un coro.

En el musical, la canción es interpretada tras la muerte del líder Billy Bigelow, para dar ánimos a Julie Jordan, embarazada y con un niño en ese momento, y repetida en la escena final para animar la ceremonia de graduación en la que Louise (hija de ambos) es partícipe. Como resultado, a día de hoy es muy común que este tema se interprete en esta clase de ceremonias en los Estados Unidos.

La popularidad de esta canción, comenzó ya durante la temporada inicial de esta producción en Broadway que coincidía con la II Guerra Mundial, ya que muchos de los asistentes a la representación tenían maridos, hermanos, novios o prometidos sirviendo en el ejército. El público encontraba consuelo en el mensaje de la canción que transmite un mensaje de esperanza indicando que siempre existe un guía y un amigo con el que podremos contar.

La canción fue interpretada posteriormente por muchos artistas: Frank Sinatra (en 1945), Patti LaBelle and the BlueBelles (1964), Elvis Presley (1968) o Lee Towers (1976). En Inglaterra, la versión más famosa la realizó en 1960 un grupo del barrio de Merseybeat (Liverpool) llamado Gerry & the Pacemakers, quienes alcanzaron con ella el nº1 en las listas británicas y que pasó a convertirse en el himno del club inglés.

Pero, ¿cuál fue la causa real que motivo la decisión de los hinchas de incorporar un día la canción?

Parece ser que durante varios partidos seguidos por la megafonía de Anfield sonaba esta canción antes de los partidos. Un día, por circunstancias que se desconocen, no sonó el disco, y entonces “The Kop” comenzó a cantarla incluyéndola rápidamente en su repertorio.

Dejo la letra y también la música. Sin dudas, impresiona, tanto la melodía como el contenido:

When you walk through a storm / Cuando camines atravesando una tormenta
Hold your head up high / Mantén bien alta la cabeza
And don’t be afraid of the dark / Y no te preocupes por la oscuridad
At the end of a storm / Al final de la tormenta
There’s a golden sky / Hay un cielo dorado
And the sweet silver song of a lark / Y el dulce y argentino canto de una alondra

Walk on through the wind, Walk on through the rain / Camina a través del viento, camina a través de la lluvia
Though your dreams be tossed and blown / Aunque tus sueños se vean sacudidos y golpeados
Walk on, walk on, with hope in your heart / Sigue caminando, sigue caminando, con esperanza en el corazón
And you’ll never walk alone... / Y jamás caminarás solo...
You’ll never walk alone / Nunca caminarás solo.

Walk on, walk on, with hope in your heart / Sigue caminando, sigue caminando, con esperanza en el corazón
And you’ll never walk alone... / Y jamás caminarás solo….
You’ll never walk alone / Nunca caminarás solo.


liverpool anthem


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y2a -Fútbol, fenómeno de fenómenos

El fútbol es el deporte más popular del mundo, pero no es sólo un juego, es un hecho social que levanta pasiones y un fenómeno político, económico, cultural, solidario y educativo, cuya influencia se siente en múltiples ámbitos.





Hoy, justo después de que el FC Barcelona completase su "Triplete" y a escasas semanas de que comience la Copa Confederaciones (14 al 28 de junio y con España como favorita), la editora de LID Editorial, me ha comunicado que mi libro “Fútbol: Fenómeno de Fenómenos” ya está enviado a imprenta y que en torno a 15 días estará disponible. Os informaré cuando esté físicamente en las librerías y cuando sea la presentación del mismo. El prólogo corre a cargo de José Ignacio Rivero, Vicepresidente del Real Madrid, con el que también comparto cartel en el blog de "Aprende del Deporte".

Comencé a escribir este libro allá por el año 2003. Por aquel entonces, junto a un proyecto empresarial de Sport Management (Football & Sport Consulting) preparaba mi tesis doctoral sobre los “Nuevos planteamientos estratégicos en la gestión de las Sociedades Anónimas Deportivas y Clubes de Fútbol” (con especial atención a los temas de retribución de futbolistas) –dirigida por el Catedrático de Organización de la UAM, José Miguel Rodríguez Antón– y a medida que investigaba me fui dando cuenta de los múltiples y variados ámbitos en los que el fútbol influía (como fenómeno político, económico, social, educativo, solidario...) y de manera tan internacional (en tantos países al mismo tiempo).

Siempre he tenido un balón cerca (mi padre jugó en Primera División y posee el título de Entrenador Nacional), pero a pesar de ello nunca sospeché de esa capacidad poliédrica de impactar de un esférico. No hay ninguna institución o fenómeno que tenga la influencia del fútbol de manera tan global. Consideré entonces que merecía la pena poner en papel muchas de las cosas que fuí descubriendo y de las que apenas se habla, o cuando se hace es desde un punto de vista superficial sin mucha concrección. He pretendido con datos, hechos, anécdotas, investigaciones... poner nombre y apellidos a eso de que el fútbol es un fenómeno "económico" (aporta el 1% del PIB y la Primera División se llama "Liga BBVA") o "político" (todos vimos lo que pasó hace unos días en la final de la Copa del Rey entre Athletic y Barcelona) o "social" (de los 10 acontecimientos con más audiencia en la historia de la televisión, 8 son partidos de fútbol)...

Este post es sólo un aperitivo introductorio del libro del que hablaré largo y tendido más adelante. Existirá una web que todavía no está disponible donde se recogerá mucha información sobre el mismo con actualizaciones, enlaces, resumen del libro, índice, descargas, etc.

El libro está compuesto por 5 capítulos que corresponden cada uno de los "fenómenos" estudiados: el fútbol como fenómeno "político" (capítulo 1), como fenómeno "social" (capítulo 2), como fenómeno "económico" (capítulo 3), como fenómeno "cultural" (capítulo 4) y como fenómeno "solidario y educativo" (capítulo 5).

CAPÍTULO 1. El fútbol como fenómeno “político”

1.1. El fútbol como transmisor de ideologías políticas
1.1.1. El caso italiano: Mussolini y los Mundiales de 1934 y 1938
1.1.2. El caso alemán: Hitler y los Juegos Olímpicos de 1936
1.1.3. El caso español: Franco y la furia española
1.1.4. El caso brasileño: la búsqueda de la identidad nacional
1.2. El fútbol como “droga social”
1.3. Los éxitos (fracasos) futbolísticos como éxitos (fracasos) políticos
1.4. El fútbol como medio de expresión de las diferencias políticas
1.4.1. El caso irlandés: Celtic vs. Rangers
1.4.2. El caso yugoslavo: Estrella Roja vs. Dínamo de Zagreb
1.4.3. El caso español: Real Madrid vs. F.C. Barcelona
1.4.4. Un caso particular: Honduras vs. El Salvador.
1.5. El fútbol como herramienta diplomática
1.6. El fútbol como “trampolín” para el “salto” a la política
1.7. Los futbolistas como transmisores de valores políticos
1.8. El fútbol como lenguaje político

CAPÍTULO 2. El fútbol como fenómeno “social”

2.1. La indescriptible pasión por el fútbol
2.2. Sudamérica: donde el fútbol es una forma de vida
2.2.1. Brasil
2.2.1.1. Algo más que un deporte
2.2.1.2. Anatomía de una derrota: 16 de julio de 1950
2.2.1.3. Edson Arantes Do Nascimento
2.2.2. Argentina
2.2.2.1. El fútbol como excusa
2.2.2.2. Diego Armando Maradona
2.2.3. Uruguay: padre del fútbol
2.3. Inglaterra: la madre del fútbol
2.4. Fútbol femenino: un futuro prometedor
2.5. El fútbol en los medios de comunicación
2.5.1. Fútbol y prensa
2.5.2. Fútbol y televisión
2.5.3. Fútbol y radio
2.6. Real Madrid: un fenómeno social sin precedentes
2.6.1. Real Madrid como fenómeno “social”
2.6.2. Real Madrid como fenómeno “económico”
2.6.3. Real Madrid como fenómeno “deportivo”
2.6.4. Real Madrid como fenómeno “solidario”
2.7. Acerca la pasión del fútbol: anécdotas reales

CAPÍTULO 3. El fútbol como fenómeno “económico”

3.1. La actividad del fútbol en la Economía
3.2. El fenómeno de la globalización en el fútbol
3.3. La propiedad de los clubes de fútbol
3.4. Fútbol y Banca
3.4.1. Fútbol y Depósitos Bancarios
3.4.2. Fútbol y Tarjetas Bancarias
3.5. Fútbol y Mercados de Valores
3.5.1. Fútbol y Acciones
3.5.2. Fútbol y Fondos de Inversión
3.5.3. Fútbol y Capital Riesgo
3.5.4. Fútbol y Activos Titulizados
3.5.5. Fútbol y Warrants.
3.6. Fútbol como inversión alternativa
3.7. La economía de los clubes de fútbol
3.8. El valor de la marca en los clubes de fútbol
3.9. Marketing y Fútbol: matrimonio de conveniencia
3.9.1. Giras Internacionales.
3.9.2. Patrocinio y Publicidad.
3.9.3. Merchandising.
3.9.4. Explotación de estadios.
3.9.5. Stadium Naming Rights.
3.9.6. Medios Tecnológicos y canales alternativos.
3.9. Futbolistas: los esclavos de oro
3.10. David Beckham: un caso de estudio

CAPÍTULO 4. El fútbol como fenómeno “cultural”

4.1. Los intelectuales y el fútbol
4.2. Fútbol y Cine
4.3. Fútbol y Literatura
4.4. Fútbol y Pintura
4.5. Fútbol y Escultura
4.6. Fútbol y Teatro
4.7. Fútbol y Música
4.8. Fútbol y Filosofía
4.9. El fútbol como expresión artística

CAPÍTULO 5. El fútbol como fenómeno “solidario” y “educativo”

5.1. El fútbol como fenómeno solidario
5.1.1. Fútbol y responsabilidad social
5.1.2. Fútbol a favor de la paz
5.1.3. Fútbol a favor de los “sin techo”
5.1.4. Fútbol a favor de los niños de la guerra
5.1.5. Fútbol a favor de los discapacitados
5.1.6. Fútbol a favor de la ayuda humanitaria
5.1.7. Fútbol a favor del fair play
5.1.8. Fútbol contra el racismo
5.1.9. Fútbol contra la droga
5.1.10. Fútbol contra los accidentes de tráfico
5.1.11. Fútbol contra la pobreza
5.1.12. Fútbol contra las catástrofes naturales
5.1.13. Fútbol contra la violencia de género
5.1.14. Fútbol al servicio de todos
5.1.14.1. Fútbol sala
5.1.14.2. Fútbol-7
5.1.14.3. Fútbol playa
5.1.14.4. Goal ball
5.2. El fútbol como fenómeno educativo
5.2.1. El valor pedagógico del fútbol
5.2.2. Fútbol en el ámbito del management
5.2.3. Fútbol en el ámbito académico
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s2t2 -TORTURANDO A MISS GWINNER (1601)


TORTURANDO A MISS GWINNER (1601)


En sus escritos podéis encontrar cientos de casos documentados, en los que comprobar cómo se las gastaban los miembros de la Inquisición, tanto en España como en el resto de Europa.

Hoy me voy a centrar en el arresto y posterior interrogatorio de Else Gwiner, un escalofriante documento con el que me topé leyendo el libro de Marvin Harris, "Vacas, Cerdos, Brujas y Guerras".


Brujas en la Hoguera | Fuente: Malleus Maleficarum | Dominio Público

Nuestra historia comienza en 1601, en la ciudad alemana de Offenburg. Allí, al igual que en toda Europa por esas fechas, la caza de brujas estaba al orden del día... y allí, día sí y día también, se arrestaba a alguien acusado de tener tratos con el demonio.

En esta ocasión se trataba de dos vagabundas que, después de horas de tortura, confesaron ser brujas y participar en akelarres. A esta confesión, normalmente le seguía otra añadiendo el nombre de sus colaboradores y participantes. Las vagabundas no conocían a mucha gente en el pueblo y lo más que acertaron a indicar fue el nombre de Else Gwinner, la esposa del panadero.

El 31 de Octubre de 1601, Else Gwinner fue citada ante los examinadores y como es natural, negó cualquier implicación en ningún tipo de artes en la brujería. Ante aquella negativa, los inquisidores le explicaron el "plan" y le invitaron a evitar "sufrimientos innecesarios". Else, se mostró firme en su negativa y el paso siguiente fue lo que se conoce como "estrapada".

Le ataron la manos a la espalda y la levantaron del suelo mediante una cuerda sujeta a sus muñecas. Tras elevarla, la dejaron caer. Una vez en el suelo, todo lo que ella dijo fue «Padre, perdónales porque no saben lo que hacen». Le volvieron a aplicar la tortura pero, en esta ocasión, sólo consiguieron dejarla inconsciente.

Durante aquel desmayo, la trasladaron a prisión y allí quedó recluida durante una semana. El 07 de Noviembre, la volvieron a llamar y de nuevo, comenzaron el interrogatorio con la estrapada, aumentando el peso en cada levantamiento.

A la tercera subida, Else gritó que no podía más y que confesaría. Mientras la bajaban, intentó inventar alguna respuesta creíble y finalmente respondió que había gozado del amor de un demonio. Esto no dejó muy satisfechos a los examinadores que querían saber más. Así que, volvieron a las andadas y de nuevo la elevaron, en esta ocasión con pesos mayores.

Viendo que la confesión no le había servido de mucho, Else volvió a reconsiderar su confesión y tras dos nuevas estrapadas, desde el suelo, les dijo que sus confesiones eran mentiras para evitar el sufrimiento y que la verdad es que era inocente.

Esto enfureció a sus examinadores que optaron por cambiar de estrategia en aquella "investigación". Así pues, se encaminaron hacia la casa de Else y detuvieron a su hija Agathe, la llevaron a una celda y la golpearon hasta que confesó que tanto ella como su madre eran brujas y que habían echado a perder la cosecha de aquel año para elevar el precio del pan.


Portada del Malleus Maleficarum | Fuente | Dominio Público

Sin embargo, cuando llevaron a la joven junto a su madre, Agathe se volvió atrás y al igual que Else, afirmó que sólo había dicho aquello para que parasen y que ambas eran inocentes.

La paciencia de los examinadores estaba llegando a su fin y decidieron volver a separarlas, ya que comprobaron que cuando estaban juntas no terminaban de confesar. Llevaron a Agathe a otra prisión y con Else se decidieron a utilizar un nuevo método de persuasión: Las empulgueras.

Else confesaba todo tipo de brujerías hasta que paraban con el tormento, pero una vez que se detenían, se contradecía y afirmaba su inocencia. Así, una y otra vez, hasta el 11 de Diciembre, día en el que se desmayó sin darle tiempo a decir más.

Los examinadores la despertaron con cubos de agua fría y aún medio inconsciente, Else Gwinner confesó que había volado junto a un demonio en aquel akelarre. Por supuesto, le pidieron que dijera a quién había visto en estos aquelarres. Prometió revelar después más detalles si la dejaban descansar.

Pasaron dos días, cuando el 13 de diciembre se volvió a retractar de su confesión, pese a los esfuerzos de un sacerdote que la confrontó con la información adicional obtenida de su hija Agathe que, por aquellas fechas ya había confesado y firmado una declaración.

El 15 de diciembre, los examinadores le dijeron que iban a «continuar la tortura sin piedad o compasión hasta que dijera la verdad». Else volvió a desmayarse, pero antes de hacerlo, consiguió volver a afirmar su inocencia.

Durante los días siguientes y pese a la amenaza de nuevas torturas, rehusó sellar su confesión con un juramento final, aún así Else Gwinner murió quemada el 21 de diciembre de 1601.


Música del Post | Quique González

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10 consejos de Alejandro Jodorowsky, para ser feliz.


10 consejos de Jodorowsky

1. Cuando dudes entre "hacer" y "no hacer" escoge siempre hacer. Si te equivocas tendrás al menos la experiencia.

2. Escucha mas a tu intuición que a tu razón. Las palabras forjan la realidad pero no la son.

3. Realiza algún sueño infantil. Por ejemplo: si querías jugar y te hicieron adulto antes de tiempo, ahorra unos 500 euros y ve a jugarlos a un casino hasta que los pierdas. Si ganas, sigue jugando. Si sigues ganando, aunque sean millones, sigue hasta que los pierdas. No se trata de ganar sino de jugar sin finalidad.

4. No hay alivio más grande que comenzar a ser lo que se es. Desde la infancia nos endosan destinos ajenos. No estamos en el mundo para realizar los sueños de nuestros padres, sino los propios. Si eres cantante y no abogado como tu padre, abandona la carrera de leyes y graba tu disco.

5. Hoy mismo deja de criticar tu cuerpo. Acéptalo tal cual es sin preocuparte de la mirada ajena. No te aman porque eres bella. Eres bella porque te aman.

6. Una vez por semana, enseña gratis a los otros lo poco o mucho que sabes. Lo que les das, te lo das. Lo que no les das, te lo quitas.

7. Busca todos los días en el diario una noticia positiva. Es difícil encontrarla. Pero, en medio de los acontecimientos nefastos, siempre, de manera casi imperceptible, hay una. Que se descubrió una nueva raza de pájaros; que los cometas transportan vida; que un nene cayó desde un quinto piso sin dañarse; que la hija de un presidente intento suicidarse en el océano y fue salvada por un obrero del cual se enamoro y se casaron; que los jóvenes poetas chilenos bombardearon con 300.000 poemas, desde un helicóptero, a La Moneda, donde fue eliminado allende, etc.

8. Si tus padres abusaron de ti cuando eras pequeño/a, confróntate calmadamente con ellos, en un lugar neutro que no sea su territorio, desarrollando cuatro aspectos: 'Esto es lo que me hicieron. Esto es lo que yo sentí. Esto es lo que por causa de aquello ahora sufro. Y esta es la reparación que pido'. El perdón sin reparación no sirve.

9. Aunque tengas una familia numerosa, otórgate un territorio personal donde nadie pueda entrar sin tu permiso.

10. Cesa de definirte: concédete todas las posibilidades de ser, cambia de caminos cuantas veces te sea necesario.

Alejandro Jodorowsky, 10 consejos para ser feliz.
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Gadafi dice que Jesús no fue crucificado, sino "otro que se le parecía"


Gadafi dice que Jesús no fue crucificado, sino "otro que se le parecía"

Durante una reunión mantenida anoche en Roma con 200 mujeres jóvenes


El coronel libio, durante su comparececnia en la cumbre de la FAO, criticó duramente la no comparecencia de los países ricos. AFP
EFE - Roma - 16/11/2009 19:02


El líder libio, Muamar al Gadafi, asegura que Jesús no fue crucificado, sino "otro que se le parecía", y que mientras Jesús fue enviado por Dios "sólo para los judíos", Mahoma lo fue "para todos los hombres", ya que la "única religión de Dios es el Islam"
Gadafi así lo manifestó en una reunión mantenida anoche en Roma con 200 mujeres jóvenes, a las que animó a convertirse al Islám, según informa hoy la agencia Ansa, una de cuyas colaboradoras se infiltró entre las asistentes.
"¿Vosotras creéis que Jesús fue crucificado? Pues no lo fue. Lo tomó Dios y lo llevó al Cielo. Crucificaron a otro que se le parecía", afirmó Gadafi en la charla ofrecida anoche a 200 italianas en la residencia del embajador libio en Roma, donde se encuentra para participar hoy en la cumbre de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) sobre el hambre.
Gadafi aseguró que los judíos "intentaron matar a Jesús porque él quería llevarles de nuevo sobre la vía justa de la religión de Moisés".
"Jesús fue enviado para los judíos, no para vosotros. Mahoma, por el contrario, fue mandado para todos los seres humanos. Por ello, quien va en una dirección diferente a la de Mahoma está equivocado. La única religión de Dios es el Islam y quien profesa una religión diferente del Islam está equivocado y perderá", afirmó.
Según la periodista infiltrada Paola Lo Mele, que colabora con Ansa, el líder libio pidió a una agencia de azafatas de congresos italiana que invitase a 200 mujeres a un acto en la residencia del embajador en Roma y exigió que éstas tuvieran entre 18 y 35 años, superaran los 1,65 metros de estatura y fueran vestidas sin minifaldas ni escotes pronunciados.
A las jóvenes, de las que se han publicado fotografías cuando llegaban en autobuses al lugar del encuentro, se les entregó una copia del Corán y del Libro Verde de Gadafi, así como cerca de 60 euros por asistir al encuentro.
Cuando llegó Gadafi, las mujeres -según les indicó la organización- se levantaron, le aplaudieron y le sonrieron varias veces.
El líder libio habló en árabe y, al final de la charla, que duró una hora, las mujeres abandonaron la residencia, muchas de las cuales se quejaron de que no les dieron "ni agua para beber".
Según los testimonios de algunas de ellas, el líder libio criticó el modo en el que se ve a la mujer en Occidente, donde "se convierte en un mueble que el hombre coloca dónde y cómo quiere".
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y2a -El milenario ritual de las Torres del Silencio


El milenario ritual de las Torres del Silencio


Torre del Silencio parsi en 1880. Foto original

El Zoroastrismo concede una especial importancia a la preservación de las Siete Creaciones (el cielo, las aguas, la tierra, las plantas, los animales, el hombre y el fuego). El hombre, la única creación que es consciente, tiene entre sus obligaciones la de conservar la pureza y lo que tienen de sagrado todas las demás.

La muerte es vista como un triunfo temporal del espíritu malvado Ahriman, cuya naturaleza es la de la destrucción del orden divino. Cuando una persona muere, el demonio de los cadáveres entra en su cuerpo y se apodera de él, contaminando todo lo que entra en contacto con él. El cuerpo pasa a ser considerado impuronasu. De esta manera, dar sepultura a los cuerpos de los difuntos contribuiría polucionar el elemento tierra; incinerarlos, el del fuego y arrojarlos al mar, el del agua.

Para evitar estas contaminaciones, el Vendidad, el código de leyes zoroastrista “dado para mantener alejados a los daevas” (los espíritus malignos causantes de la impureza) y confundirlos, propone un estricto protocolo que se debe seguir para deshacerse del cuerpo de los difuntos de la manera más segura posible, preferiblemente evitando el contacto con el fuego, el agua o la tierra. Todo con el máximo respeto hacia el difunto, pero intentado evitar cualquier peligro para los vivos.

Poco después del momento de la muerte, el cuerpo del difunto es sometido a un baño ritual con agua y, después, es vestido con ropas de algodón blanco. Después de unas plegarias y de recitar varios pasajes de los textos sagrados zoroastristas. El difunto es colocado sobre una sabana de algodón en el suelo. Dos de sus familiares se sientan a su lado.

Miembros de la comunidad zoroastrista de Yezd (Irán), foto del 1909. Original.

Es en este momento cuando el cuerpo comienza a caer bajo la influencia del demonio de la descomposición y comienza a ser considerado impuro. Nadie puede tocarlo a excepción de los que lo vistieron y los nassesalarsportadores de los féretros, un cargo que solía ser hereditario. Los nassesalars se encargan de cubrir todo el cuerpo con una sábana blanca y después colocarlo sobre una plancha de piedra en una esquina de la sala.

A continuación se hace que un perro vea el cadáver. Es un ritual importante, que se repetirá varias veces durante el funeral, cuyo objetivo es confirmar que la persona está realmente muerta. Son perros que viven en las inmediaciones de las Torres del Viento y que están especialmente reservados para este ritual. Son perros con cuatro ojos. Los otros dos, son dos marcas idénticas, vistas como ojos, situadas justamente encima de los dos ojos reales y que les dan la fuerza necesaria para protegerse.

Después de este ritual, se trae el fuego a la sala y se mantiene ardiendo en un jarrón con incienso y fragancia de sándalo. Los zoroastristas creen que este fuego destruye los gérmenes invisibles de la enfermedad. Un sacerdote se sienta delante del fuego y recita continuamente fragmentos del Avesta hasta el momento de llevar el cuerpo hasta la Torre del Silencio. Como es esencial que el cuerpo se exponga al sol, está prohibido llevarlo durante la noche, por lo que se tiene que transportar durante el día.

Un par de horas antes de ese momento, vuelven a la casa los nassesalars (tienen que ser al menos y siempre un número par), vestidos totalmente de blanco y con todas las partes de su cuerpo, a excepción de la cara, cubiertas para asegurarse que no son infectados, en caso de que el difunto haya muerto de alguna enfermedad infecciosa. Los nassesalars traen consigo unas andas para el transporte del cuerpo, que tienen que ser metálicas, la madera al ser porosa es más probable que atrape y transmita gérmenes, por lo que está totalmente prohibida durante todo el ritual funerario.

Interior de una torre. Foto de Annesh.

Un par de sacerdotes rezan unas últimas plegarias y se repite el ritual de que un perro vea el cadáver. Este el momento en que la mayoría de los amigos y familiares del difunto rinden los últimos honores y pueden contemplar su rostro por última vez. Después, los nassesalars cubren la cara con una pieza de tela. En este momento, comienza la procesión fúnebreque sigue el cadáver hasta la Torre del Silencio, siempre a una distancia de al menos 30 pasos y todos vestidos totalmente en blanco. Cuando llegan allí, los que han seguido la procesión tienen otra oportunidad más para ver al difunto y, otra vez, se vuelve a realizar el ritual del perro.

Mientras, la puerta de hierro de la torre se abre y los nassesalars, que son los únicos que pueden acceder a su interior, suben el cadáver hasta su azotea. Las torres suelen tener una forma uniforme y un tejado plano con un perímetro ligeramente más alto. El suelo de su tejado está dividido en tres círculos concéntricos. Si el difunto es un hombre, su cuerpo se deposita en el más exterior. Si es una mujer, en el segundo. Y si es un niño en el central. Pero no hay ninguna distinción de clase, como dice un poema persa: “La muerte iguala a todos, tanto si se muere como rey sobre un trono o como un pobre sin cama en el suelo.”.

Después de despojar al difunto de sus ropas usando unos ganchos y otros instrumentos metálicos, los nassesalars lo dejan allí, expuesto al sol y a las aves carroñeras. Cuanto antes sea devorado, menos se descompondrá y menor será el riesgo sanitario y de contaminación. El diseño de las torres incluye una especie de canalones radiales, aunque puedan parecer un adorno, su verdadera misión es la de permitir la evacuación de los fluidos corporales y de la lluvia hacia el pozo situado en el centro de la torre que es donde se encuentra elosario.

Es en este osario donde después de que las aves de rapiña hayan devorado el cuerpo y de que el sol y el viento los hayan blanqueado (lo que puede llevar hasta un año), se depositan los huesos. Allí con la ayuda de cal se comienzan a desintegrar hasta que finalmente los restos son arrastrados por el agua de la lluvia, y después de pasar a través de varios filtros de carbón vegetal y de arena acaban perdiéndose en el interior de la tierra, desde donde acabaran llegando al mar.

La exposición de los cadáveres por parte de los zoroastristas es un ritual funerario muy antiguo. Los estudiosos creen que, en un principio, los indo-iranís sepultaban a sus muertos, pero fue después del primer milenio A.C. cuando abandonaron esta práctica en beneficio de la exposición ritual. Se han encontrado osarios en Irán del siglo V y IV A.C. en los que los huesos están sueltos, por lo que podrían haber sido expuestos al sol y a las aves carroñeras, aunque no se puede asegurar.

Parsis de Bombay, grabado del 1878. Original

Antiguamente se llevaba el cuerpo hasta lo alto de alguna montaña y se dejaba allí para que los buitres y otras aves carroñeras se alimentaran de él. Antes, se sujetaban al suelo sus manos y piernas para evitar que las aves pudieran acercar el cuerpo a alguna forma de vida, ya fuera una planta, una fuente de agua o un asentamiento humano. Después de la exposición al sol y de que los buitres hubieran devorado el cadáver, se recogían los huesos y se llevaban a un osario.

Más tarde, los osarios serían substituidos por las Torres del Silencio. Como emplazamiento se escogieron los mismos lugares donde antes exponían a sus muertos, la cima de colinas o pequeñas montañas en medio del desierto, lejos de las áreas habitadas.

Sin embargo, después de la conquista del Imperio Sasanida por los árabes en el siglo VII, las torres de Irán comenzaron a ser abandonadas al mismo tiempo que el Zoroastrismo comenzó su lento declive. Los árabes trajeron consigo su religión, el Islam, y poco a poco la población comenzó a ceder a las presiones sociales y económicas para convertirse. Los primeros fueron la nobleza y la población de las ciudades, entre los campesinos el proceso fue más lento.

No obstante, algunos decidieron conservar su antigua religión. De estos, unos prefirieron marchar del país para escapar de la persecución religiosa, como los parsis que emigraron a la India, y otros se quedaron, pero tuvieron que refugiarse lejos de los centros de gobierno, donde la presión religiosa era menor, como las ciudades de Yazd y Kerman, situadas en zonas desérticas, y que hoy siguen siendo centro del Zoroastrismo en Irán.


Torres del Silencio parsi en 1880. Foto original.

Estas comunidades iraníes mantuvieron vivo el ritual de la Torres del Silencio hasta comienzos del siglo XX. Fue entonces cuando la práctica comenzó a ser abandonada en favor de las cremaciones o los entierros. Los motivos fueron varios. Por un lado, el Islam consideraba la disección innecesaria de un cadáver como una forma de mutilación, lo que provocó que algunas de las torres fueran asaltadas, para consternación y humillación de las comunidades zoroastristas. Segundo, el crecimiento de las ciudades hizo que las torres, que inicialmente habían sido construidas en zonas deshabitadas, se encontraran en los límites de las zonas pobladas. El tercer motivo vino de dentro de la propia comunidad, cuando los fieles empezaron a considerar el sistema como antiguo, propio de otros tiempos.

Con el tiempo, las torres del silencio se fueron sustituyendo por cementerios. Aunque sus tumbas respetaban los preceptos del Zoroastrismo: revestidas de piedra y una capa de cemento para evitar el contacto directo con la tierra. La última dakhma se cerró por ley en los años 70.

En India, las torres del silencio de los parsis, los zoroastristas que prefirieron marchar, también han acabado siendo absorbidas por el crecimiento urbano. Y aunque se encuentran rodeadas de jardines, la construcción de rascacielos en ciudades como Bombay ha provocado que lo que antes no se podía ver, ahora este a la vista de los que viven en las plantas más altas.

Pero los parsis tienen que hacer frente además a otra dificultad aún mayor: la dramática disminución de la población de buitres en la India. En torno al 97% de los buitres ha muerto a causa del diclofenaco, un antiinflamatorio destinado al ganado de uso muy extendido en India por ser un método barato para la prevención de enfermedades diversas, pero que provoca la muerte de los buitres cuando estos se alimentan de ganado tratado con este fármaco.

Los pocos buitres que quedan son incapaces que consumir totalmente los cuerpos. Ante esta dificultad, se han planteado su cría en cautividad y el uso de “concentradores solares” (una especie de espejos de grandes dimensiones) para acelerar la descomposición.

Torre del Silencio en las afueras de Yazd (Irán). Foto de Annesh.

Estos concentradores son sólo una solución para los días claros, pero en ocasiones, cuando hace mal tiempo, se ha tenido que recurrir al enterramiento. Los buitres podían consumir un cuerpo en sólo cuestión de minutos, pero no se ha encontrado ningún otro método capaz de igualar esa marca.

Las torres del silencio también han suscitado cierta polémica dentro de la propia comunidad parsi. Las torres suelen ser gestionadas por las Anjuman, unas asociaciones zoroastristas de perfil predominantemente conservador y que están en contra de los matrimonios con fieles de otras religiones, por lo que en algunos casos los hijos de estos matrimonios mixtosno han podido usarlas.

PS: En 2004 se estimaba que aún quedaban entre 145.000 y 210.000 zoroastristas en todo el mundo. 70.000 parsis, 5.000 en Paquistán, 25.000 en Norteamérica, unos 10.000 en Asia central, 3.500 en Australia y en 1979 unos 22.000 en Irán. 

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+info:
- Torre del silencio en es.wikipedia.org en.wikipedia.org
Rituals de pas I: les torres del silenci a Rastres, vestigis, derelictes
A Zoroastrian Tapestry in The Hindu
The Funeral Ceremonies of the Parsees. Their origin and explanation by Jivanji Jamshedji
Zoroastrians in death the last taboo
Shortage of vulture threatens ancient culture in The Independent
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s2t2 -Todos mentimos, lo que cambia es la dosis


Todos mentimos, lo que cambia es la dosis

Engañamos por cordialidad, por convivencia, por ocultar delitos o por egocentrismo - Hay embustes que crecen demasiado hasta requerir gran cantidad de tiempo y energía para ser mantenidos

SILVIA BLANCO 13/11/2009

Si con mucha ilusión alguien le regala un pastor alemán de porcelana de tamaño natural por su cumpleaños, lo más probable es que diga "muchas gracias" y que sonría como pueda. Aunque le parezca un perro absurdo y esté maquinando que para tirarlo a la basura lo más práctico será romperlo a martillazos. A un cortés "¿qué tal?" en el ascensor de la oficina, poca gente respondería que muy deprimida porque está punto de divorciarse, pese a que sea verdad. Pura socialización. Mark Twain lo tenía claro en su sarcástico La decadencia del arte de mentir: "Nadie podría vivir con alguien que dijera la verdad de forma habitual; por suerte, ninguno de nosotros ha tenido nunca que hacerlo". Lo escribió un siglo antes de que Robert Feldman, profesor de Psicología de la Universidad de Massachusetts, haya establecido en su libro The liar in your life que mentimos entre dos y tres veces en una primera conversación de 10 minutos con un nuevo conocido.

Mentimos porque hay público. Porque están los otros. Las relaciones requieren este tipo de ficciones convenidas, casi siempre balsámicas. El psiquiatra Carlos Castilla del Pino, en su libro póstumo Conductas y actitudes (Tusquets, 2009), sostiene que "la vida social exige adobar, esto es, mejorar a nuestra manera la imagen de nosotros mismos de cara a los demás".
A Nicolas Sarkozy la celebración de la caída del Muro le ha hecho patinar. El 9 de noviembre publicó en su perfil de Facebook sus recuerdos sobre qué hacía ese mismo día de hace 20 años. Decía: "[Aquel día] Por la mañana nos interesamos por las informaciones que venían de Berlín, y que parecían anunciar los cambios en la capital dividida de Alemania. Decidimos dejar París con Alain Juppé... para participar en el evento que se perfilaba".
O bien le traicionó la memoria (no sería extraño: falseamos nuestra propia biografía con relativa facilidad sin intención de engañar) o mintió, como han tratado de demostrar algunos periódicos franceses (Libération, Le Figaro). Sostienen que estuvo en Berlín, sí, pero una semana más tarde.
Tal devoción por protagonizar momentos de la historia no es nueva, según Miguel Catalán, profesor de Ética de la Comunicación de la Universidad Cardenal Herrera-CEU de Valencia y autor del tratado Seudología (editor Mario Muchnik), del que ha publicado tres volúmenes: "En España hubo un momento en el que todo el mundo parecía haber participado in situ en las revueltas de Mayo del 68. Un buen número de escritores e intelectuales españoles parecieron encontrarse casualmente en París justo en ese momento y luego contaban su experiencia personal en artículos y libros", explica.
Hay mentiras, sin embargo, que crecen demasiado y alcanzan el otro extremo de la falsedad, la impostura. Para eso hace falta cálculo, voluntad de engaño, un montón de energía, ingenio, memoria y probablemente mucho tiempo. Es así como se logra ocultar la propia identidad para cimentar una nueva sobre una mentira. Hay grandes diferencias con las mentirijillas, sí, pero lo inquietante es que las orondas y aparatosas bolas siguen, según Castilla del Pino, idénticos mecanismos.
El caso de Enric Marco es ejemplar. El hombre se pasó casi 30 años, desde 1978 hasta 2005, diciendo que había estado en el campo de concentración nazi de Flossenbürg. Recibió la Cruz de Sant Jordi, una de las más altas distinciones que concede la Generalitat catalana. Dio cientos de conferencias. Se inventó un número de deportado, el 6.448. Presidió la asociación Amical de Mauthausen. Cuando un historiador que llevaba tres años rastreando las vidas de españoles víctimas del Holocausto descubrió, demostró y denunció la impostura, Marco dijo a Efe que no lo hizo "por maldad". "Parecía que [cuando empezó a contar esta historia] me prestaban más atención y podía difundir mejor el sufrimiento de quienes pasaron por los campos de concentración".
No es difícil comprender -aunque no se comparta ni se acepte- que un político mienta para ocultar que ha robado dinero público o que recibe un soborno; que un asesino cuente una película más o menos verosímil a la policía para intentar demostrar que no tiene nada que ver con ese cadáver o que alguien invente todo tipo de coartadas para mantener una infidelidad. Son mentiras instrumentales, tienen un objetivo puntual y responden a los tres principales motores de la falsedad, "el poder, el sexo y el dinero", apunta Catalán.
"Hay algo de gratuito e innecesario en esa impostura, y por tanto, de creativo", prosigue.
"Miente sólo para ocupar el centro de atención. Además de natural (en el fondo, pocos prefieren pasar desapercibidos a ser protagonistas), esa motivación retiene algo del egocentrismo asocial de la infancia, y por ello puede hacernos sonreír, porque incumple el primer precepto de la prudencia adulta en estos casos: nunca hay que mentir cuando decir la verdad resulta más ventajoso. El problema surge cuando la impostura es radical o vital; cuando ocupa el centro de la personalidad del sujeto".
¿Qué hay detrás de un impostor? ¿Por qué arriesgarlo todo por una fabulación, en apariencia, innecesaria? "Una insatisfacción sobre la propia personalidad que tiende a compensar de manera simbólica. Al principio hay una recompensa inmediata, se cuenta algo que impresiona a los demás en un ámbito pequeño. Pero después es cada vez más difícil ser convincente, se implica a más personas y se pierde el control", comenta Catalán.
Castilla del Pino explica en el libro que "la impostura es una incongruencia en el proceso permanente de construcción y uso de la identidad lograda. (...) Exige tal memoria de evocación sobre las muchas mentiras impartidas que siempre existe el riesgo de autodescubrirse. El impostor transgrede de manera total los pactos de veracidad que rigen de manera decisiva la interacción que, aparte de la cuestión moral, suponen una economía mental. La tensión es de tal índole que en ocasiones les lleva a la confesión como manera de resolver la angustia".
Una mentira exige otras muchas más. Una gran mentira exige compromiso. Calcularla, elaborarla, elucubrar posibles escenarios peligrosos y respuestas a preguntas incómodas, capacidad de improvisación. Para José María Martínez Selva, profesor de Psicología de la Universidad de Murcia y autor de La gran mentira (Paidós, 2009), hay que distinguir entre el impostor instrumental, lo que él llama "truhanes", y el fabulador. Marco entraría en la primera categoría. Tania Head, en la segunda.
Esta barcelonesa, cuyo nombre real es Alicia Esteve Head, llegó a presidir la asociación de víctimas del World Trade Center. Tania Head entra en escena justo después de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York, cuando el mundo entero está conmocionado por el desastre. Ella explica a los medios de comunicación, en la zona cero,que estaba en la planta 78 de la torre sur y se cuenta entre la veintena de personas que sobrevivieron aunque se encontraban en plantas superiores a las que afectó el impacto del avión. Decía que trabajaba en las oficinas de Merrill Lynch y que un hombre, poco antes de morir, le dio su anillo de casado para que ella se lo entregara a su esposa. Por si no era suficientemente impactante, su relato incluía la tragedia de su novio, Dave, que murió en la torre norte, con el que estaba a punto de casarse.
Los diarios The New York Times y La Vanguardia, desmontaron la historia en septiembre de 2007. El periódico español recabó datos, además, sobre Alicia Esteve, que ni era hija de diplomáticos, ni había estudiado en Harvard ni en Stanford. "Es la auténtica fabuladora", opina Martínez Selva. "No todo el mundo es capaz de mentir así. Se recrea en los detalles, disfruta siendo el centro de atención e impresionando a los demás a golpe de emoción. Este tipo de persona es capaz de seguir mintiendo, de cambiar de ambiente o de país y reinventarse, a diferencia de Enric Marco, que, una vez descubierto, frenó. Él rehuía contar anécdotas de su paso por el campo y evitaba compartir experiencias con supervivientes".
Cuanta más gente esté implicada en la mentira, mayor riesgo asume el impostor. A algunos les da exactamente lo mismo. La realidad se convierte en un mero estorbo que puede ser modificado. El fabulador, directamente la ignora. Si se le confronta con los datos, improvisa otra versión. Sin embargo, la mayoría hace un cálculo que termina siendo imposible de controlar: la bola tiene vida propia y es difícil de parar. Aunque haya empezado por algo muy pequeño, en un entorno próximo, como le ocurrió a Enric Marco. "Una vez inmerso en las charlas y conferencias, habló en el Congreso de los Diputados y accedió a presidir Amical de Mauthausen, bajarse de esa rueda le hubiera sido casi tan difícil como quitarse la vida", explica Catalán.
Es habitual que una gran mentira, aunque no haya suplantación de la identidad o impostura en el sentido de mentir sobre uno mismo hasta ser otro, conduzca a cometer delitos. Es el caso de la familia Heene, los padres del niño del globo. Ayer admitieron los cargos por denuncia falsa, por movilizar a las autoridades para que rescataran a su hijo de un peligro inexistente, informa la BBC.
Hace 15 días, el científico surcoreano Hwang Woo-suk, experto mundial en clonación, fue condenado a dos años de inhabilitación por falsear el programa de investigación con células madre que dirigía. Hwang tenía un enorme prestigio profesional, una carrera sólida y había logrado clonar un perro (este hallazgo está verificado). En 2005 publicó un estudio que creó falsas expectativas respecto a la curación de enfermedades como el alzhéimer o el cáncer manipulando los datos. Lo hizo en la revista Science, una referencia internacional de rigor y calidad. "Es un impostor, sí, pero en este caso su conducta está condicionada por la enorme presión que conlleva dirigir un laboratorio de investigación puntera, con mucha gente a su cargo. Tuvo la tentación y fue víctima de la fama", explica Martínez Selva.
En las grandes mentiras siempre existe la duda de si, a fuerza de repetírselas y contarlas, el impostor acaba por creérselas. La mayoría de ellos no padece ninguna enfermedad mental, explica Jerónimo Saiz, presidente de la Asociación Española de Psiquiatría. Mentir casi siempre es una elección. Desde el mero maquillaje de la realidad para que se ajuste a la imagen que queremos dar en un momento dado, a la gran mentira, buscamos coherencia. Cuando se cuenta algo falso que produce culpa o intranquilidad, es habitual que se relativice o se sesgue, que no se tenga en cuenta el dato que nos confronta con la realidad. Lo obviamos íntimamente si decidimos continuar con el engaño, explica el psicólogo Pedro Rodríguez.
Llevar este mecanismo al extremo puede explicar, en parte, la persistencia en la falsedad, hasta que resulta inevitable reconocerla. La propia configuración de la memoria -un proceso activo, que se rehace constantemente- propicia que haya gente capaz de recordar como ciertos hechos que nunca ocurrieron, sobre todo respecto a la infancia, explica el catedrático en Fisiología de la Complutense Francisco José Rubia. "Al almacenar recuerdos comparamos con lo que ya conocemos, y en ese proceso nos servimos de emociones, creencias, expectativas y realidad. Tendemos a embellecerlos y al contarlos una y otra vez así los vamos modificando", asegura. De hecho, el autoengaño es positivo, ya que "nos ayuda a sobrellevar las frustraciones de la vida. Las personas deprimidas manifiestan lo que llamamos el realismo depresivo: la imagen que tienen de sí mismos se parece más a cómo los ven los demás. No hacen lo que el resto, decirse a sí mismo que se es buena persona, que se es inteligente y elevar sus virtudes", cuenta Martínez Selva.
La mentira es una cuestión de dosis: un poco de autoengaño y algo de cortesía para poder salir a la calle. Las demás quedan para quienes prefieren finales con fuegos artificiales.

El abrupto aterrizaje del 'niño del globo'

El globo hinchado con mentiras en el que se elevó el matrimonio Heene, de Colorado, en EE UU, acabó ayer de desinflarse. La BBC informó de que ambos habían aceptado los cargos de denuncia falsa y que, por tanto, se enfrentan a una pena de entre dos y tres meses de prisión. Admitiendo el embuste, han logrado evitar que se les terminara acusando de conspiración y de inducir al delito a un menor, su hijo, por lo que les podrían haber caído seis años.
El matrimonio ya había participado en reality-shows de la televisión. Hace un par de semanas debieron echarlo de menos. Se les ocurrió que si fingían que su hijo de seis años estaba en un globo de helio que se había elevado sin control lograrían pasar a la posteridad. Aunque fuera un rato. Durante horas lo consiguieron. Las televisiones de EE UU emitieron imágenes del globo a la deriva y en medio mundo se extendía la noticia; la policía y los bomberos se preparaban para rescatar al chaval en un radio de 64 kilómetros. Con gran dramatismo los compungidos padres esperaban el milagro, mientras el niño estaba escondido en el trastero de la casa. Ahora admiten que lo sabían.
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